Milenio 2011-08-06 • Impreso
Recuerdo aquellos días en que se creía que internet acabaría con la industria editorial, cuando muchos ponían el grito en el cielo argumentando que la posibilidad de consultar millones de documentos en la red provocaría que la gente dejara de comprar libros, pues preferiría leer en línea. Lo pensaban con una angustia semejante a la que tuvieron aquellos que afirmaron que los videos llevarían al cine a su desaparición. Eso no pasó y, curiosamente, lo que sí sucedió fue el fenómeno inverso: las editoriales están adaptando los textos, el lenguaje, el estilo de publicaciones en la web como los blogs, las redes sociales, los chats, el correo electrónico, y los están convirtiendo en libros, lo cual me parece una buena idea pues todavía somos numerosos los que disfrutamos leyendo “en papel”, pero también estamos involucrados con el mundo cibernético.
Recordarán que hace unas semanas reseñé un libro escrito por dos sexólogos que se apoyaban de este lenguaje tan usado por los chavos para dar educación sexual a los adolescentes. Pues bien, esta semana llegó a mi escritorio un ejemplar de @Es así, un libro raro pero interesante de la editorial Aguilar, que integra los textos escritos por blogueros anónimos (al menos en esta publicación) sobre su vida cotidiana, enfocándose en su devenir amoroso y erótico. Es decir que habla de sexualidad aunque sus autores no son sexólogos ni psicólogos o médicos. Sin embargo, lo que se dice refleja la vida cotidiana de aquellos que, sin ir a una terapia o haber estudiado sobre el sexo, el amor y otros demonios, se clavan analizando sus experiencias cachondas, sus enamoramientos, sus interpretaciones de las diferencias de género, llegando a conclusiones o incluso simples ejemplos que, si bien no nos enseñan gran cosa, cuando menos nos hacen sentirnos identificados con lo leído, sacan varias carcajadas y, de alguna manera, invitan a que cada uno rememore aspectos, pasajes, decisiones, interrupciones, logros de su existencia en pareja o en cuando se está en busca de una.
“Surgido de un blog enigmático y brutalmente sincero donde nadie se salva, ellos y ellas son retratados en estas páginas en su intimidad, sin importar si son fresas, yonkies, nerds, deportistas, azotados o misóginos, se habla de fracasos amorosos, del riesgo de enamorarse del animal equivocado, de sueños de princesa y despertares de bruja, de los celos, la dependencia, la borrachera y los excesos, del erotismo y, además, de sexo, ¡y sexo!”, señala la editorial al respecto de este lanzamiento y revela: “Es así no es una persona, es el subconsciente colectivo, lo que todos pensamos pero nadie dice; son esas palabras que siempre quieres decir y te acuerdas cuando ha pasado el momento y ya es demasiado tarde. Es una muestra de que, en esta vida tan única a todos nos pasa lo mismo”.
El primer artículo que muestra es sobre los llamados stalkers, esos perseguidores o acosadores que utilizan las redes sociales para averiguar sobre la vida de otras personas, particularmente de aquellas que les interesan de manera romántica. Una de las preguntas que se hace el autor desconocido me gustó, porque se la he escuchado a varios amigos: “¿Qué es lo que nos impulsa días, horas, meses después de haber cortado con alguien, a meternos a su Facebook o a cualquier otro lugar donde sabemos que tiene información, y ver todo lo que está haciendo? ¿Cómo es su novi@ ahora? ¿Qué hizo ayer? ¿Está saliendo con alguien? ¿Ya me olvidó?”. Sí, cómo no, ya los oigo, ya los oigo preguntándose esto con angustia.
La conquista, la manera en que se debería elegir a alguien “maduro”, las reglas que los fuck buddies deben saber, en qué consisten los orgasmos intelectuales, sobre las ideas que le dejaron a las mujeres las historias de princesas, sobre el dolor de la separación y el proceso de “desintoxicación” amorosa, los infomerciales, los “consoladores”, las salas de espera en el corazón, el primer beso, las estadísticas relacionadas con el amor… todo eso y más aparece en @Es así.
Además, entre texto y texto hay numerosas frases relacionadas con el sexo, la pasión, la diversión y hasta la ternura, porque el último artículo me pareció una actualización de las tarjetas con aquellos niños siempre desnuditos que daban diferentes posibilidades a la frase “Amor es…”. Todo enmarcado por curiosas ilustraciones y una portada muy al estilo del pop art.
Como verán, no es un libro para encontrar respuestas. Al contrario, al ver que nuestras preguntas las tienen muchos más, puede ser que surjan nuevos cuestionamientos. Es, más bien, un ejemplar para reírse de uno mismo, de nuestros miedos, de nuestras inseguridades, de nuestras inquietudes, y al descubrir que no estamos solos, sentir un poco de consuelo. Eso sí: es un ejemplo de lo que vivimos hoy en día, narrado con el lenguaje de la actualidad.
El Buzón de Verótika
Mi pareja y yo nos acercamos a ti para que nos aconsejes, porque cuando tenemos relaciones yo tiendo a mojar la cama abundantemente y aunque lo anterior nos agrada bastante, cuando terminamos ya no podemos relajarnos, pues todo está en extremo mojado. Hemos tratado de buscar algo para proteger la cama, pero la verdad es que al ponerlo cortamos la emoción. ¿Que podrías recomendarnos?
Laura
Mi estimada amiga:
Estoy segura que ya lo sabes, pero aún mucha gente se sigue preguntando si ese fluido abundante que sale de la vagina de algunas mujeres es orina o es una especie de “semen femenino”. La respuesta es no en ambos casos: se trata de un líquido inodoro que proviene de las glándulas parauretrales o de Skene y se expulsa por la uretra. Suele salir en mucho mayor cantidad cuando sucede el orgasmo, por lo que también ha quedado claro que es diferente al que se genera al momento de la excitación femenina y que tiene como objetivo lubricarte para facilitar la penetración. Aún no se sabe por qué se produce la llamada eyaculación femenina ni por qué se da en unas mujeres y en otras no, o si tiene que ver con la estimulación del Punto G, pero lo cierto es que se trata de una realidad que a algunas les toca vivir. Un amplio número de ellas lo disfruta, pero otras no pues les parece bochornoso que después termine todo mojado.
Por lo que leo, mi querida Laura, tú estás a la mitad. Es decir, lo disfrutas bastante, pero cuando pasa el clímax de la pasión, entonces te preocupa que hayas humedecido todo alrededor. Me comentan que han empleado ciertas cosas para proteger la cama, aunque no me especificas qué. Si se trata de una bolsa de plástico, entiendo que les baje la libido; sin embargo, podían usar una bonita y pachona toalla que combinara con sus sábanas o comprar un protector de colchón como los que usan en los hospitales y van debajo de la sábana, para que al terminar quiten ésta y lo demás no esté mojado. Otra opción es que, para variar, de pronto tengan encuentros en el baño, ya sea en la ducha, la bañera o fuera de ellas.
También te recomiendo —y eso es más importante que lo anterior— que no te obsesiones por el hecho. Me encanta que disfrutes tu humedad, así que te pido que también lo hagan después del round. Eso sí: cómprense varios juegos de sábanas para que duerman sequecitos y felices.
Verónica Maza Bustamante
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