El Coneval debe revisar a fondo la medición multidimensional, coinciden expertos y advierten que aunque la política social alcanzara cobertura total, seguirá la pobreza si no crece el salario
Jueves 4 de agosto de 2011, p. 41
La magnitud del retroceso social que reflejan los resultados de la medición de la pobreza presentados el viernes pasado apunta a cerca de dos décadas perdidas en términos de bienestar. A esto se suma que la recuperación en los salarios tendrá que ser de cerca de 3 por ciento anual para llegar en 2013 al nivel de 2005, señalaron analistas.
Una lección que ha dejado la crisis económica es la fuerte relación entre los derechos económicos y sociales y la pobreza: la no realización de ellos conduce a la pobreza. Indudablemente la pobreza es un asunto de derechos humanos, no sólo de los que provee directamente el Estado, como la educación o la salud
, señaló el Observatorio de Política Social y Derechos Humanos.
Frente a los resultados de la medición oficial de la pobreza que reportó 52 millones de mexicanos en miseria, de los cuales 11 millones están en pobreza extrema, se debe revisar a fondo este método del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), porque no se puede dar el mismo peso a la alimentación –derecho sin el cual no se puede vivir– que a otra carencia. Según los resultados divulgados, con tener educación, salud y vivienda y no comer la gente puede no ser pobre
, señaló José Luis de la Cruz, director del Centro de investigación en Economía y Finanzas del Tec de Monterrey campus estado de México.
De acuerdo con la medición multidimensional, la población sin acceso a alimentación creció, ya que pasó de 23.8 a 28 millones entre 2008 y 2010
De la Cruz indicó que con la medición miltidimensional, que considera el acceso a salud, educación, seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios en ella y alimentación, se da el mismo peso a cada una de estas carencias, pero no es lo mismo no tener comida o tener acceso a la escuela un año
. Esta medición subestima de manera importante la carencia de acceso a la alimentación, señaló.
Indicó que tampoco el Seguro Popular garantiza que la gente acceda a salud de calidad o a medicinas, ni con el sistema educativo se asegura el acceso a un buen docente; es conocido que no hay eficacia en el gasto de estos recursos y el acceso no garantiza que se construya un futuro de estas personas para salir de pobreza
. Consideró que se debe hacer una revisión a fondo en esta metodología, porque se da un sesgo de la pobreza hacia escenarios positivos.
En cuanto a la cohesión social que reportó el Coneval, dijo que refleja muchas realidades del país.
En Chiapas la pobreza abarca casi 80 por ciento de la población, mientras en Nuevo León es menor, pero hay entidades donde la pobreza lacera de manera muy marcada a un mayor número de personas que viven en marginación y no tienen acceso a un mejor nivel de vida.
De Oportunidades dijo que las transferencias directas de alguna manera atienden la necesidad más básica de los pobladores de alta marginación, ya que reciben dinero en forma directa que los ayuda a mantener un nivel de vida que no tendrían sin ese recurso, pero sin acceso a otros niveles de educación a largo plazo no resuelve el problema de la movilidad social, es decir, que las personas salgan de ese círculo de la pobreza.
Por su parte, el Observatorio de Política Social y Derechos Humanos explicó que, dadas las características de la medición de Coneval, estar por debajo de la línea de bienestar no es suficiente para ser pobre: se debe estar por debajo de la línea, y además tener uno o más de los derechos sociales no cubiertos.
Para salir de la pobreza no basta con que la política social alcance 100 por ciento de cobertura –algo que tardará varios años, quizá más de una década–: es indispensable que el ingreso crezca, en especial el salario.
Según la representante del organismo, es consecuencia directa de la crisis económica mundial
En varias entidades del país la situación es muy grave, advierte Nuria Urquía Fernández
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La inseguridad alimentaria en México aumentó cerca de dos por ciento de 2008 a la fecha; sin embargo, este es sólo un indicador general, pues en varias entidades de la República la situación es muy grave, afirmó la representante en el país de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), Nuria Urquía Fernández.
De acuerdo con las cifras difundidas recientemente por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) hay concentraciones de inseguridad alimentaria muy particulares
, explicó luego de su participación en el foro Hacia una política pública para el desarrollo del sector agropecuario: políticas públicas exitosas en el mundo, realizado el pasado martes en el Senado.
La funcionaria refirió que lo que sucede en México es consecuencia directa
de la crisis mundial de 2008, por la estrecha relación entre la economía estadunidense y la mexicana.
Durante su intervención, recomendó a México invertir en infraestructura, en la pequeña agricultura y en acciones de adaptación al cambio climático, además de promover la investigación y el desarrollo tecnológico, la sanidad e inocuidad agroalimentaria y el fortalecimiento de las organizaciones rurales.
Urquía reconoció que México haya consagrado el derecho a la alimentación en la Constitución, por lo que llamó a garantizarlo a los 52 millones de pobres que hay en el país, según las cifras del Coneval.
La funcionaria consideró que el aumento en el precio de granos continuará, debido a la disminución en la producción de Estados Unidos y América Latina por cuestiones climáticas.
“En México disminuyó cerca de cuatro por ciento debido a las heladas en Sinaloa, lo que limita la capacidad de reacción del país con respecto a la situación de volatilidad internacional porque disminuyen los stocks”, explicó.
Ello ha derivado en incrementos de hasta 70 por ciento en el precio de granos, y en los precios nacionales se está traduciendo en aumentos hasta de 60 por ciento en el maíz blanco y de 15 por ciento en el precio de la tortilla
.
Por su parte, Víctor Villalobos, director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), señaló que si no mejoramos la calidad de vida de las zonas rurales seguirá existiendo la emigración, el abandono de la actividad agrícola, se establecerán los círculos de pobreza en las ciudades y prevalecerá la inseguridad y la violencia
.
Refirió que la agricultura por sí sola no resuelve el problema de seguridad alimentaria y que ésta debe ser una preocupación permanente de los gobiernos, no un tema de moda
cuando hay crisis.
El encuentro fue organizado por el Senado y el Consejo Nacional Agropecuario.
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Los datos sobre el incremento en el número de personas que viven en condiciones de pobreza en el país son conservadores, porque son 87 millones de individuos que se encuentran en esta situación, advirtió David Lozano, del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México; en tanto, Yoloxóchitl Bustamante, directora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), dijo que México está igual o peor que en los años 30
.
De 2008 a 2010 los pobres pasaron de 48.8 a 52 millones, según la medición oficial de la pobreza, realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), por lo que es necesaria una política de Estado que genere desarrollo económico, empleos y oportunidades. Al mismo tiempo debe haber una estrategia de impulso a la educación, advirtió la académica durante la inauguración de la Feria del Libro del IPN en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas.
Éste es un binomio que necesitan los dos elementos para ir revirtiendo el efecto de la pobreza
, expresó. También se deben generar empleos bien remunerados, porque en 2011 hay muchos mexicanos cuya prioridad es sobrevivir.
Por separado, David Lozano explicó que la cifra de 87 millones resultó de diversos estudios que aplican la metodología de la Organización Internacional del Trabajo y del Banco Mundial que toman en cuenta diversos factores, como los ingresos de las personas y si su trabajo es formal o informal. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 54 por ciento de la población ocupada en el país trabaja en la informalidad, por lo que carecen de prestaciones de salud, vivienda y pensiones.
El especialista agregó que la Organización de Naciones Unidas y el Banco Mundial especificaron que los salarios bien remunerados representan un factor que influye en la reducción de la pobreza. Sin embargo, en México, de abril de 2010 a abril de 2011, el salario para los trabajadores de transnacionales cayó 23 por ciento.
Carlos Rodríguez, sacerdote jesuita e integrante del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), consideró que el informe del Coneval debería provocar una toma de conciencia en los legisladores con miras a la próxima discusión del Presupuesto de Egresos. No pueden seguir destinando fuertes cantidades para seguridad pública, el Ejército y la Marina en lugar de enfocarlos a los rubros de educación, salud y empleo
, expresó
Consideró que se requiere modificar la política económica que en los recientes 20 años dejó de atender elementos fundamentales como el incremento salarial de los trabajadores, y el acceso y calidad a la educación y la salud.
(Con información de Itza Varela.)
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