Especial
Fuente: Servicios Informativos Naciones Unidas
En reconocimiento de su papel fundamental y su contribución en todos los países del mundo la ONU dedica este año el Día Internacional de la Mujer a la mujer campesina, con el plan de acción: “Invirtiendo en las mujeres rurales; eliminando la discriminación de que son objeto en la legislación y en la práctica; asegurando que las políticas respondan a sus necesidades; brindándoles acceso en pie de igualdad a los recursos y proporcionándoles una función que desempeñar en la adopción de decisiones” (Secretario General ONU, Ban Ki-moon)
Las mujeres agricultoras representan un papel fundamental en las economías tanto de los países en desarrollo como de los desarrollados, pues contribuyen al progreso agrícola, mejoran la seguridad alimentaria y ayudan a reducir los niveles de pobreza en sus comunidades.
Estas mujeres constituyen el 43% de la mano de obra en el campo, cifra que llega a ser del 70% en algunos lugares.
La desigualdad entre los géneros y el acceso limitado al crédito, la salud y la educación son las principales dificultades que afrontan las mujeres rurales. Se calcula, por ejemplo, que el 60% de las personas con hambre crónica son mujeres y niñas. La crisis alimentaria y la económica, junto con el cambio climático, no hacen más que agravar la situación.
Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que si las mujeres tuvieran un acceso equitativo a los fertilizantes, las semillas y las herramientas, la cantidad de personas hambrientas en el mundo se reduciría entre 100 y 150 millones.
Brecha de género
Las mujeres agricultoras producen menos que sus homólogos varones, pero no porque sean menos eficientes. Una gran cantidad de datos empíricos muestran que la diferencia de productividad entre los agricultores de sexo masculino y femenino se debe a diferencias en el uso de insumos.
El cierre de la brecha de género en la agricultura generaría beneficios considerables para el sector agrícola y la sociedad. Si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos productivos que los hombres podrían incrementar el rendimiento de sus explotaciones agrícolas en un 20-30 %. De este modo, la producción agrícola total en los países en desarrollo podría aumentar en un 2,5-4 %. Un aumento de la producción de este calibre permitiría reducir el número de personas hambrientas en el mundo entre un 12 y un 17 %.
Los posibles beneficios variarían según la región en función de cuántas mujeres se dedican actualmente a la agricultura, cuánta producción o tierras controlan y la amplitud de la brecha de género a la que se enfrentan. Estos aumentos potenciales de la productividad no son sino la primera serie de beneficios sociales que se derivarían del cierre de la brecha de género. Cuando las mujeres controlan más ingresos, gastan más que los hombres en alimentos, salud, vestido y educación para sus hijos. Ello tiene consecuencias positivas para el bienestar inmediato, así como para la formación de capital humano y el crecimiento económico.
Por sí solo, el cierre de la brecha de género en el ámbito de los insumos agrícolas podría sacar del hambre a entre 100 millones y 150 millones de personas. No existe una pauta concreta para cerrar la brecha de género, pero algunos principios básicos son universales: los gobiernos, la comunidad internacional y la sociedad civil deben trabajar juntos para eliminar las discriminaciones en el ámbito legal, promover la igualdad de acceso a los recursos y oportunidades, garantizar que las políticas y los programas agrícolas tengan en cuenta la dimensión del género, y hacer oír la voz de las mujeres en pie de igualdad en aras del desarrollo sostenible. Lograrlo no solo es justo; también es crucial para el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria.
Cronología del Día de la Mujer
El Día Internacional de la Mujer hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre. La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, que fue, en el mundo industrializado, un período de expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante de la población e ideologías radicales.
Cuando las mujeres de todos los continentes se unen para celebrar su día, pueden contemplar una tradición de no menos de cien años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.
1909: De conformidad con una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de América el día 28 de febrero se celebró en todos los Estados Unidos el primer Día Nacional de la Mujer, que éstas siguieron celebrando el último domingo de febrero hasta 1913.
1910: La Internacional Socialista, reunida en Copenhague, proclamó el Día de la Mujer, de carácter internacional como homenaje al movimiento en favor de los derechos de la mujer y para ayudar a conseguir el sufragio femenino universal. La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés. No se estableció una fecha fija para la celebración.
1911: Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo) en Alemania,Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Menos de una semana después, el 25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes italianas y judías, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos,y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.
1913 a 1914: En el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.
1917: Como reacción ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de “pan y paz”. Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia, o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.
Desde esos primeros años, el Día Internacional de la Mujer ha adquirido una nueva dimensión mundial para las mujeres de los países desarrollados y en desarrollo. El creciente movimiento internacional de la mujer, reforzado por las Naciones Unidas mediante las conferencias mundiales sobre la mujer, ha contribuido a que la conmemoración sea un punto de convergencia de las actividades coordinadas en favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica.
El Día Internacional de la Mujer es cada vez más una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de los derechos de la mujer.
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