Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Después de rehuir una respuesta directa y clara a la pregunta de Joaquín López-Doriga (El Noticiero, 4-IX-12): “¿Estaría dispuesto a reunirse, a sentarse en una mesa con Andrés Manuel López Obrador?”, y ante la doble insistencia del conductor de El canal de las estrellas, Enrique Peña cometió el primer error de cálculo político desde que el 31 de agosto fue declarado presidente electo por el Tribunal Electoral y sus siete magistrados cortados por la misma tijera, la de las “elecciones ejemplares”, ya no “impecables”.
La respuesta de Peña Nieto es la siguiente: “A tener un diálogo si así lo quiere (AMLO) y realmente a partir del reconocimiento que haga él a esta presidencia ganada por el voto mayoritario de los ciudadanos, a sentarnos y a poder dialogar”.
Aparte de asumirse como la encarnación misma de la Presidencia de la República cuando ésta es más que su titular, y del uso reiterado del “eventualmente” y “realmente” que si no son superados por el mexiquense darán pie a confusiones que puede ahorrarle al país, la respuesta muestra el talante excluyente del hombre que dio a conocer su equipo de transición en el que recicla a viejos priístas –y no por la edad biológica–, colaboradores de cuando gobernó el estado de México y hasta a Rosario Robles.
Una digresión. Un estimado economista del echeverrismo reveló como la gran idea de la otrora compañera sentimental de Carlos Ahumada, que el resultado de la elección “es un problema de correlación de fuerzas”. En efecto, y a Robles sólo le alcanzó para hacer diputada local del tricolor a Mariana Moguel Berlanga y despachar como vicecoordinadora de Política Social.
Condicionar el diálogo con López Obrador a que reconozca a Peña Nieto como presidente electo es una exigencia de tal magnitud que implica que el de Macuspana deponga su principal bandera poselectoral, que desembocará en la indispensable impugnación de la reforma laboral de Felipe Calderón. Significa también una especie de rendición incondicional para dialogar “si así lo quiere” el tabasqueño.
En otras palabras, el mexiquense no tiene el menor interés en dialogar con el candidato que concitó el apoyo de casi 16 millones de electores, los partidos que lo postularon constituyen la segunda fuerza política y gobernarán a más mexicanos que Acción Nacional, partido donde varios exlegisladores grabaron videos sobre un pacto entre Calderón Hinojosa y EPN para que éste ganara la elección.
No pareciera ser la mejor carta de presentación de Peña la conducta “realmente” cerrada al diálogo con el Movimiento Progresista, explicable porque aún mantiene la apuesta de fracturarlo y a la que dan un gran servicio los intelectuales mediáticos y Grupo Televisa.
Mostrar discursivamente una faceta de rechazo al diálogo con la principal fuerza opositora, no favorece la imagen de político moderno y reformista que venden los asesores y estrategas del marido de Angélica Rivera. Y menos se corresponde con el historial de diálogos –favor de no confundirlos con las cooptaciones– que tienen las fuerzas políticas y el movimiento social.
El mismo día de la virtual negativa al diálogo con las izquierdas parlamentarias, Enrique Peña felicitó al presidente Juan Manuel Santos por el inicio de pláticas entre su gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, tras medio siglo de enfrentamientos militares y el dominio de las FARC en más de la tercera parte del territorio.
Un acto histórico para toda la región, lo denominó el mexicano. Pero no aquilata que tal hecho será posible porque al sanguinario Santos Calderón jamás se le ocurrió condicionarlo al rendimiento de la guerrilla más antigua y numerosa de la aldea.
Acuse de recibo
Alejandro Ruiz Robles, corredor público, pregunta: “Me parece interesante tu articulo (Como llegó se va Calderón, 5-IX-12) Eduardo; solo tengo una duda, hay algún periodista o jurista –distintos de los de los partidos– que ya hayan leído las resoluciones del Trife? Me interesa saberlo porque hasta ahora, he leído y escuchado algunos resolutivos publicados o dados a conocer parcialmente y no me parecen ilógicas sus conclusiones”… Sobre el mismo texto agrega María Soledad Cervantes Ramírez, promotora de los derechos humanos: “Excelente artículo. Cerrado. Así como llegó se va: cerrado del coco, totalmente cerrado. En medio de anuncios televisivos que lo muestran como un hombre capaz de reflexionar. Imagínense qué envidia le han de dar quienes son capaces de pensar en lo que están haciendo”… La autodenominada por sus directivos “Empresa de clase mundial”, la Comisión Federal de Electricidad, encabeza la lista de 16 dependencias y entidades del gobierno federal en las que durante 2011 se “detectaron irregularidades en el patrimonio de sus servidores públicos por un monto superior a los 250 millones de pesos, por lo que se dio vista a las autoridades administrativas y penales, ante la sospecha de posible enriquecimiento ilícito”. Así lo revela el Quinto Informe de Ejecución del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012.
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