4/12/2013

Los periodistas pal cafe...


Un asomo de prudencia de última hora impidió que policías federales desalojaran ayer a manifestantes guerrerenses de la Autopista del Sol. Por lo pronto, pues el fondo del asunto no está resuelto, el gobierno peñista pudo posponer su anunciada disposición de usar la fuerza pública para resolver un problema político y social, mientras el conjunto de activistas, ahora denominado Movimiento Popular de Guerrero, mostró flexibilidad táctica y se replegó hacia el Congreso del estado para evitar un choque sangriento.
Ese respiro circunstancial debería alentar las posibilidades del diálogo y la negociación y ahuyentar el revoloteo de las aves guerreras. El gobierno federal tiene evidencia clara de que la oposición a la reforma educativa cuenta con respaldo social amplio, cuando menos en algunas entidades, como Oaxaca, Michoacán y Guerrero, convertida ésta en campo de batalla cuyo desenlace podría inhibir o alentar otros estallidos de protesta. A su vez, los profesores y los grupos aliados en Guerrero podrían aceptar que la obstrucción del tránsito en carreteras federales constituye no solamente un delito sino que afecta intereses colectivos importantes (la circulación de viajeros y mercancías, y el acceso a sitios que viven del turismo, como Acapulco) y que alimenta la animadversión, genuina o inducida, contra este tipo de movimientos.
El complicado escenario de la resistencia sindical y el uso de la fuerza pública ha llegado a situaciones tan peculiares como la aparición de un comandante federal llamado Espartaco, quien ha mostrado o le han adjudicado dotes de negociación, desde la firmeza pero sin excesos, que han permitido que no se desborden los ánimos en momentos críticos. Al servicio de los poderes, ese Espartaco sugeriría con su sobrenombre lo que en las alturas del peñismo se asume como una especie de cruzada: que las instituciones no sigan siendo esclavizadas por factores distorsionantes. Es decir, el tolete y las bombas lacrimógenas como instrumentos de salvación de la sociedad. Espartaco encabezando la rebelión de los poderes esclavizados. Ni Kafka.
Ricardo Monreal ha sido entrampado mediante una maniobra peligrosa. La Procuraduría General de la República y el Cisen le han salvado la vida (a él y a su hermano David, o solamente a alguno de los dos, según se hubieran definido las opciones de los presuntos asesinos a sueldo) pero, al mismo tiempo, le han impreso la marca infamante de las relaciones peligrosas con el mundo del narcotráfico. Sigue vivo físicamente, pero bajo una especie de sentencia de muerte política lenta, condenado a moverse bajo vigilancia policiaca (lo cual implicaría solamente un obstáculo menor para capos decididos a asesinar a alguien, pues dos policías federales no significan una muralla real para una fuerza criminal poderosa, pero también una vigilancia específica de todas sus actividades, reuniones y entrevistas) o a rechazar a agentes y vehículo blindado pero asumiendo el riesgo de ser agredido.
Finalmente, Monreal ha optado por su libertad política y ha rechazado la protección del gobierno federal. Es una decisión difícil porque está en juego la propia vida, pero de otra manera el ex gobernador de Zacatecas habría quedado como rehén de una administración pública a la que ha combatido con gran energía y que está comprando o anulando a sus adversarios políticos con maquiavelismo doctoral. Mientras tanto, fluyen datos de la procuraduría federal de justicia, a cargo del políticamente muy marrullero Jesús Murillo Karam, que sitúan el incidente de los Monreal en el terreno (de inmediato planteado por este tecleador en tuiteos del viernes recién pasado) de los ánimos de venganza que en el empresario chilero Arturo Guardado se fueron produciendo luego que su hermano, Juan Carlos (suplente de David Monreal en la presidencia de Fresnillo cuando éste se lanzó por la gubernatura de Zacatecas) fue secuestrado en 2011, sin que sus aliados políticos y presuntamente también empresariales, los hermanos Monreal, se esforzaran en ayudar a los familiares de quien continúa desaparecido.
Con todas sus contradicciones y fallas, y a pesar de que su capacidad de convocatoria pública se ha ido reduciendo de manera notable, el lopezobradorismo ahora denominado Morena constituye el único reducto de oposición verdadera al cesarismo bicéfalo restaurado (Charlie&Quique, el negocio de moda). Al tabasqueño se le mantiene en el desierto informativo, con medios de comunicación instruidos para desdeñar las actividades del proyecto de partido y en especial las del líder máximo (los que desobedecen esa línea sufren consecuencias como ha sucedido con el entrevistador César Camacho, en Cablemax de Ciudad Delicias, Chihuahua) y con una campaña de desacreditación tan infame como la desplegada durante el calderonismo. Por suerte, coincidencia o benevolencia, la PGR y el Cisen dicen haberse topado en el curso de una investigación sobre actividades relacionadas con el narcotráfico con los presuntos preparativos para asesinar a los Monreal (éxito infrecuente, pues en la multitud de llamadas telefónicas intervenidas, legal e ilegalmente, hasta ahora no han surgido nombres de otros políticos, ni siquiera aquellos que según la voz popular son virtuales jefes regionales de cárteles delictivos). Haiga sido como haiga sido, diría el clásico, algunos de cuyos métodos siguen vigentes, lo cierto es que al opositor Ricardo Monreal lo han entrampado con el expediente de una amenaza de atentado mortal. Ya se verá si salva también la vida política, entre auxilios envenenados.
Y, mientras el sol azteca ha frenado en la asamblea legislativa capitalina la propuesta panista de que Miguel Ángel Mancera explique cómo y por qué hace paros a personajes de la farándula como Laura Zapata, ¡feliz fin de semana, con los comensales partidistas poniéndose de acuerdo para el reparto de pastel de las consejerías del IFE, una ahora y tres más dentro de algunos meses!
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¿No dice la Secretaría de Hacienda que los gasolinazos están calculados para que no generen inflación? Al tarifazo reciente en el Distrito Federal se están sumando otros en la República. Los transportistas del estado de México amenazan con un paro general este día; demandan un aumento de entre $2.50 y $3.00 en el pasaje, que hoy es de $7.00. No saldrán con sus unidades a la calle para no provocar problemas de tránsito, simplemente no las moverán. Antes tuvo lugar una encuesta entre los ciudadanos, quienes se manifestaron en contra del alza, y en todo caso la condicionaron a una mejoría en el servicio. Si las autoridades no convencen a los dirigentes de la Alianza de Transportistas Autónomos de la República Mexicana –el principal es Jaime Soberanes– de que desistan de su movimiento, hoy la gente del estado de México tendrá que moverse a pie o como pueda. Algún día se impondrá la sensatez y detendrán los gasolinazos, pero para entonces habrán causado un daño irreparable.
El superpeso y la economía
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, distribuyó un análisis con el título La economía mexicana, bajo su firma. Ha venido sosteniendo que el superpeso –hoy el dólar se cotiza a $12.10– es un reflejo de la fortaleza de la economía y no como opina un numeroso grupo de expertos, el resultado de la abundante entrada de dólares golondrinos. El documento es muy extenso, toca desde el tema de los bonos hasta el de las tarjetas de crédito; sin embargo, le faltan algunas páginas. A marzo de este año, dice, los valores gubernamentales en poder de inversionistas extranjeros sumaban un billón 100 mil millones de pesos; corresponden a Cetes 500 mil millones y el resto a bonos. Parte de la inquietud que provoca este hecho radica en que los capitales golondrinos pudieran irse de golpe, como ya ha ocurrido en otras tragedias nacionales.
El arsenal
Para tranquilizarnos, Carstens dice que el banco central tiene reservas por 240 mil millones de dólares; efectivamente, son las más altas de la historia del país. Incluyen una línea de crédito del Fondo Monetario Internacional. Hasta años relativamente recientes el BdeM no publicaba estos datos, eran secretos de Estado. Indudablemente es positivo que abra la información a los ciudadanos. Faltan, sin embargo, algunas páginas en el reporte de Carstens: 1) ¿En qué y cómo se han invertido el billón y pico de pesos que ha recaudado por la venta a inversionistas extranjeros de Cetes y bonos? ¿Se esfuman en el gasto corriente del gobierno? ¿En obras?, ¿cuáles? ¿O es que las emisiones semanales de Cetes, por ejemplo, sólo alcanzan para pagar las anteriores, con sus intereses? Otra página en blanco que amerita ser llenada: ¿En qué o cómo están invertidas las reservas internacionales? Sabemos, por informes que llegan de afuera, que una parte está en bonos del Tesoro de Estados Unidos. ¿Cuánto gana –o pierde– el Banco de México al contrastar los rendimientos que recibe de los bonos del Tesoro y lo que paga a los inversionistas que compran sus Cetes y bonos?






Ahora que de nueva cuenta se respira el aire y se escucha la tonada del Programa Nacional de Solidaridad (disfrazado de Cruzada Nacional contra el Hambre, adornado con los más vistosos listones empresariales de Vamos México y con una burbujeante Pepsi-Cola en la mano), vale recordar el cálculo prospectivo que a principios de 1993 realizó el consejo consultivo del Pronasol en torno a los indicadores económicos mínimos que el país debería lograr, con el fin de atemperar la depauperación de 40 por ciento de los mexicanos.
Va, pues: de no llevarse a cabo una política deliberada de redistribución del ingreso, el 10 por ciento de los hogares más pobres (los más pobres entre los pobres) tendrían que esperar 64 años para satisfacer sus necesidades esenciales, en caso de que México registrara una tasa sostenida de crecimiento de la economía de 3 por ciento anual por habitante (PIB per cápita); el siguiente 10 por ciento de los hogares tardaría 33 años; el siguiente 10 por ciento de los hogares pobres esperaría 21 años y una década el siguiente 10 por ciento.
Por aquellas fechas, el citado consejo consultivo planteó tres hipótesis sobre el particular: para concretar la primera, que supone que para el año 2007 se mantendrá una distribución del ingreso entre los hogares mexicanos idéntica a la que prevaleció en 1985, el producto interno bruto del país tendría que crecer a una tasa sostenida de 7.4 por ciento anual, en términos reales, entre 1986 y 2007; para alcanzar la segunda, que establece que en 2007 se alcanzaría una distribución del ingreso similar a la registrada en el Reino Unido en 1967, el PIB tendría que avanzar 4 por ciento cada año en igual periodo, y para llevar a la práctica la tercera, que estima una distribución del ingreso parecida a la que prevaleció en el pasado reciente en Checoslovaquia o Hungría (antes de la caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética), el PIB debería crecer en el mismo lapso a un ritmo anual sostenido de 2 por ciento.
Pero no sólo el crecimiento resultaba nodal en dicha estrategia, porque el organismo de referencia subrayó: el combate a la pobreza no puede verse como algo accesorio o complementario a la política de desarrollo; tiene, necesariamente, que constituirse en el eje de la modernización económica y social del país; atemperar opulencia y miseria debe ser hoy la meta a alcanzar; una política de ataque a la pobreza es irreconciliable con una caída de las remuneraciones reales de obreros y campesinos.
Eso fue en 1993, y esas la tesis y la prospectiva, las cuales, obviamente, resultaron escandalosamente fallidas, comenzando por el PIB per cápita, el cual en las dos décadas siguientes no se incrementó el 3 por ciento anual estimado por el consejo consultivo del Pronasol, sino a duras penas 1.3 por ciento, es decir 2.3 veces menos que el cálculo original, el cual, de por sí, remitía al año 2057 la mejoría social de 10 por ciento de la población más pobre entre los pobres. A estas alturas, la espera se prolonga a 2093.
Con base en la estadística oficial, se puede señalar que el PIB per cápita registró un avance de 2.1 por ciento como promedio anual en el sexenio salinista; de 1.9 por ciento en el zedillista; de 0.9 por ciento en el foxista, y de 0.4 por ciento en el calderonista, con lo que el promedio en dos décadas se estaciona en 1.3 por ciento anual, o lo que es lo mismo 57 por ciento menos del mínimo considerado por el consejo consultivo del Pronasol (si se incluye el gobierno de Miguel de la Madrid –caída de 1.8 por ciento–, entonces el citado promedio cae a 0.7 por ciento anual).
En lo que se refiere al crecimiento económico, a lo largo de las últimas tres décadas a duras penas el promedio anual llega a 2 por ciento, es decir, el escalón más bajo entre los cálculos del citado Consejo Consultivo para una distribución del ingreso similar –decía– a la prevaleciente en el pasado reciente en Checoslovaquia o Hungría (antes de la caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética). Todavía se le puede poner la cereza al pastel: de 1993 a 2012, la inflación (oficial) acumulada fue de 530 por ciento, y el aumento al salario mínimo de 472 por ciento, sin olvidar que sólo diez empresarios Forbes reportan fortunas equivalentes a cerca del 15 por ciento del PIB.
Entonces, ni superación de la pobreza ni distribución del ingreso. Por el contrario: el ejército de pobres se ha incrementado sostenidamente, al igual que la concentración del ingreso y la riqueza, todo ello adornado con dos crisis económicas espeluznantes (1995 y 2009) y una política económica inamovible, generadora, precisamente, de pobreza y concentración del ingreso y la riqueza.
Con base en la citada prospectiva del Consejo Consultivo del Pronasol y los resultados oficiales obtenidos entre 1993 y 2012 en materia económica, los mexicanos más fregados (10 por ciento de los pobres entre los pobres) tendrán que esperar un poco más con respecto al originalmente previsto por el citado organismo, es decir, ya no serían 64 los años que deberían transcurrir para satisfacer sus necesidades esenciales, sino (ya con los ajustes impuestos por la realidad y con la misma política económica) un siglo, de tal suerte que allá por el año 2093 quién quita y ya puedan comer sopa caliente, para empezar.
Lo mismo sucedió con el resto de la población considerada en aquel ejercicio prospectivo de 1993. Para el siguiente 10 por ciento de mexicanos pobres, a punto de ser miserables, la espera “pasó de 33 a 52 años; el siguiente decil de 21 a 33, y el cuarto decil de 10 a 16. Ya consideradas las modificaciones que la realidad impuso a las citadas estimaciones del Pronasol, se suponía que esta última porción de mexicanos comenzaría a mejorar su precaria situación a partir de 2009, pero (¡sorpresa!) les cayó el catarrito, de tal suerte que lejos de satisfacer sus necesidades esenciales, éstas se agudizaron, y en qué magnitud.
En síntesis, al arrancar 1993 el registro oficial contabilizaba 46 millones de mexicanos en pobreza; dos décadas después, el inventario se incrementó a 60 millones, y contando. Y advertía el Pronasol que con empleo y salario remunerador se lograría distribuir el ingreso y la riqueza, y 20 años después 60 por ciento de los mexicanos ocupados sobrevive en la informalidad, y el ingreso de alrededor de 30 millones de ellos (58 por ciento del total ocupado) no pasa de tres salarios mínimos (189.21 pesos), en el mejor de los casos.
Las rebanadas del pastel
¡Sonrían!, que Pepsi y Nestlé combatirán la pobreza.


Su alteza imputada. Así cabecearon importantes periódicos de España la noticia de que Cristina, hija del rey Juan Carlos, debía comparecer a finales de este mes ante el juez que lleva uno de los más sonados casos de corrupción: el Nóos. Primera vez que un integrante de la familia real enfrenta la justicia por ese delito. Todo indica que la información en poder del juez prueba la cooperación necesaria y el consentimiento de la infanta en las actividades ilícitas de su marido, Iñaki Urdangarin. Gracias a ello éste logró recibir dinero de varias comunidades, como la de Valencia. En total, más de 9 millones de dólares. Usó como escudo una institución sin fines de lucro para impulsar el deporte y de la cual Su Alteza era parte.
La información también indica que la pareja utilizó el nombre del rey para facilitar los negocios corruptos. En ellos algo tuvo que ver igualmente la amante del monarca, la princesa alemana Corinna.



Filmar los recuerdos es una forma de reparación del olvido. A partir de material de filmaciones caseras hechas entre 1930 y 1970 y encontradas en Zacatecas, el realizador Iván Ávila Dueñas (La sangre iluminada, 2007), construye una pequeña red de ficciones posibles donde el azar y la coincidencia juegan un papel preponderante. Un trabajo de intervención de imágenes.
Tres personajes adultos ligados entre sí por el parecido físico y la pasión de capturar y conservar imágenes de la vida cotidiana, crean un inventario de impresiones fílmicas en formatos de 9.5 y 8 mm, sobre el mundo que les rodea en el pueblo zacatecano de Sombrerete. Un fenómeno formidable, un eclipse solar, trastorna la razón de uno de ellos en la infancia. Descubriremos luego que la madre que lo protege celosamente padece desvaríos similares. El niño crece, se vuelve sacerdote, e instalado ya en la Ciudad de México, es víctima de una obsesión pasional por un joven discípulo. Paralelamente, se narra la historia del otro hombre, un constructor, padre de familia, y la de un ingeniero de minas. Lo que une a los personajes es una filiación incierta, pero sobre todo el gusto por las filmaciones caseras y el propósito, declarado o no, de colocar con ellas un dique al olvido.



El bloqueo de dos horas a la Autopista del Sol efectuado ayer por maestros integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg) concluyó, por fortuna, con el desalojo pacífico de esa vía por los docentes y sin la aparición de los ribetes represivos que se presentaron el pasado viernes, durante un evento similar, por elementos de la Policía Federal.

No le late lo que pasa en Pronósticos Deportivos
¿Qué estará ocurriendo en Pronósticos Deportivos? Hace aproximadamente 10 meses que no hay ganadores de primero y segundo lugares en las modalidades de Melate, Revancha y Revanchita, como resultado, se tiene acumulada una bolsa de 700 millones de pesos. Por supuesto, devengando intereses financieros.

Si los decretos del Ejecutivo federal pudieran tener dedicatoria, este seguramente diría: en honor de Ismael Solorio y Manuelita Solís, su esposa, caídos en defensa del agua del pueblo. Porque ni duda cabe de que el decreto firmado hace unas semanas por Enrique Peña Nieto para establecer la veda a la perforación de pozos en las zonas de libre alumbramiento es fruto de la lucha de este matrimonio y de las y los barzonistas chihuahuenses que vienen luchando por defender el agua de sus comunidades y, con ella, de toda la nación.

Dirk Adriaensens, coordinador de la organización SOS Irak, da cuenta en un dramático texto, “2003-2013: resistencia iraquí, guerra sucia estadunidense y remodelación de Oriente Próximo” (www.brussellstribunal.org), de la catastrófica devastación que padece este país ocupado, tras 10 años de iniciada la ilegal e injustificada guerra neocolonial cuyas secuelas no cesan de aparecer. Lejos de alcanzar el propósito anunciado por los militares estadunidenses en sus manuales de contrainsurgencia, de hacer de Irak un ejemplo de la construcción de naciones a partir de la democracia impuesta por invasores, y modelo para la reconfiguración de Medio Oriente, tenemos una población diezmada, un Estado desmantelado y casi en ruinas, un gobierno colaboracionista y, lo que nadie podía imaginar, la reafirmación del nacionalismo iraquí y la resistencia política y armada en medio del caos, la muerte y el colapso del que fue el país más próspero y progresista de la región, que tuve oportunidad de conocer en 1989. Irak es la evidencia de lo que realmente resulta de las guerras humanitarias del imperialismo mundial encabezado por Estados Unidos.



Hay cosas que simplemente se niegan a morir. En el caso de América Latina son el golpismo, las acciones desestabilizadoras y las estrategias de demonización de los movimientos populares.

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, (UNAM), José Narro, afirmó que es inadmisible que en 2013, con el potencial que tiene el país, se viva una vergonzosa y dolorosísima condición de pobreza extrema de millones de mexicanos. Agregó que llega un momento en que la sociedad debe decir: hasta aquí. Importante la jerarquía que ha dado el rector Narro a un problema del que mucho se habla y poco se ha solucionado en siglos.



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