REPORTAJE
CAMPAÑA DSyR JUVENTUD
Oaxaca: gran rezago en atención a salud sexual de adolescentes
Por: Mabeth Bolaños Aquino, corresponsal
Cimacnoticias | Oaxaca.-
Entre
los puestos de pan, verduras, flores y zapatos, camina María del Carmen
con su hijo de tres años en la espalda, cobijado por un rebozo. Es
lunes, día de plaza en Miahuatlán de Porfirio Díaz, comunidad de la
Sierra Sur de Oaxaca.
Ella es habitante de Santa Lucía, Miahuatlán, tiene 19 años y hasta el
momento tiene un hijo, pero no descarta otro embarazo. “Mi esposo
quiere la niña. Mi mamá dice que no puedo dejar solo a mi hijo”.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(Inegi), en 10 años (1999-2009), en el país se mantiene la tasa de 2.9
hijos en promedio. En el caso de Oaxaca disminuyó de 3.3 a 2.6, octavo
sitio nacional por reducción.
Junto a María camina su hermana menor, Luisa, tiene 16 años y espera a
su primer hijo. “No sé que sea, niño o niña. Juan, mi esposo, quiere
niño y ya me dijo que quiere dos, pero apenas voy con el primero”.
Ambas son parte del 16.9 por ciento de mujeres que en su primera
relación sexual no utilizaron ningún método anticonceptivo, y del 30.3
por ciento que continúan sin usar alguno.
En el estado, el 69.7 por ciento de mujeres en edad fértil y
sexualmente activas no controlan su maternidad con un método, cifra por
debajo de la media nacional, que es del 76.6 por ciento, con base en
cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo).
“¿Cómo se cuidan para no tener muchos hijos?”, se les pregunta. Carmen
y Luisa bajan la mirada, sonríen de manera penosa. La menor toma su
trenza y la muerde.
“De eso no se habla”, dice María del Carmen, “los hijos que quieran nuestros esposos o los que nos mande Dios”.
Aunque las hermanas no se casaron como intercambio monetario o en
especie como en otras comunidades de Oaxaca, sí deben mantener el rol
de dedicarse al hogar, cuidar a las y los hijos, y no decidir sobre su
maternidad.
MALA ATENCIÓN EN SALUD
A pesar de que Oaxaca es de las entidades piloto para el programa
nacional del modelo “amigable” para la atención de la salud sexual y
reproductiva de las y los adolescentes, éste no se aplica.
Un ejemplo de ello es el Centro de Salud Urbano número 1, dependiente
de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), donde al solicitar
información indican que las pláticas comenzarán en un par de meses, sin
tener una planificación ya elaborada.
Y cuando una joven pregunta sobre métodos anticonceptivos le comentan
sobre los parches, la pastilla anticonceptiva y el dispositivo
intrauterino (DIU), dejando fuera el condón masculino.
Con base en el “Monitoreo de la instrumentación del Programa de Acción
Específico Salud Sexual y Reproductiva para Adolescentes 2007 y 2012”,
realizado por la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en
México (Ddeser), muestra que a las y los jóvenes y adolescentes no se
les garantiza su derecho a la salud sexual y reproductiva.
En 2012 en Oaxaca se tenían registrados oficialmente cuatro Servicios
Amigables para Adolescentes, sin embargo en la entidad habitan 730 mil
680 personas entre 12 y 20 años, lo que evidencia que la oferta de
estos servicios no es suficiente para garantizar el acceso.
Los Servicios Amigables para Adolescentes fueron creados con el
objetivo de atender la salud sexual y reproductiva de manera integral y
en un marco de respeto a sus derechos sexuales y reproductivos.
El Monitoreo agrega que la mayoría de estos servicios están ubicados en
asentamientos urbanos, lo cual excluye a la población indígena aún más
desatendida.
Mayra Morales Aldáz, representante de Ddeser en Oaxaca, señaló que en
materia de presupuesto también resulta insuficiente, y esta carencia
repercute en el abasto de anticonceptivos. En 2012, por ejemplo, hubo
desabasto de condones, método más solicitado entre los adolescentes.
El respeto a la privacidad de las y los adolescentes parece ser una
carencia importante de los servicios de salud sexual y reproductiva de
Oaxaca.
De manera general, las y los usuarios manifestaron no sentirse cómodos
al momento de solicitar las consejerías debido a transgresiones a su
intimidad y a la obligación del secreto profesional médico.
A las y los usuarios simulados los atendieron en la recepción o en la
sala de espera, a la escucha del resto del personal que labora en los
centros y de los demás pacientes.
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