Escrito por Jorge Meléndez Preciado
Mientras
el PAN vive una crisis que no ve fondo, no obstante los consejos del
desacreditado Fernández de Cevallos, mejor conocido como “La Ardilla”,
ya que en el gobierno salinista no salía de Los Pinos, las cantidades
millonarias en diferentes rubros que se atribuyen a Felipe Calderón van
saliendo sin parar.
Ya sabíamos que durante su gestión se
le devolvieron 63 mil millones de pesos a 20 consorcios que encabezan
hombres que salen en la revista Forbes, los millonarios en dólares.
Recientemente, empero, se nos dijo que
en seis años Felipe aumentó su fortuna de 7.4 millones de pesos a 17.8
millones de monedas nacionales.
El
crecimiento tiene explicación si sabemos que ganaba mensualmente 147
mil 134 pesos y le dieron un suculento bono de retiro de tres millones
716 mil 951 pesos. Cantidades que ganan pocos, entre ellos los señores
de la Suprema Corte, el IFE, el IFAI y algunos más. Lo cual muestra que
la brecha entre riquillos y pobretones continúa ampliándose. Luego
algunos, sin razón, se indignarán y condenarán los estallidos sociales.
De la nueva lana, Calderón invirtió 657
mil pesos en muebles, joyas, aparatos eléctricos y cuadros, entre otros
artículos. Lo cual muestra palmariamente que a ese individuo el arte,
la pintura, las esculturas le tienen sin cuidado. Es decir, la cultura
le importa un comino a quien dice representar a los mexicanos aquí y en
el exterior.
Felipe se dice católico, apostólico y
demás catalogaciones religiosas. Pero ni por asomo ha tenido la idea de
entrevistarse con el nuevo Papa Francisco, ahora que goza de tiempo
libre. Y éste ni siquiera ha volteado a mirar a dicho mexicano. Sin
embargo, ya estuvo con el mandatario uruguayo, José Mújica, quien
fuera guerrillero tupamaro. Ambos tuvieron puntos en común. Acaso
porque el hombre que lidera al país oriental tiene un vocho
desvencijado como propiedad, lo maneja él mismo para ir a trabajar,
vive en una modesta casa donde hay lo elemental, se jubilará con un
sueldo modesto y tiene un par de trajes para las diferentes ocasiones,
amén que Mújica y su esposa hacen las labores del hogar en todos
sentidos, sin ayuda de terceros, o sea, lo que llamamos aquí criados.
Dos ejemplos que debemos aquilatar para
darnos cuenta de la descomposición a la que ha llegado una clase
política, la nuestra, que presume de viajes, amistades, bienes
terrenales y hasta ejercicios espirituales.
Pero más recientemente se dio a conocer, por una solicitud de la reportera Nancy Flores (Contralínea),
el gasto sexenal en la autopromoción gubernamental calderonista. Fue de
38 mil 725 millones de pesos, 8 mil más que la Cruzada contra el
Hambre, el buque insignia del peñismo.
De esa cantidad, la mayoría fue para
medios audiovisuales, 22 mil 550 pesos. A Televisa se le dieron 5 mil
649 y a Tv Azteca 4 mil 45. Para el Grupo Radiorama, que no tiene una
estación importante en el DF, hubo 550 millones. Y para una agencia
estadounidense YPartnership, se destinaron casi mil millones de pesos.
En este último caso, el objetivo fue la promoción turística, donde hubo
resultados desalentadores ya que no aumentó significativamente el
número de visitantes extranjeros debido a la inseguridad en nuestro
país.
Quienes se despacharon con la cuchara
grande para gastar en publicidad fueron el Consejo de Promoción
Turística, la Secretaría de Salud, Pronósticos Deportivos, IMSS, CFE y
Pemex, entre otros.
Las tres últimas, señalan correctamente
diversos analistas como el investigador universitario, Raúl Trejo
Delarbre, y Omar Raúl Martínez, director de la Revista Mexicana de Comunicación,
no debieron haber erogado un solo peso ya que no requieren publicidad,
pues no tienen competencia en sus campos o son organizaciones de
servicio público.
En el caso de Pronóstico Deportivos,
que encabezó Adolfo Blanco Tato, supimos que hubo pésimos manejos
financieros y hasta fraudes. Tanto así que varios burócratas
resultaron exhibidos y no claramente sancionados, no obstante que se
“sacaron” el Melate, haciendo trampas.
En este rubro ocurrió algo parecido con
el ex gobernador veracruzano, Fidel Herrera Beltrán, quien extrañamente
obtuvo dos veces la lotería nacional.
La propaganda gubernamental ha servido
para las simpatías, antipatías o empatías de los jefes de prensa,
empezando por los que estuvieron en la presidencia de la República,
Alejandra Sota y Maximiliano Cortázar, ex baterista del grupo
Timbiriche.
Además, en dicho gasto no hay acciones
claras ni rendición de cuentas. Y por si algo faltara, discriminan a
los medios críticos como aconteció con las revistas: Proceso y Contralínea.
El derroche, la manipulación y la discriminación es lo característico en la propaganda oficial, todo con el dinero del pueblo.
@jamelendez44
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