Persisten brecha salarial de género, precariedad y discriminación
Pese
al cúmulo de recomendaciones de organismos internacionales para que los
Estados den oportunidades laborales a las mujeres, en 2015 en todo el
mundo no se consiguió igualar el salario entre los sexos, que más de la
mitad de la población femenina trabajara, ni que los varones
contribuyeran más en actividades no remuneradas, informó el Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El año que recién concluyó no destacó por hacer una diferencia en la
disminución de la brecha salarial de género, sino que los hombres
siguieron predominando en el mundo laboral mientras que las mujeres no
recibieron una remuneración por la mayoría de sus actividades, según el
Informe Global de Desarrollo Humano 2015 del PNUD.
A escala mundial –determinó el estudio– la tasa de participación
femenina en el trabajo fue de 50 por ciento, lo que contrasta con la
tasa de participación varonil que fue de 77 por ciento.
Se suma que 3 por ciento de las mujeres que ya ingresaron al mercado
laboral estuvieron desempleadas, mientras que 72 por ciento de los
hombres consiguieron un trabajo por el que sí les pagaron.
En contraste, en la realización de las actividades no remuneradas (en el
hogar y de cuidados, tanto en el campo como en la ciudad) ellas
participaron el triple que los varones, de quienes sólo 10 por ciento
contribuyó, se añade en el informe.
En 2015 la mayoría de las mujeres tampoco ocupó puestos de decisión, ya
que sólo 22 por ciento de todas las trabajadoras en el mundo llegó a un
cargo directivo, y en 32 por ciento de las empresas no hubo alguna mujer
en puestos de mando.
Así, ellas prevalecieron en ocupaciones de calificación media, como
empleadas de oficina, trabajadoras del sector servicios, comercio y como
vendedoras.
No obstante –advirtió el PNUD–, aunque las mujeres realicen el mismo
trabajo que los hombres, en 2015 ellas percibieron 24 por ciento menos
de salario que sus pares varones.
Y en puestos de decisión la brecha salarial es más grande, ya que ellas
recibieron 53 por ciento menos de ingreso que sus homólogos hombres.
Además, en la mayoría de las regiones del mundo las mujeres también son
más propensas a desempeñar empleos vulnerables, trabajando por cuenta
propia o en contextos informales en los que los ingresos son “frágiles”,
o que ofrecen poca o ninguna protección y seguridad social, observó el
mecanismo de Naciones Unidas.
Tales diferencias de género en el trabajo contrastan con los estatutos
de más de un tratado internacional –como la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer
(CEDAW, por sus siglas en inglés), o convenios de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT)– que obligan desde hace décadas a los
Estados a erradicar la discriminación contras las mujeres en el mundo
laboral.
Por: la Redacción
Cimacnoticias | México, DF.-
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