1/06/2016

Los periodistas pal café . . . .



Morelos está a punto de estallar. De por sí la bomba era de mecha muy corta, pero el que dice ser gobernador del estado, Graco Ramírez, se ha encargado de recortarla mucho más en apenas tres años. Bravucón, intolerable, persecutor de periodistas y fiel a la filosofía de que aquí sólo mis chicharrones truenan, quien fuera servidor y ejecutor del inenarrable Rafael Aguilar Talamantes ha llevado a la entidad al borde del precipicio.
Entre sus promesas de campaña y sus compromisos de toma de posesión y la realidad morelense existe una distancia abismal, mientras por doquier brotan cadáveres y enormes charcos de sangre, y el crimen organizado goza de cabal salud. Graco, pues, como el caballo de Atila.
Por ejemplo, aquel primero de octubre de 2012, día de su toma de posesión, Graco prometió menos pobreza y mayor bienestar, pero en apenas dos años de ejercicio incrementó siete puntos porcentuales el número de morelenses en pobreza y pobreza extrema (la cifra es del Coneval), con lo que en este reglón ocupó la primera posición nacional, por arriba de Veracruz (con otro gobernador de características similares), cuyo indicador creció seis puntos porcentuales, y Oaxaca (ídem), con cinco puntos de aumento.
Ese mismo día dijo que juntos lo haremos posible; vamos a demostrar que la gente quiere un nuevo pacto social y que se construyan acuerdos. Aquí todos somos necesarios e indispensables. No es válido marginarse, no cabe la apatía y esperar un salvador de la patria. A partir de entonces ha violentado los existentes y evitado cualquier posibilidad de construir acuerdos, en el entendido de que él es el salvador del estado y los demás una bola de pendejos, excepto sus parientes perfectamente incrustados en la nómina gubernamental, con todo y que prometió acabar con los abusos.
Uno de sus ejes de gobierno, según dijo, sería impulsar una estrategia de paz y reconciliación y devolver la seguridad a los morelenses en 18 meses, al tiempo que ofreció evitar que Morelos sea usado como trasiego de drogas o puerto de abrigo de la delincuencia. Desde entonces han transcurrido 37 meses –el doble del periodo comprometido– y el estado es uno de los más inseguros de la República, mientras en él el crimen organizado ha sentado sus reales y la droga corre vuela y se acelera, incluida su abundante cuan creciente cuota de sangre.
Enterado de que, a pesar de todo, todavía algunos dudaban de quién en realidad gobierna Morelos, el monero Hernández, de esta casa editorial, tuvo a bien realizar una sesuda investigación, y este es el resultado.
Como bien lo publicó ayer La Jornada Morelos, la necedad de Graco Ramírez, que ya es épica, de imponer el mando único, a sabiendas de que éste no es la panacea, pero tampoco la solución a nada, representa una muestra fundamental y básica de que no tiene la menor idea de cómo resolver los problemas que representa un estado como Morelos, que a pesar de ser pequeño en territorio, es grande en recursos, es grande por su gente y por lo tanto, representa desafíos que un personaje de miras cortas no es capaz de resolver.
Sobre el nivel de popularidad de quien dice ser el gobernador de la entidad da cuenta la siguiente crónica jornalera, bajo la firma de la corresponsal Rubicela Morelos Cruz, en el sepelio de la recientemente asesinada presidenta municipal de Temixco por un día, Gisela Mota: “¡Justicia!, ¡Fuera Graco!, ¡Fuera de Morelos!, ¡Vete para Tabasco, cochino!, ¡Ya basta, Graco!, fueron algunos de los gritos que escuchó el gobernador Graco Ramírez, durante su asistencia el homenaje que se rindió en memoria de la alcaldesa de Temixco, Gisela Raquel Mota Ocampo, en la explanada principal de ese municipio. A los habitantes de la localidad molestó la presencia del mandatario perredista en la ceremonia realizada la tarde del domingo. Los abucheos contra el mandatario estatal no cesaron. Después de que montó guardia en el féretro de la munícipe y se retiraba a su lugar, se escucharon los primeros reclamos: ¡justicia!, ¡justicia!, ¡justicia!


FotoLos Reyes Magos son generosos con el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens. Éste ganó 400 mil millones de pesos, gracias a la devaluación durante 2015. De acuerdo con un reporte de analistas de Finamex, obtuvo ese resultado debido a las reservas internacionales y la depreciación del tipo de cambio respecto del dólar, que pasó de 14.74 a 17.25 pesos (cotización interbancaria). Y seguirá ganando dinero, porque Finamex anticipa que el dólar podría llegar a 18 pesos en el primer semestre de este año. Lo que sucede es parte del esoterismo financiero que vive el país. ¿Quién gana en una devaluación? Los que tienen más dólares. ¿Quién tiene más dólares? El Banco de México. Por tanto, es el mayor beneficiado con la especulación. No fue el único ganador. También los bancos (cuya identidad guarda como secreto de Estado), a los que ha subastado alrededor de 30 mil millones de dólares.
Un detector de mentiras
A los capitalinos, los Reyes Malos –Malhechor, Raspar y Ba-asaltar) les trajeron el amargo regalo del Reglamento de Tránsito. Pero en realidad habían pedido a los Reyes Magos buenos un detector de mentiras para aplicarlo al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera. Acaba de declarar en relación con dicho reglamento: Eso que dicen, que va (a) haber 5 mil multas, que hay una cuota, son mitos. O sea, de ninguna manera. Nunca hemos tenido ese número ni vamos a tenerlo, ni se le va a pedir una cuota. No lo permitiría. La agujita del detector se volvería loca, porque el contrato con la empresa Autotraffic lo desmiente. En forma destacada, dentro de un cuadro, el contrato dice que la influyente compañía está facultada para levantar 150 mil multas mensuales. Así, hasta 2017, precisamente antes de que Mancera deje el gobierno. Por si alguna duda cabe, firmó el documento Érica Yahaira Leija Macías, oficial mayor de la Secretaría de Seguridad Pública.
No subió el petróleo
Si las cartas a los Reyes Magos del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, y del director de Pemex, Emilio Lozoya, fueron peticiones para que el precio del petróleo volviera a los niveles de 100 dólares el barril, se llevarán una desilusión. Van a tener que seguir marchanteando la empresa (decirle productiva es una ironía) a quienes paguen más. Sigue por el piso y con tendencia a bajar más. En otro tiempo, un conflicto diplomático como el que ha surgido entre Irán y Arabia Saudita (ambos, miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP) hubiera sido motivo para un alza del precio del crudo. Pero no en esta ocasión. Y es un conflicto grave. Arabia Saudita dio al embajador de Irán 48 horas para dejar el país después de la tumultuosa manifestación frente a su embajada en Teherán, que fue originada por la ejecución del líder religioso Nimr Baqir al Nimr, crítico del maltrato que los sauditas dan a la minoría chiíta. Otros dos miembros de la OPEP, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, se solidarizaron con Arabia Saudita. Con todo, los precios apenas se movieron, como si no hubiera ocurrido nada. Al factor que motivó la caída, la sobreproducción, se suman ahora los problemas que enfrenta China, principal consumidor del mundo.
@VoxPopuli



La escalada entre Arabia Saudita –primera potencia petrolera global, con una población de 27.7 millones: 80 por ciento sunitas y 20 por ciento chiítas concentrados en Qatif y su Provincia Oriental– e Irán –81.8 millones; país indoeuropeo de mayoría chiíta y segunda potencia gasera global–, es mucho más geopolítica que religiosa y/o étnica, como distorsiona la balcanizadora narrativa israelí-anglosajona.
Cuando el sha de Irán reinó impávido, Arabia Saudita fue su gran aliado bajo la férula de Estados Unidos (EU).
Hoy la compleja escalada entre Riad y Teherán refleja la fractura global, el incendio del Gran Medio Oriente, y la contienda por los liderazgos del mundo islámico y la OPEP.
La fractura geoestratégica de EU con Rusia/China es concomitante a la trampa demográfica de Brzezinski/Stratfor mediante la “carta islámica (http://goo.gl/gXDSoj)” para desestabilizar las entrañas del RIC (Rusia, India y China).
Rusia cuenta con 20 por ciento de tártarossunitas; India, país nuclear, es hoy la máxima potencia numérica islámica (20 por ciento de su población), y China ostenta 10 millones de uigures/mongoles sunitas, parte de los pueblos túrquicos, en la superestratégica provincia autónoma de Xinjiang, pletórica de gas y uranio.
El ex primer ministro israelí general Ariel Sharon trazó al Gran Medio Oriente con una línea horizontal, desde Marruecos hasta Cachemira (hasta donde alcanzaron las protestas contra Arabia Saudita), y una línea vertical desde el Cáucaso –el bajo vientre de Rusia– hasta el cuerno de África.
La Organización de la Conferencia Islámica de 57 países, exhibe mil 600 millones de feligreses –¡22 por ciento del género humano!– cuyo 80 por ciento es sunita –que no es tan homogéneo debido a sus escuelas jurídicas de interpretación del Corán– y un casi 20 por ciento chiíta, que tampoco es uniforme debido a sus múltiples sectas (alawitas de Siria, hutíes/zayditas de Yemen, alevis de Turquía, ismaelitas de India, etcétera).




Como presidenta de la Comisión Estatal de Atención y Protección a los Periodistas (Ceapp), Namiko Matsumoto Benítez se las arregló para mantener en bajo perfil las circunstancias por la que atravesó el gremio al inicio de la actual administración.
Durante los días aciagos en que perecieron unos 15 comunicadores y otros huyeron del estado, la Ceapp fue punta lanza para paliar políticamente las opiniones negativa a la gestión gubernamental. Creada ex profeso para atender y proteger a los periodistas, dicha institución se distinguió por un silencio cómplice y plegado a las explicaciones oficiales sobre lo acontecido.
Así, la comisión no sólo fracasó como instancia pública sino su costosa nómina –a la cual se destinaba la mayor parte del presupuesto inicial de más de 20 millones de pesos anuales– nunca pudo articular un discurso que reivindicara el respeto a la libertad de expresión, mucho menos emprendió alguna acción creíble, por lo que nunca pudo ganarse la confianza ni la aceptación de los informadores.




Al dar a conocer un paquete de medidas ejecutivas con el que pretende contener el uso de armas de fuego –un mes después del tiroteo en San Bernardino, California, que cobró la vida de 14 personas–, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó a reconocer la urgencia de acentuar el control de armamento en el país, y dijo que es posible hallar formas de reducir la violencia armada de manera consistente con la segunda enmienda, el anacrónico precepto constitucional que protege el derecho de los estadunidenses a tener armas de fuego.

La inseguridad, deuda de gobiernos
Mal empiezo de año; la inseguridad a causa de grupos del crimen organizado sigue siendo un problema grave en varias regiones del país. Lo sucedido en Temixco, Morelos, donde la alcaldesa fue vilmente asesinada, indica que estos grupos delincuenciales retan de manera abierta y sin ningún tapujo a la autoridad que planee enfrentar problemas que tienen muchos años, ante la pasarela de gobernantes de todos los niveles que no han podido cumplirle a la ciudadanía, que los elige por una de sus tantas preocupaciones (la inseguridad).

Si algo se puede afirmar con alguna certeza acerca de las dificultades que están pasando las fuerzas progresistas en América Latina, es que esos problemas se asientan en el hecho de que sus gobiernos no enfrentaron ni la cuestión de la Constitución ni la de la hegemonía. En el caso de Brasil, este hecho es particularmente dramático. Y explica en parte que los enormes avances sociales de los gobiernos de la época de Lula sean ahora tan fácilmente reducidos a meros expedientes populistas y oportunistas, incluso por parte de sus beneficiarios. Explica también que los muchos errores cometidos (para comenzar, haber desistido de la reforma política y de la regulación de los medios de comunicación, algunos de los cuales dejan heridas abiertas en grupos sociales importantes, tan diversos como los campesinos sin tierra ni reforma agraria, los jóvenes negros víctimas de racismo, los pueblos indígenas ilegalmente expulsados de sus territorios ancestrales, pueblos indígenas y quilombolas con reservas homologadas pero engavetadas, militarización de las periferias de las grandes ciudades, poblaciones rurales envenenadas por agrotóxicos, etcétera) no sean considerados errores, sino que sean omitidos y hasta convertidos en virtudes políticas o, al menos, sean aceptados como consecuencias inevitables de un gobierno realista y desarrollista.

Algo es algo: la asunción del argentino Jorge Taiana como presidente temporal del Parlamento del Mercado Común del Sur (Mercosur) fue la única buena noticia de un año que empezó con los estragos de la “corriente del Niño”, junto con densos nubarrones que anuncian fuertes tormentas sociales en los países de la cuenca del Plata.

En poco más de dos horas la película narra la historia del encubrimiento de pederastia clerical que hizo el cardenal Bernard Law en la diócesis de Boston. El filme se titula en inglés Spotlight y los distribuidores eligieron el nombre En primera plana para su exhibición en los países de habla española. Sintetiza el gran trabajo de investigación periodística realizado por un equipo del Boston Globe, que lo llevó a ser reconocido en 2003 con el premio Pulitzer.

Hay dos reseñas del libro Hidalgo: maestro, cura e insurgente que revelan el grado de polémica y controversia que la vida del cura de Dolores suscita a más de 200 años de encabezar la lucha por la Independencia. Una es la de Roberto Breña, publicada en la revista Nexos en abril de 2014, y otra la reseña de Pedro Salmerón aparecida el 20 de octubre de 2015 en el diario La Jornada. Los dos autores hacen un justo reconocimiento del trabajo de Carlos Herrejón al reconstruir la biografía del Padre de la Patria y ambos tocan un aspecto neurálgico que ha ocupado la atención de varias generaciones estudiosas de la gesta de la Independencia. El asunto se refiere a si Hidalgo llamó a una rebelión exclusivamente contra los españoles peninsulares sin la separación de España ni del rey Fernando VII, o si el cura tenía el proyecto de una nueva nación. Ambos reseñadores en cuanto a este tema mantienen posturas diferentes.

Las señales premonitorias de los cambios esperados en el modelo político y económico mexicano se ligan con la decadencia del bipartidismo prianista. Juntos o por separado cuando han sido mayoritarios, han reducido, de manera lenta pero consistente, su legitimidad entre la ciudadanía. El Partido Acción Nacional (PAN), salvo en una ocasión específica y hasta accidental, ha sido el partido más votado (Fox). En el caso de su sucesor (FCH), las trampas masivas ejecutadas impiden su reconocimiento como verídico triunfador. Para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la caída en aceptación y apoyo ha sido no sólo continua, sino acelerada desde finales del ya lejano siglo pasado. La administración actual apenas alcanzó una tercera parte del electorado y hace malabares y alianzas indignas para obtener una tambaleante y costosa mayoría. El largo periodo del acendrado sometimiento de ambos conjuntos al neoliberalismo imperante los ha vaciado de representatividad. Cada vez se hace más evidente a la mirada colectiva que tanto uno como el otro, y en especial cuando forman convenenciera pareja, gobiernan con la mirada fija hacia arriba. La élite empresarial-financiera (de dentro y de fuera), así como la continua búsqueda de negocios y protección entre sus militantes, fosilizan el núcleo de sus preocupaciones y actos.
Cuando Arabia Saudita, con ayuda de David Cameron, fue electa al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en 2013, todos lo consideramos una farsa. Ahora, pocas horas después de que los sauditas musulmanes sunitas cortaron la cabeza a 47 de sus enemigos –entre ellos un prominente clérigo musulmán chiíta–, esa designación resulta grotesca. Desde luego, el mundo de los derechos humanos está escandalizado, y el chiíta Irán habla de un castigo divino que destruirá a la casa de Saud. Multitudes atacan la embajada saudita en Teherán. ¿Qué hay de nuevo?

En los pasados 18 meses el colapso de los precios internacionales de petróleo alcanzó dimensiones dramáticas. Entre junio y diciembre de 2014 la cotización cayó de 114 a 60 dólares por barril (para el Brent). Pero el brutal desplome no se detuvo: a lo largo de 2015 la tendencia a la baja se mantuvo y hoy los precios del petróleo se encuentran en los niveles más bajos desde 2008.

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