A los trabajadores de la educación
A los colectivos y organizaciones de izquierda y progresistas
A los artistas e intelectuales
Al pueblo de México
En las últimas semanas los trabajadores de la educación han tenido un
papel protagónico en la vida política del país, en estos momentos ellos
luchan por frenar la llamada Reforma educativa. Dicha reforma es parte
de un plan de despojo y privatización que ha sido acompañado de la
Reforma laboral y energética, además de otras que tienden hacia la
privatización de la educación y la destrucción de la organización
magisterial: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE). La CNTE ha sido un referente organizativo que desde hace más de
35 años ha luchado contra el charrismo sindical, en defensa de la
educación pública y que, además, ha rodeado de solidaridad a movimientos
y organizaciones que se han encontrado en situaciones adversas.
El Estado, el gobierno y sus voceros, los medios de comunicación,
desarrollan una campaña de desprestigio, criminalización y mentiras
contra la CNTE, sin embargo, aun con todo esto el gobierno no ha podido
frenar la tenacidad y combatividad del magisterio, muestra de ello es la
resistencia del movimiento magisterial y el pueblo el día del 19
durante el bloqueo de la autopista México-Oaxaca a la altura de Asunción
Nochixtlán, San Pablo Huitzo y en la capital oaxaqueña. En dichos
lugares la Policía Federal (PF), la Policía Estatal (PE) y la
Gendarmería arremetieron brutal y cobardemente contra manifestantes con
el pretexto de garantizar el “orden” y el “libre tránsito”.
El
saldo de los distintos ataques es, hasta el momento, de 8 compañeros
ejecutados extrajudicialmente y decenas de heridos por armas de fuego
accionadas desde los cuerpos represivos. Las acciones represivas contra
el magisterio y el pueblo son un claro mensaje del gobierno
representante de la clase burguesa que, por medio de sus títeres
(Enrique Peña Nieto, Aurelio Nuño, Osorio Chong y sus cómplices) intenta
imponer los designios del capital de la forma más cobarde y
despreciable: quitando la vida a maestros, luchadores sociales y al
pueblo en general.
El Estado ha definido la represión como la
respuesta a las justas demandas del movimiento magisterial-popular.
Desde hace semanas se ha incrementado la represión con provocaciones del
gobierno al detener caravanas de camiones llenos de trabajadores de la
educación y encarcelar a líderes y exlíderes de la CNTE. La represión ha
escalado al grado de que ahora las fuerzas represivas del Estado, con y
sin uniforme, asesinan manifestantes. También, se repiten hasta el
cansancio en radio, televisión y prensa las mentiras del gobierno, las
cuales indican que quienes se oponen a la Reforma educativa son
“vándalos que defienden sus privilegios”.
Sin embargo, el
pueblo sabe que las injusticias tienen origen en el gobierno. No es
casual ni un accidente que, durante los distintos ataques en el estado
de Oaxaca, al sonar de las campanas de las iglesias el pueblo acudió a
sumarse a la resistencia y a suministrar a los maestros lo necesario
para atender heridos: gasas, agua, alcohol, así como prendas para seguir
resistiendo el efecto de las centenas de granadas de gas lacrimógeno
lanzadas desde helicópteros de las distintas corporaciones policiacas.
Asistimos a un momento definitorio para el magisterio, por ello es
importante apuntar que la lucha contra la reforma educativa debe ser
parte de una amplia campaña de denuncias que pueda desnudar el carácter
oligárquico y antipopular del gobierno y que, al mismo tiempo, señale
que cada injusticia que vivimos a diario millones de mexicanos es
consecuencia de la existencia del sistema capitalista.
La tarea
central es abrazar con solidaridad al movimiento magisterial y tener
claro que es preciso y urgente comenzar a construir y desarrollar la
unidad del pueblo en torno al enemigo principal: la política neoliberal
de despojo, privatización y represión.
La táctica en este
momento es sumarse, vincularse con el pueblo no organizado; desplegar
brigadas de agitación y propaganda en colonias, hospitales, mercados,
sindicatos, transporte público, etcétera, sin escatimar en recursos en
volantes y organizar ahí donde no hay organización sin dejar de señalar
el carácter terrorista del Estado, así como la necesidad de frenar la
Reforma educativa.
Otra tarea táctica a desarrollar es impulsar
la solidaridad desde distintos sindicatos para apoyar la lucha
encabezada por la CNTE. Ante las dificultades y la vacilación de la
mayoría de las direcciones sindicales de dar pasos concretos de este
sentido, consideramos que es necesario impulsar dicha tarea de manera
independiente.
La forma en que ha actuado el Estado para
conseguir su objetivo de imponer la Reforma educativa anuncia cual es el
camino que seguirá para lograr imponer el resto de las reformas
neoliberales, cuyas consecuencias serán, entre otras, la privatización
de la educación, de la salud y la agudización de las condiciones de
miseria de la clase trabajadora. Ante la represión, indignación; ante el
coraje y la impotencia: ¡agitar, organizar y movilizar!
¡Ante el terrorismo de Estado, un pueblo organizado!
FRATERNALMENTE
¡Luchar con dignidad, con el pueblo organizado, luchar hasta vencer!
Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP)
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