Hombres
y mujeres “de distintas nacionalidades y profesiones”, encabezados por
don Pablo González Casanova, quien dirigió la Universidad Nacional
Autónoma de México de 1970 a 1972, muchos de ellos dedicados a la
docencia y la investigación desde la educación básica hasta la superior,
emitieron un texto que circula por toda la aldea global y que contempla
tres pronunciamientos, de los que sólo destaco el siguiente:
“2.
Por la instalación de un diálogo nacional resolutivo entre el gobierno
federal y los representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores
de la Educación (CNTE), interlocutor legítimo del movimiento
magisterial que rechaza con dignidad la llamada reforma educativa del
gobierno federal.”
Es clarísima la simpatía de los
numerosos y diversos firmantes, mexicanos y extranjeros, con el
movimiento que desde el 15 de mayo paraliza franjas del sistema escolar
básico, dirigido desde la Secretaría de Educación Pública, aunque su
encanecido titular litiga en los micrófonos y pantallas de los demasiado
parciales noticieros para convencer que el paro involucra a unos
cuantos profesores y la movilización a franjas absolutamente
minoritarias del magisterio.
La batalla por la
opinión pública y publicada –para algunos inexistente– está a todo lo
que da el aparato mediático oficial y oficialista –entidades distintas y
con frecuencia confundidas–, y de acuerdo con el subcomandante Galeano (antes Marcos)
vocero eterno del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, “al menos
en Chiapas, los de arriba están perdiendo la guerra mediática”, cinco
semanas después,
En esa contienda cada día más
polarizada y hasta agresiva, violenta por lo menos en Chiapas, Guerrero,
Oaxaca y Tabasco, “batalla de resistencia” entre las autoridades y la
CNTE, la llaman otros colegas, resulta sumamente alentador que las voces
por el diálogo se multipliquen y que cada día sean más diversas.
Cierto
es que los dirigentes del paro y la movilización son los primeros en
demandarlo, y Aurelio Nuño en condicionarlo: “En el momento que la
Coordinadora (…) regrese a clases, acepte públicamente la reforma
educativa, y que es la ley, y que la tienen que aceptar, en ese momento
con mucho gusto nos sentamos también a escuchar sus inquietudes”. Lo
dijo ante la Reunión Nacional de Consejeros de BBVA Bancomer, uno de los
dueños del capital trasnacional, después de que Arturo Fernández Pérez,
rector del ITAM nada más desde 1992, les ilustró que la CNTE es un
“animal herido de muerte que aún lanza zarpazos (…) se trata de una
organización política que agrupa a un gremio radical formado en una
ideología guerrillera, rémora de lo peor de nuestro pasado político”.
(6-VI-16).
Otras voces, como la arquidiócesis de
Tuxtla Gutiérrez ofreció sus servicios como mediadora entre el gobierno
federal y la CNTE, para solucionar el conflicto y suspendan el paro de
labores y el plantón instalado por los profesores en el centro de la
capital de Chiapas desde hace 36 días.
Ofrecen
“espacios y medios desde la oración hasta el acercamiento personal en la
búsqueda de soluciones”, dijo el arzobispo Fabio Martínez Castilla.
Pero tiene muy claro que “toda reforma educativa para ser auténtica
tiene que ser integral e incluyente, que priorice promueva y proteja la
dignidad de las personas, el bien común, las necesidades sociales, las
características de la cultura y la dinámica del conocimiento”. Martínez
Castilla, por lo dicho, entiende más del tema que el titular de
Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.
@IbarraAguirreEd
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