Por: Emma Martínez
(21 de junio, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- Al hospital llegó
un joven con dos balazos, uno fue directo a su pecho y otro en al
hombro, pero su desesperación no solamente era por el dolor y el impacto
de lo que había sufrido, sino también derivado de un shock por haber
visto como “un policía agarró a un maestro y a sangre fría, sin
miramientos le dio dos balazos en la cabeza”, narra a Revolución TRESPUNTOCERO René Cruz Flores, quien fue víctima de la violencia suscitada en Nochixtlán, Oaxaca el domingo pasado.
René salió por la mañana de su comunidad, Magdalena Zahuatlán, iba a
Nochixtlán a realizar las compras de víveres como cada domingo y
adquiriría algunas otras cosas que necesitaba para la graduación de su
hijo, quien está por salir de la secundaria.
“Al llegar al puente que está antes de llegar al distrito de
Nochixtlán nos encontramos con un retén de policías federales, les
pedimos permiso de pasar y nos lo negaron, además comenzaron a
insultarnos, a mentarnos la madre y a decirnos muchas groserías más.
Todos ellos tenían armas y nos dijeron que si no nos retirábamos nos
iban a disparar y en ese momento yo les reclamé que por qué nos íbamos a
retirar, si estábamos en nuestro pueblo y en nuestra casa, fue en ese
momento cuando comenzaron a hacer varias detonaciones, y así fue como la
gente comenzó a acercarse, igual a agredirlos a ellos y ellos a
nosotros; nosotros con piedras y uno que otro llevaba palos, durante un
lapso de 50 minutos estuvimos discutiendo con ellos”, comenta Cruz
Flores.
Durante ese tiempo se escucharon disparos, fue ahí cuando René
escuchó que alguien gritó que “le habían pegado un balazo”, en efecto, a
un joven le dispararon en la quijada y la bala salió por la mejilla.
“Corrí para donde estaba el muchacho, para auxiliarlo, cuando sentí
que me dieron un balazo en el pie, por eso ya no lo pude auxiliar. Fue
ahí cuando la gente se embraveció y se juntó para comenzar a
apedrearlos, después perdí la noción del tiempo porque me llevaron a un
hospital.
Cuando llegamos vi que había otro ciudadano herido de bala, pero en
cuestión de 10 minutos ya éramos 9 personas con herida de bala y todos
eran padres de familia, no había ningún profesor”, señala René.
Desde el interior del hospital se seguían escuchando las detonaciones
de los policías federales, las cuales, asegura René y concordando con
otros habitantes, “eran exageradas”, ya que “no había motivo para que
los federales dispararan”.
René comenta que se dieron cuenta que durante los disturbios, hubo un
francotirador ubicado en el techo de un hotel, quien explica, “fue el
que por lo menos provocó el deceso de ocho personas, entre ellas dos
niños”.
Al hospital siguieron llegando más heridos, pero como el espacio es
pequeño, señala René, fueron trasladados a una parroquia donde había un
grupo de médicos atendiendo, los resultados que había dejado la
violencia en aproximadamente cinco horas.
“A quienes estábamos en la clínica nos sacaron de ahí porque ya no
era lugar seguro, los federales se estaban acercando a donde estábamos y
la preocupación era que entraran y nos fueran agredir nuevamente.
Fuimos a la parroquia, ahí la situación era grave porque habían
hombres y mujeres en estado crítico, a mí me tocó presenciar cómo una
persona falleció y ver a otra que estaba muy mal”, comenta René.
Quien tuvo que esperar varias horas para poder trasladarse a su
comunidad, debido a que no había nadie quien quisiera llevarlo puesto
que tenían que atravesar el lugar del siniestro.
René comenta que fue visitado, ya en su hogar, por un grupo de
maestros. “Al movimiento magisterial lo apoyo porque todas estas
situaciones de violencia son por parte del gobierno y nos afecta a todos
como ciudadanos y como padres de familia”, comenta René.
Y agrega que “como ciudadanos estamos temerosos porque hemos sabido
que han estado por aquí algunos federales encubiertos, están vestidos de
civiles vigilando, pero nosotros sabemos que no son de la comunidad,
entonces existe ese temor de nuestros paisanos a que quieran nuevamente
violentarnos.
Porque el temor todo el tiempo lo vamos a tener, después de vivir una
acción como la que padecimos ayer el temor jamás desaparecerá de
nuestras personas, de nuestras familias, yo lo veo con mis hijos a
quienes les digo que iré al médico a que me atiendan y se oponen.
Me hicieron curaciones considerables, pero el doctor me dijo que
tendría que hacerme una radiografía para saber cómo exactamente se
encuentra el hueso de mi pie, porque ahí pegó la bala. Mis hijos me
piden que me aguante, yo le digo que no es que yo sea muy valiente pero
las circunstancias así lo requieren, tengo temor sí, de mi gente, de mi
familia, de mí, porque los federales apuntaron y dispararon sin
miramientos, sin temor de nada”, puntualiza René. Quien asegura que los
federales “tiraron a acabar con la gente”.
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