DACA, 21 ago 2017 (IPS) -
Cuando uno piensa en Bangladesh, enseguida asocia con sus autoridades,
pues las principales figuras políticas son mujeres: la primera ministra,
la lideresa de la oposición y la presidenta del Parlamento Nacional.
Sin embargo, este país asiático está lejos de la equidad de género.
Aún así, muchas mujeres derriban barreras volcándose a realizar trabajos tradicionalmente masculinos.
Ese es el caso de seis campesinas que trabajan en una estación
dispensadora de combustible en la ciudad portuaria de Narayanganj, cerca
de Daca, desempeñando tareas que implican un riesgo personal.
En Bangladesh, las mujeres solo representan 27 por ciento de la fuerza laboral, según un estudio del Banco Mundial de 2015.
Happy Akhter, del distrito de Magura, Lippi Akhter, de Moulvibazar, y
Rikta, de Patuakhali, son tres de las seis mujeres que trabajan en la
estación dispensadora de combustible fundada por un exoficial de policía
en 2001.
“Es importante utilizar el potencial de todo el mundo, incluidas las
mujeres. Y los sectores más acomodados deben respaldarlas”, dijo Islam
al corresponsal de la agencia nacional UNB en Narayanganj.
“Mi satisfacción es poder mantener a mi familia, dos niñas y un niño,
con lo que gano”, destacó Lippi. “No me preocupo para nada por mí, pero
quiero que mis hijos puedan educarse”, añadió.
Y con respecto a su seguridad, dado los conductores son hombres,
Lippi comentó: “estamos seguras porque nuestro jefe es un expolicía. Le
agradecemos que se preocupe por nosotras. Incluso hizo arreglos para
alojarnos”.
Desempeñar una tarea en la que las mujeres tienen que tratar con
conductores requiere valor, porque la violencia contra las mujeres está
generalizada en Bangladesh.
En el distrito donde trabajan estas mujeres, una adolescente de 15
años fue violada por un grupo de trabajadores del transporte en un
camión en movimiento en la noche del 2 de este mes. La policía detuvo al
conductor horas después del incidente, quien confesó ser el responsable
del acto junto a otros hombres en la investigación preliminar.
“La sociedad se ve afectada por los reiterados incidentes de
violencia contra las mujeres y niños. Estamos afligidos y preocupados
con la situación”, expresó la organización defensora de los derechos de
las mujeres Naripokkho, en un comunicado de prensa.
“Unas 280 mujeres y niñas fueron violadas entre enero y junio de este
año”, indicó Naripokkho, citando el estudio de la organización de
derechos humanos Ain o Shalish Kendro. Además, otras 39 sufrieron
intentos de violación, 16 fueron asesinadas después del acto y cinco más
se suicidaron luego.
Citando datos de la policía, Naripokkho señaló que se archivaron
1.914 casos de violación y que hubo 1.109 violaciones entre abril y
junio, unas 12 al día.
En este país de 1,65 millones de habitantes, 49,40 por ciento son
mujeres, según la Comisión Electoral de Bangladesh. Sin embargo, ellas
solo representan 27 por ciento de la fuerza laboral, según un estudio
del Banco Mundial de 2015.
“El mercado laboral sigue dividido en función del género, y los
avances hacia la equidad parecen estancados”, señala el informe. En
cambio, el vecino Nepal tiene la mayor participación femenina en el
mercado laboral llegando a 80 por ciento.
“El aporte de las mujeres a la renta nacional sigue siendo
insignificante cuando se lo compara con el de los hombres debido a la
subrepresentación de la contribución de ellas a las arcas nacionales”,
señala un estudio del Centro para el Diálogo Político (CPD, en inglés),
de 2014.
Las mujeres suelen constituir una de cada tres personas en el sector informal en todo el mundo.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo señala que
solo hay 3,25 por ciento de mujeres en el sector público y solo 8,25 en
el privado. El restante 89,5 por ciento laboran en el sector informal
con variados y, a menudo, impredecibles ingresos o, como es muy común,
trabajan sin contrapartida económica.
La falta de reconocimiento de la actividad no remunerada de las
mujeres hace que se desvalorice su contribución económica, concluye el
estudio del CPD, aunque la situación cambia lentamente gracias a que el
gobierno impulsa varios proyectos con apoyo internacional.
Para impulsar el empoderamiento femenino, en particular el
empobrecido norte del país, el Departamento de Ingeniería del gobierno
local de Bangladesh lanzó el Proyecto de Desarrollo de una Comunidad
Resiliente al Clima (CCRIP, en inglés), enfocado en la equidad de
género.
El proyecto de seis años se implementará en seis distritos,
Gaibandha, Kurigram, Rangpur, Nilphamari, Lalmonirhat y Jamalpur, el
llamado bolsón de pobreza.
La iniciativa se propone lograr que por lo menos 33 por ciento de las
mujeres ingresen al mercado laboral, y 15 por ciento a las áreas
relacionadas con la construcción mediante cursos subsidiados, inclusión
de los sectores informales e incentivos para que las empresas contraten
mujeres, alfabetización funcional y capacitación en el desarrollo de
capacidades.
El proyecto, con perspectiva de género, cuenta con 10 por ciento de
hogares encabezados por mujeres que, además, son extremadamente pobres.
El Fondo de Desarrollo Agrícola (IFAD) promueve la activa
participación de la Sociedad de Contratación de Mano de Obra, en el que
se destaca el Proyecto de Infraestructura Costera Resiliente al Clima
(CCRIP, en inglés).
El director del CCRIP, A.K.M. Lutfur Rahman, señaló que el alivio a
la pobreza, la educación, la irrigación, la agricultura, el
empoderamiento de las mujeres y la plantación de árboles son los
aspectos sociales del proyecto, además del componente de ingeniería y de
la participación femenina.
Como la seguridad es un asunto preocupante por la violencia que
sufren las mujeres, la profesora Sharmind Neelormi, del Departamento de
Economía de la Universidad Jahangir Nagar, subrayó la importancia de
garantizar un ambiente laboral amigable en las áreas del proyecto,
además de revisar el salario.
Sharmind realizó un estudio al respecto con apoyo del Departamento de
Ingeniería de Gobierno Local y del IFAD y el 1 de este mes presentó las
conclusiones de la investigación.
El empoderamiento de las mujeres es un proceso continuo, puntualizó
MB Akther, director de programa y director interino de Oxfam Bangladesh,
al ser consultado por IPS.
Una mujer necesita entre cinco y seis año de apoyo multidimensional,
indicó. También necesitan ayuda para construir vínculos en el mercado y
para generar actividades remuneradas.
Akther aclaró que suministrar capital a las mujeres no es la única
solución. También deben saber cómo invertir los recursos para generar
ingresos y para ello necesitan capacitación, mejorar sus conocimientos y
cooperación para construir vínculos en el mercado.
“Las TIC (tecnologías de la información y comunicación), en
particular la operación de teléfonos móviles, también son una
herramienta efectiva para que las mujeres busquen trabajo o precios de
mercado para un producto”, explicó.
La contribución económica de las mujeres procedía en octubre de 2016
del sector formal y del informal, indicó Qazi Kholiquzzaman Ahmad,
presidente de la Fundación Palli Karma-Sahayak. Incluso aquellas que
trabajan fuera de casa en ambos sectores, se hacen cargo de las tareas
del hogar, apuntó.
“Si las actividades hogareñas de las mujeres y su trabajo en el
sector informal se evalúan económicamente y se agregan a la renta
nacional, Bangladesh podría ser un país de medianos ingresos”, añadió.
Traducido por Verónica Firme
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