Mujer Sonora
Por: Silvia Núñez Esquer*
El hecho de que hace unos días el semanario Primera Plana decidió
publicar un texto en el que intenta desacreditarme como defensora de
Derechos Humanos, descalificando y burlándose de mi participación social
y de mi apellido, hace afirmaciones falsas sobre los temas que apoyo,
así como la del colectivo al que pertenezco, puso de manifiesto varias
circunstancias.
Una de ellas, a la que me referiré en esta ocasión, es la campaña sobre
los derechos de las mujeres que fue realizada por el gobierno del
estado, a través del Instituto Sonorense de las Mujeres, para dar
cumplimiento a una de las recomendaciones del grupo de trabajo que
investigó la solicitud de Alerta de Violencia de Género para el
municipio de Cajeme.
Lo débil e ineficiente de esta campaña, quedó de manifiesto cuando vimos
el golpe mediático que intencionado o no, encargado o no, se lanzó sin
ningún resquemor contra mi persona.
Primera Plana es un semanario periodístico cuyas páginas nos muestran
que su principal sostén económico es el gobierno del estado, a juzgar
por las publicaciones sistemáticas que contiene en varias páginas
completas de cada edición.
Particularmente enfoco la atención en un total de 18 páginas pagadas que
publicitan en Primera Plana mensajes del Instituto Sonorense de las
Mujeres (ISM), siete de ellas contienen el mensaje: “Insultarlas no es
de hombres”.
Ese 38 por ciento de la publicidad derivada de una recomendación del
dictamen sobre AVG son las que están dirigidas a los hombres.
La conclusión 10 habla de que las campañas de prevención no cuentan con
una estrategia de comunicación social a largo plazo y se requiere mayor
difusión y permanencia para garantizar su eficacia, y deben dirigirse a
mujeres y hombres.
De ahí que el ISM emulando la campaña contra el acoso sexual de ONU México incluyó en su campaña la serie “No es de hombres”.
En ésta se mostraba a través de una imagen y una leyenda en cada
versión, a diferentes personajes masculinos que representaban la frase
de cada uno. La de “insultar no es de hombres” fue representada por el
joven campeón sonorense de atletismo José Tonatiu López Álvarez.
Había otros con esa leyenda, pero por alguna razón, en Primera Plana, durante esas siete semanas se repitió el mismo anuncio.
Esas siete páginas pagadas con dinero público, como toda la publicidad
del gobierno y los otros poderes del estado, formaron parte de una serie
de tres etapas en donde las primeras cuatro intentaban definir la
violencia a través de una palabra, acompañada de imágenes de mujeres
diversas, una a la vez.
“Humillar es violencia”, “El rechazo es violencia”, “Discriminar es
violencia”, y de nuevo “Discriminar es violencia”, son las cuatro
leyendas que durante las cuatro semanas comprendidas entre el 11 de
marzo al 14 de abril de 2016, se publicaron en Primera Plana y otros
medios.
La segunda miniserie se publicó del 30 de septiembre al 8 de diciembre
de 2016. En ella se pretendía definir lo que no es ser hombre, lo que es
no ser hombre o lo que “no es de hombres”.
La tercera fase fue publicada del 17 de febrero al 13 de abril de 2017, y
se enfocó a ciertos derechos de las mujeres, no retomados de las leyes,
sino de conceptos interpretables como por ejemplo el respeto.
De las siete páginas pagadas por el gobierno del estado en el mismo
número de semanas, seis de ellas se refieren al derecho de las mujeres a
la educación que ellas decidan, solo una al derecho a un embarazo
seguro y saludable, y ninguna al derecho a una vida libre de violencia,
aunque se incluía un pequeño hashtag #MujeresSeguras, los logos del ISM y
de Sonora.
Esa fue la distribución de las 18 páginas publicitarias pagadas por el
gobierno del estado, en donde destaca por ser la de mayor presencia
numérica la de leyenda: “Insultarlas no es de hombres”.
Como si se hubiera escrito en el periódico mencionado una plana escolar
repitiendo siete veces la frase: “Insultarlas no es de hombres”,
referente a un comportamiento que debería evitarse, pero del cual no se
está convencido, Primera Plana demostró que publicar esto en sus páginas
no trasciende ni a ellos mismos.
Y no es que los medios necesariamente estén obligados a ir a comer a los
restaurantes que anuncian, o ir a ver una película en el cine que
publicitaron, o comprar un carro de una marca determinada solo porque lo
anunciaron.
Aquí el problema es que se ubica en el contexto de una política pública
que representa un esfuerzo de parte del gobierno del estado, en recursos
humanos para el diseño y distribución, y económico por el pago que debe
hacer a los medios con los que tiene convenio o contrato.
Insultar, denostar, burlarse, calumniar, desacreditar a una mujer que
además dirige sus energías a defender los Derechos Humanos de las
mujeres, no es de hombres ni de mujeres.
Sirva esta experiencia para que el ISM en su evaluación que hará en
octubre –según lo dio a conocer en su informe sobre AVG- tome en cuenta
el impacto y la penetración de la campaña, que de principio no fue
acorde a la recomendación.
Y no lo fue porque en ninguna de ellas habló de los derechos de las
mujeres de acuerdo a la legislación. Tampoco incluyó las sanciones que
de acuerdo a la normatividad pueden hacerse merecedores quienes sigan
agrediendo a las mujeres, por cualquier medio.
Por lo pronto ya sabemos que el periódico Primera Plana no fue
sensibilizado con la campaña, no alcanzó a comprender el daño tan grande
que hacen quienes violentan a las mujeres, puesto que abrió sus páginas
para hacerlo. De la campaña, lo único que le quedó fue el pago de la
misma.
*Periodista integrante de la Red Nacional de Periodistas y directora del blog Mujer Sonora http://mujersonora.blogspot.mx/
Twitter: @mujersonora
Imagen retomada del blog Mujer Sonora Cimacnoticias | Hermosillo, Son, .-
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