Pemex ignoró peticiones para reubicar a una doble víctima
Alicia fue hostigada por pedir que mejoraran condiciones de seguridad
Petróleos Mexicanos aseguró que el ataque a Alicia es el único caso de
abuso sexual que se ha reportado en el complejo petroquímico de La
Cangrejera
En los pasados 12 meses 24 mil 333 mujeres han
sido violadas en México mientras se encontraban en su centro de trabajo,
de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las
Relaciones en los Hogares 2016.
Alicia fue una de ellas. La violaron el 23 de abril de 2016
mientras trabajaba en el complejo petroquímico La Cangrejera, de
Petróleos Mexicanos (Pemex), en Coatzacoalcos, Veracruz.
Estuvo un mes de incapacidad y solicitó reiteradamente a la empresa,
incluido al director general, que se le cambiara de área, pero sólo le
ofrecieron un puesto de operaria mecánica en el mismo complejo con una
categoría y un sueldo menores o que tomara una licencia sin goce de
sueldo.
Permaneció varios meses sin trabajo y tuvo que vender su auto para
pagar la atención médica y sicológica que requería. La necesidad la
obligó a regresar en enero a laborar, al mismo lugar, bajo las mismas
condiciones.
El 4 de agosto la volvieron a violar en su área y turno de trabajo.
Narra que el primer ataque ocurrió en un área ruidosa, mal iluminada y
alejada. Estaba haciendo un reporte frente al escritorio cuando un
hombre con uniforme de Pemex, gorra de beisbolista y un paliacate que le
cubría el rostro la tiró al suelo, la levantó del cabello y la llevó a
la parte de atrás donde la golpeó y violó; le colocó un pañuelo en el
rostro con olor raro y ella perdió el conocimiento.
Tuve que hacer una ampliación de mi denuncia porque yo había dicho que cuando desperté tenía ropa, pero no, estaba desnuda. Me dio mucha pena admitirlo.
La llevaron al Hospital Regional de Minatitlán. Tres días antes, una
explosión en la planta de Pajaritos, a pocos minutos de distancia, mató a
32 trabajadores e hirió a 130 y el director general de Pemex, José
Antonio González Anaya, se encontraba visitando a los heridos.
Los doctores pensaron que visitaría a Alicia pero él nunca llegó.
Envió repetidas cartas al directivo (de las cuales compartió acuses de recibo) solicitando que se le reubicara dignamente.
El caso se canalizó a la Gerencia de Inclusión y ella se entrevistó
con el subdirector de recursos humanos y relaciones laborales, quien le
dio un trato que ella consideró misógino.
“Me decía: ‘es lo que tú dices, yo lo tengo que tratar con el sindicato’, pero tenía una actitud hostil”.
Pidió un permiso sin sueldo y en enero regresó a laborar.
El primer día fue difícil, me sentí mal, en mi área estaba sola y le pedí por favor al ingeniero de turno que me tuviera consideración. Sin embargo, el teléfono del área donde estaba no servía y prevalecían las deficiencias para el control de accesos y la iluminación.
Alicia comenzó a sentir el hostigamiento y rechazo de sus
compañeros por sus constantes peticiones de que mejoraran las
condiciones de seguridad.
En su área de trabajo hay 102 personas, de las cuales sólo 6 son mujeres y no tienen baño para ellas.
Empezaron a aparecer letreros que decían ´Ya te estábamos esperando con ansias. Atentamente, tu violador´ y otros más soeces. Mis compañeros se burlaban diciendo que iban a hacer que los violaran para subir de puesto.
Días antes del segundo ataque, ella envió una carta a la Secretaría
de la Función Pública denunciando incidentes de personas merodeando por
su área de trabajo, corroborado por terceros.
El 4 de agosto verificaba los niveles de los tanques de catalizador cuando un
hombre con un pasamontañas la sometió por la espalda apretándole el cuello y amenazándola con una pistola.
El agresor, que actuó con un cómplice, le obligó a beber algo que le
hizo perder el conocimiento y cuando lo recobró ya estaba en el hospital
de Pemex.
Consultada sobre las medidas de seguridad en sus instalaciones, el
área de Comunicación de Pemex dijo que para el ingreso se solicita
identificación oficial, se revisan bolsas y mochilas y que la entrada
del personal es supervisada por la partida militar y elementos de
vigilancia interna.
La empresa aseguró que los casos de Alicia son los únicos de
abuso sexual que se han reportado en el complejo y que la sanción para
los posibles responsables era la rescisión del trabajo.
Actualmente
Aliciapermanece de permiso pero pronto debe volver a trabajar. Dice que lo único que pide es una reparación integral del daño, que incluya atención médica y psicológica, se le cambie de área y le concedan entrevistas con el director de Pemex y con el presidente del sindicato, Carlos Romero Deschamps.
Solo pido la oportunidad de reintegrarme de manera digna en un lugar donde pueda volver a empezar, señaló.
Foto Yazmín Ortega Cortés
Juan Carlos Miranda
Periódico La Jornada
Domingo 20 de agosto de 2017, p. 4
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