Black Magazine
En vísperas del 2018 se perfila una batalla histórica, el régimen hará uso de todos sus recursos para garantizar la continuidad del neoliberalismo. El meollo de la elección presidencial será continuidad o cambio. El régimen neoliberal, aparentemente desfondado y con el actual presidente con niveles de popularidad bajos, se presta a hacer todo lo posible para mantenerse.
Se barajean nombres del sucesor de Peña Nieto entre ellos destacan José Antonio Meade y Aurelio Nuño, tecnócratas de segunda generación, se presentan como los mejores prospectos para garantizar la continuidad neoliberal. Hombres fuertes del gobierno de Peña, con títulos de posgrado en importantes universidades, con méritos, según el gran poder financiero, para ocupar la primera magistratura de México. Cómplices de este régimen corrupto, participantes del modelo, comparten el sentido de ser y representan a una elite “modernizadora”, frívola, exquisita, sin embargo, su característica principal es la mediocridad.
Es impresionante la carencia de ideas de los neoliberales para poder construir un discurso que movilice a la opinión pública. Apenas y logran articular lugares comunes, frases de “superación” nacional y ataques vulgares a la alternativa que parece poder disputarles el poder, Andrés Manuel López Obrador. Sus recursos ideológicos terminan en la mentira, el engaño, el fraude. Para ejemplo dos discursos de los “brillantes” tecnócratas Meade y Nuño de la semana pasada.
En San Luis Potosí, el que se vislumbra con más posibilidades de ser el candidato presidencial del régimen, José Antonio Meade, dio una muestra de la simpleza y vaciamiento ideológico. En un discurso en la llamada “Cumbre de Negocios”, Meade, con la elite económica como público, expuso con “brillantez” lo que significaría la llegada de AMLO a la presidencia, y en un momento de inspiración comparó el proyecto de AMLO, con el de Corea del Norte y el de Venezuela. Una comparación sin fundamentos, sin pies ni cabeza, pero eso es lo de menos, igual lo pudo comparar con Trump o con Saddam Hussein, lo importante era generar miedo, inventarse un peligro para que parezca la continuidad decadente como lo “menos peor”.
En Paris, Francia, en la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, un evento de la UNESCO, máxima tribuna sobre cultura que alguna vez presidió el mexicano Torres Bodet, Aurelio Nuño presentó un discurso mediocre. Entre alabanzas al gobierno mexicano, con una pose de cruzado por la educación expreso alabanzas a diestra y siniestra sobre la llamada “reforma educativa”. En el momento cumbre de sus discurso, como un aporte a la discusión espeto un fulminante “el populismo es una amenaza mundial”, con clara dedicatoria a AMLO.
La elite política neoliberal, cómo no se ha cansado de demostrarlo Peña destaca por su mediocridad, por sus elitismo inculto y su corrupción, su afán de dinero y poder a toda costa. El régimen no tiene un discurso que movilice voluntades. Los tecnócratas se muestran carentes de capacidad de construir discurso alguno, de ellos no sale un ideólogo o un intelectual. Su fuerza está en el poder del dinero, en la capacidad de comprar votos, y en la creación de un “otro” que despierte el miedo de grupos sociales. El populismo como retorica suple la carencia de un proyecto, la falta de ideas y la imposibilidad de generar un discurso movilizador desde el neoliberalismo.
Tecnócratas incultos, simplones, que repiten frases de espanto, que bien podrían ser de cualquier comentarista de televisión o radio. Tiempos de mercadotecnia más que de ideas, de simplezas y de vendedores de miedo. La disputa del 2018 será enfrentar todo un arsenal de marrullería, no será un debate, sino una lucha contra el miedo, en contra del fraude como política.
Fuente: http://www.blackmagazine.mx/mediocridad-tecnocratica-miedo-y-lugares-comunes-rumbo-al-2018/
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