Carlos Bonfil
▲ Fotograma de la cinta de Vivian Qu.Foto
Una conspiración de silencio. En Los ángeles visten de blanco (2017), segundo largometraje de la realizadora china Vivian Qu (Trap Street, 2013), un enigmático thriller
centrado en el abuso sexual y la proliferación de las conductas
corruptas en China, las apariencias son a menudo engañosas, las
pesquisas policiacas parecen dirigirse a un callejón sin salida y los
acomodos con la justicia garantizan la legitimación e impunidad del
crimen. En una población costera, abierta al turismo, dos estudiantes
adolescentes, casi púberes, pasan la noche en un motel en compañía de un
hombre maduro. Mia (Wen Quin), la recepcionista suspicaz graba en su
celular imágenes de la pantalla de circuito cerrado que muestran la
manera en que el individuo forcejea con las chicas para ingresar al
cuarto que les ha rentado. Cuando días después en su escuela una de
ellas revela huellas de un maltrato físico, comienza a destaparse la
cloaca de lo sucedido, aunque siempre de modo muy ambiguo, con
reticencias y silencios de todas partes, como si la revelación del
delito, la identificación y castigo del culpable y la demanda misma de
los padres agraviados tuvieran que ser acallados o negociados, por miedo
a que la reparación de la justicia pueda acarrear males todavía
mayores.
La realizadora toma distancias muy claras con las convenciones del
género policiaco. Lo suyo es una exploración muy lúcida de la
complejidad de los dilemas morales que asaltan a sus personajes. Se
consideran, por un lado, los inconvenientes que acarrea el
esclarecimiento de la verdad, por dolorosa que sea, cuando las
precariedades de la existencia diaria orillan a la resignación y al
silencio. Por el otro, existe el justo reclamo del castigo en un tejido
social civilizado. En una sociedad china que la directora muestra
crecientemente carcomida por la corrupción (como antes, de modo
memorable, su connacional Jia Zhangke en Un toque de pecado,
2014), los individuos requieren, para sobrevivir física o anímicamente,
de estrategias personales de simulación o de negociaciones oscuras. La
honestidad y la inocencia parecen ser aquí bienes morales inalcanzables.
En el filme muy noir que propone la cineasta Vivian Qu, sus
ángeles bien pueden vestir de blanco, pero los lastres son enormes para
que algún día puedan retomar el vuelo.
Se exhibe en la sala 2 de la Cineteca Nacional a las 15 y 20 horas.
Twitter: Carlos.Bonfil1
No hay comentarios.:
Publicar un comentario