Topolobampo está en la bahía de Ohuira que se ubica en el estado de Sinaloa. Su nombre, de origen cahita, significa
en las aguas del gato montés, tal vez recordando la existencia de este animal hace siglos. Ubicada en territorio mayo, la bahía ha tenido una larga historia de penetración colonial que se extiende hasta nuestros días. Comenzó a la llegada de los mineros y misioneros jesuitas, y se extendió hasta 1821; se volvió a presentar en el año de 1886, en pleno auge del porfirismo, cuando Albert Kimsey Owen intentó fundar una colonia con base en ideas socialistas utópicas, proyecto que fracasó porque algunos de sus compañeros de aventura no pensaban en la fraternidad sino en los negocios, y se dividieron; reapareció después de la Revolución Mexicana, de la mano del régimen que comenzaba, los agricultores convirtieron las territorios mayos en grandes plantaciones agrícolas.
Los proyectos coloniales vuelven a hacerse presentes. De la mano de
ex gobernadores y funcionarios públicos, políticos y empresarios han
creado la empresa Gas y Petroquímica de Occidente SA de CV, que aliada
con la empresa alemana ProMan, de las mayores productoras de amoniaco en
el mundo, pretende instalar el proyecto Planta de amoniaco de 2200
TMPD, en Topolobampo, Ahome, para fabricar amoniaco anhidro, insumo
primario para elaborar fertilizantes. Según el gobierno de Sinaloa y los
propios inversionistas, esta nave industrial será la más grande de
América Latina y produciría anualmente 770 mil toneladas métricas, mucho
mayor a la importación actual de ese producto, que es de alrededor de
200 mil toneladas métricas anuales, lo que permitiría cubrir el mercado
regional y exportar el restante.
Esos son sus planes, pero aún no está seguro de que los logren, pues
aunque las autoridades les han otorgado las autorizaciones y permisos
requeridos para instalar la fábrica, existen problemas que ponen en
entredicho que pueda llevarse a cabo. Uno, difícil de solucionar sin
violar la ley, es que la fábrica pretende construirse en una amplia
superficie del humedal Santa María-Topolobampo-Ohuira, que fue declarado
Sitio Ramsar el 2 de febrero del 2009 con el objetivo de proteger las
aves migratorias que periódicamente lo visitan, las especies marinas que
ahí se reproducen y la vegetación en que anidan, todas bajo la
protección de la legislación nacional e internacional. Con estas
restricciones que la ley establece, el proyecto sólo podría concretarse
violando las disposiciones legales.
Un segundo problema que los inversionistas deben sortear para echar
andar su proyecto es la inconformidad de los habitantes, que tienen como
actividad principal la pesca, de donde obtienen su sustento, lo mismo
de quienes se dedican a la prestación de servicios turísticos y que
saben que con la fábrica sus condiciones de vida se deteriorarían. Pero
lo que más les preocupa es la inconformidad de los pueblos indígenas que
habitan la región y miran cómo su territorio sigue siendo intervenido
como hace siglos y ni siquiera se les avisa, ni porque el proyecto
afectaría, Ohuira y Lázaro Cárdenas, dos de sus centros ceremoniales.
Además, nada se ha dicho sobre los efectos económicos, culturales,
sociales y ambientales que potencialmente podrían sufrir como efecto de
la producción del amoniaco.
Para evitar que esto suceda han comenzado a movilizarse. El 27 de
septiembre el Consejo de Kobanaros y Pueblos Yoremes Mayos de Sinaloa,
AC, que agrupa a 28 gobernadores mayos, inició un juicio amparo contra
la Semarnat por haber autorizado la manifestación de impacto ambiental
sin consultarlos, el 15 de octubre el tribunal le otorgó una suspensión
provisional y el 21 de noviembre la definitiva, por lo cual las obras de
construcción se encuentran suspendidas y así estarán hasta que el
amparo se resuelva de fondo. Los inversionistas y el gobierno estatal
presionaron al representante de los kobanaros y lograron que éste se
desistiera de la demanda, triunfo pírrico que duró lo que los
demandantes tardaron en nombrar otro representante.
El futuro de la Planta de amoniaco de 2200 TMPD, en Topolobampo,
Ahome, no está definido. Su destino está ligado a que cumpla cabalmente
con las disposiciones legales, que no afecte negativamente la vida en la
región, donde sus promotores proyectan que funcione y sirva para el
desarrollo. Dicho de otra manera, que no sea un instrumento para
profundizar la colonización del Valle del Fuerte en beneficio de unas
cuantas personas, empresarios y políticos. Veremos qué sucede en estos
tiempos de reacomodos políticos y económicos. Puede ser que el nuevo
gobierno decida que no es viable por las afectaciones que traerían
consigo, pero también puede ser que la vea como una manera de surtir el
fertilizante que ha prometido a los campesinos. Esa puede ser su primera
prueba de fuego.
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