“Los
pensamientos son como flechas: Una vez liberados, golpean su blanco.
Guárdalos bien, o un día tú puedes ser tu propia víctima…”. Proverbio Navajo
No
hay plazo que no se cumpla. El día llegó y este 1º de diciembre, Andrés
Manuel López Obrador, tomó protesta en el Congreso de La Unión como
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Y
de nueva cuenta, reiteró su compromiso de que durante su gobierno
tendrá como población preferente a los pueblos indígenas de las diversas
culturas del país, anunciando el nacimiento del Instituto Nacional de
Pueblos Indígenas (INPI) en su discurso de toma de protesta en el
Palacio Legislativo de San Lázaro.
Más tarde en el Zócalo
de la CDMX, afirmó que es una vergüenza que pueblos originales vivan en
opresión y racismo, en medio de un ambiente de auténtica fiesta en que
se convirtió la concentración donde recibió el Bastón de Mando Indígena,
de manos de autoridades indígenas.
A la distancia, el
resultado de las elecciones de ese 1 de julio de 2018, se puede definir
como una asunción apabullante, con más de 30 millones de votos que le
dieron el triunfo sobre sus oponentes políticos de derecha del Partido
Acción (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En
esa jornada electoral, los indígenas aportaron poco más de 3 millones
de sufragios a la cuenta nacional de Andrés Manuel López Obrador; es
decir, el 10 por ciento de los más de 30 millones del total de votos.
Los
resultados del proceso electoral del pasado 1 de julio significaron
romper la fuerte relación que los indígenas sostenían con el PRI, quien
presumía por décadas del voto mayoritario de estos pueblos, sostiene
Laura Ruiz
“2018 marcó el fin del voto indígena para el
Revolucionario Institucional después de 77 años de gobiernos encabezados
por ese partido y de 12 por el PAN”, afirma la investigadora.
La
coalición Juntos Haremos Historia obtuvo el triunfo de la elección
presidencial en los 28 distritos electorales federales indígenas; algo
significativo pues constituyó durante décadas el voto duro del PRI.
Los
porcentajes más bajos para López Obrador en los distritos indígenas se
presentaron en Yucatán: el distrito 1 en Valladolid, el 2 en Progreso y
el 5 en Ticul con 36.4, 37.6 y 36.4 por ciento, respectivamente; seguido
muy de cerca por José Antonio Meade de la coalición Todos por México,
quien obtuvo en esos mismos distritos y en ese mismo orden 34.4, 31.0 y
32.5 por ciento de los votos, expresa Ruiz.
Sintomáticamente,
es en Yucatán, lo mismo que Campeche, Chiapas, Tabasco y Quintana Roo
donde el nuevo gobierno considera que correrá la ruta establecida del
Tren Maya, cuya viabilidad ha sido puesta en duda durante las últimas
semanas por especialistas, organismos civiles, indígenas y académicos.
A
este proyecto, se le suma el corredor económico comercial en el Istmo
de Tehuantepec, que a decir del presidente Andrés Manuel López Obrador
se efectuará con la consulta a los pueblos indígenas.
Ambas
iniciativas, sin embargo, son consideradas prioritarias por el gobierno
entrante y, a la par de impulsar una consulta a las comunidades
indígenas, ha anunciado fechas de inicio de las obras.
El
presidente Constitucional inició su formación administrativa en un
Centro Coordinador Indigenista perteneciente al extinto Instituto
Nacional Indigenistas (INI), en su natal Tabasco. Esto le ayudó a
convivir con distintos pueblos indígenas, con quienes se siente
comprometido, al tiempo que le sensibilizó a conocer con mayor
profundidad a México.
Para los indígenas, AMLO les da
esperanza de ser reconocidos plenamente como pueblos sujetos de derecho y
en respuesta Andrés Manuel respaldó la creación del Instituto Nacional
de Pueblos Indígenas (INPI), aprobado por el Congreso de la Unión el 28
de noviembre reciente.
Al frente del organismo, López Obrador designó al ayuuk jä'äy, Adelfo Regino Montes.
La
nueva institución, reconoce a los Pueblos Indígenas y Afromexicanos,
como sujetos de derecho público, un pendiente en la legislación nacional
desde la inconclusa reforma Constitucional en la materia de 2001, pero
que aún exige de la modificación y homologar diversos preceptos
constitucionales.
El nuevo presidente de México se ha
echado sobre sus espaldas grandes compromisos con los pueblos indígenas;
entre éstos, concluir el reconocimiento de los Acuerdos de San Andrés
firmados con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hace
dos décadas.
Lo anterior implica la armonización
legislativa con los instrumentos internacionales, un adecuado
presupuesto para el naciente INPI, la ley de consulta y reforma al
artículo 115 constitucional, entre otras acciones legislativas.
La
batalla no será sencilla, pero quedan varios años para sentar las bases
de una nueva relación entre las instituciones de este país y los
pueblos indígenas, además de concretar el reconocimiento social de sus
derechos.
Por ahora, los pueblos indígenas tendrán que superar el Tren Maya, el Tren Transístmico y las Zonas Económicas Especiales.
Hasta
el momento López Obrador no cuenta con la simpatía de la milicia del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que en 1994 puso en el
debate público el tema indígena, así como del Congreso Nacional Indígena
(CNI), órgano que aglutina a organizaciones indígenas cercanas a los
zapatistas, ni de otros actores que demandan interlocución directa.
Muchas
organizaciones, autoridades tradicionales y municipales indígenas
expresan: No a las autonomías de la pobreza. Y lanzan el siguiente
mensaje:
Dice la Tradición Indígena Nahua: Te haces
pobre, humilde, servidor, proveedor de nuestro sustento. Eres sabio,
penetras lo más hondo del corazón de la mujer y del hombre, donde nadie
puede entrar. Estás en la naturaleza con cara firme y vientre profundo
en la Madre Tierra. Válete de diferentes medios para que vivamos la
unidad contigo, en comunión con nosotros y en armonía con el mundo.
El
1 de diciembre de 2018 dio inicio oficial de lo que el lopezobradorismo
ha denominado como la Cuarta Transformación de México. Los pueblos
indígenas, actores permanentes de la historia de este país, demandan ser
parte activa de ella.
https://www.alainet.org/es/articulo/196909
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