Está a la puerta un
cambio de gobierno. Uno de los principales retos consiste en el cuidado
y respeto de los derechos de pueblos y comunidades indígenas y
campesinas, y de nuestros bienes comunes. El gobierno que hoy asume
funciones debiera tomar en consideración la experiencia acumulada de los
pueblos para detener los procesos de despojo, los cuales, dentro de su
vida colectiva, tienen presente el cuidado de la naturaleza y de toda
forma de vida.
Con el sexenio que termina descubrimos dos cosas en el proceso de
defensa y cuidado de los bienes comunes. Primero, que las resistencias,
desde los territorios, son fundamentales para entender los conflictos
socioambientales y experimentar al mismo tiempo alternativas.
Y enseguida el descubrimiento de los saberes profundos que los
pueblos indígenas y campesinos poseen para configurar acciones concretas
y hacer así frente a la crisis multidimensional que enfrentamos. Es
decir, la crisis civilizatoria que encaramos. Existen también diversos
esfuerzos ciudadanos, acompañados de propuestas venidas desde las
comunidades y pueblos que dan cuenta del panorama de despojo.
Tal es el caso de Por México Hoy, un espacio político progresista,
abierto, incluyente y plural, que promueve la participación y
organización ciudadana para imaginar, proponer y construir una nación de
todas y todos. En dicho espacio participamos también diversos
movimientos y colectivos en defensa de la tierra y el territorio y de él
surgió un documento valioso que contiene información fundamental para
entender y atender las centenas de conflictos territoriales con los que
ahora contamos por toda la República.
El documento Recuperar el territorio y la vida (disponible en: https://bit.ly/2r9FiBN)
es en efecto una herramienta de análisis y propuestas, pues en él se
condensan las experiencias de lucha de comunidades y pueblos que han
enfrentado el sistema neoliberal imperante en México. Es importante
señalar que éste surge de diversos recorridos que Por México Hoy,
incluido el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, ha realizado por el país,
proponiendo la discusión sobre un nuevo proyecto de nación que pueda
plasmarse en una nueva constitución.
Estos recorridos, encuentros y conversatorios abarcaron de febrero de
2016 a inicios de 2018 a más de 27 entidades. Fue en ellos constatable
el despojo territorial y de bienes comunes naturales que sin el debido
cuidado hacen imposible hacer valer la independencia y la soberanía del
país.
Recuperar el territorio y la vida significa acabar con la corrupción
que facilita el despojo en condiciones humillantes para la nación y para
las comunidades, pero también implica generar alternativas al
desarrollo capitalista, buscando y haciendo reales propuestas que estén
basadas en el aprovechamiento y conservación, no en la explotación, para
hacer valer las capacidades del país hacia su autodeterminación.
El documento parte de las resistencias. Para ellas todo nuestro
reconocimiento y deseo de articulación de una visión integral y de largo
plazo, con la finalidad de plantear un proceso de debate amplio, que
oriente las definiciones sobre este tema con el gobierno que recién
inicia.
Como bien explica Carlos Lavore, coordinador del texto, la
importancia de reconocer los esfuerzos y trabajos de resistencia en
México nos hacen también pensar en un mosaico de propuestas que se
extiende por todo el territorio nacional, confrontando el modelo
hegemónico, la estructura institucional vigente y el relato mediático de
despojo y criminalización. Urge cambiar de rumbo, pues como bien se
dice, hoy la humanidad consume una vez y media más de lo que el planeta
puede dar. Sólo 23 por ciento de su superficie no ha sido intervenida
por mano humana, mientras hace un siglo era 85 por ciento.
Los recursos energéticos se están agotando; de cada siete barriles de
petróleo consumidos se descubre uno y de él depende 95 por ciento del
transporte mundial. Metales no renovables, bosques, fauna, hielo, tienen
un horizonte de ruptura de sustentabilidad planteado hacia 2050. Y
valga decir que esa crisis y dinámicas de despojo van siempre
acompañadas de violencia, corrupción e impunidad.
Qué hay detrás del despojo, nos preguntamos durante los encuentros y
al momento de sistematizar el documento. Claramente respondimos que a
escala global, de la región latinoamericana y de México, existe una
hegemonía con alta concentración de poder económico, financiero,
político, institucional y mediático.
De ahí que insistamos en que no basta con un cambio de gobierno; urge
y es necesario un verdadero cambio de régimen, pues de lo contrario la
crisis se acrecentará, el despojo se perpetuará y las violaciones a los
derechos humanos no cesarán.
Hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para que se dé ese cambio de régimen, y de modelo económico y
desarrollo. El inicio de un nuevo gobierno para los próximos seis años es una oportunidad. En ello la sociedad civil y el gobierno debemos jugarnos, desde la crítica libre y la propuesta responsable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario