4/10/2019

Astillero de Julio Hernández López

AMLO frente al zapatismo
Protestas en Morelos
Resistencias más al sur
Éric Flores y el PES

No llega Andrés Manuel López Obrador al centenario del asesinato de Emiliano Zapata en concordancia con los movimientos sociales de resistencia que, bajo el recuerdo del revolucionario sureño, hoy se oponen a los diversos planes desarrollistas del político tabasqueño que ha incluido al héroe campesino entre su catálogo de ejemplos históricos.
En Morelos hay un activo rechazo a las políticas obradoristas referidas al proyecto integral de desarrollo que incluye la puesta en funcionamiento de una termoeléctrica a la que pobladores de la región se oponen desde hace años, contando inicialmente esta lucha de resistencia con el respaldo expreso de López Obrador, lo cual cambió diametralmente con Andrés Manuel ya en la Presidencia de la República.
En el saldo del pulso que sostienen el gobierno federal y los pueblos en defensa de la tierra y del agua de Morelos ha de anotarse el asesinato de Samir Flores Soberanes, quien era integrante del Consejo Nacional Indígena, miembro de la Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos y comunicador en la comunitaria Radio Amiltzinko. A Samir lo ejecutaron de manera significativa unos días antes de que se realizara en la región un tramposo ejercicio participativo organizado por el gobierno federal para tratar de suplir la realización de una consulta ciudadana con efectos legales y pulcritud operativa.
El asesinato de Samir sucedió el 20 de febrero pasado. Más allá de los vaivenes declarativos y judiciales acostumbrados en este tipo de acontecimientos criminales, no se ha avanzado en el señalamiento y castigo de los responsables intelectuales de este crimen en el que es imposible no considerar la probabilidad de móviles políticos.
Avances, en todo caso, ha tenido el partido del que es jefe nacional el mismo personaje que es superdelegado del gobierno federal en Morelos, Hugo Éric Flores (con quien tuvo una fuerte discusión pública Samir, a unas horas de su ejecución, quien además de manejar los programas federales en la entidad organiza el proceso de recuperación de registro de lo que ahora se llamará Partido Encuentro Solidario, luego que el Poder Judicial electoral no le concedió la restitución llana del organismo original, el Partido Encuentro Social, el verdaderamente conservador y reaccionario organismo aliado al obradorismo.
En otras partes del sur, y no sólo en Chiapas, se organiza también la resistencia ante los planes de desarrollo que desde la visión empresarial y para satisfacer y compensar a los grandes capitales nacionales se han anunciado con un sentido impositivo que no se ha detenido ante la falta de dictámenes de viabilidad ambiental y de consultas auténticas, legales, confiables, a los pueblos originarios y las comunidades que serían alcanzadas por proyectos como el Tren Maya, el corredor transístmico y las siembras maderables.
El presidente López Obrador aseguró ayer que el mandatario Gustavo Díaz Ordaz ordenó la matanza sucedida en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968. Es la primera vez en que un ocupante de la Presidencia de México señala sin ambages tal responsabilidad histórica que muchos mexicanos también consideran así. Habrá de verse si además del plano discursivo hay algún hallazgo histórico extra que avale el seco señalamiento andresino.
Tales palabras fueron pronunciadas en el contexto de la visita al país de la alta comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien ha sido movida de un escenario a otro y llevada de firma en firma de documentos que buscan validar diversas políticas y planes del obradorismo, entre otros el relacionado con la búsqueda de la verdad histórica del caso Ayotzinapa y el correspondiente a la capacitación civil de los integrantes de la Guardia Nacional Militar (GNM). ¡Hasta mañana!
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