La prensa que
no se portó bien
AMLO critica a cuatro medios
Que periodistas tomen partido
Obsesiones correcionales
En su mañanera
conferencia de prensa de ayer, el Presidente de la República no se
ahorró críticas para cuatro medios de comunicación: el diario Reforma, la revista Proceso y el portal Sin embargo, todos estos de capital y operación mexicanos, y el diario con sede en Londres, el Financial Times.
A cada uno de ellos le acomodó un señalamiento rasposo. Al matutino
creado y dirigido por la familia Junco de la Vega le reprochó que
hubiera publicado una nota, titulada
Vivirá en un Palacio, en uno de cuyos párrafos se asienta que
por la historia, construcción, muebles y piezas de arte que alberga, López Obrador vivirá en un verdadero palacio(https://bit.ly/2LC84XU). A ellos, el político tabasqueño les contestó: “A los de Reforma les diría que no estoy acomplejado. Cuando ellos hicieron su edificio… ¿Conocen el edificio de Reforma? Es un palacio. Es un palacio… Yo diría que de mal gusto, porque también los fifís no tienen tanta sensibilidad para la arquitectura”.
Al portal Sin Embargo, que había publicado un par de días atrás una
información sobre el envío del más pequeño de los hijos de AMLO a un
campamento en San Luis Potosí por el que se pagaron 64 mil pesos por dos
semanas, le dijo: “... que se va mi hijo a un campamento a San Luis
Potosí, ‘qué barbaridad, ¿dónde está la austeridad?’. Pero el medio que
saca ese gran reportaje cobraba aquí. Son de los que recibían dinero por
los servicios que prestaban. Entonces vamos a seguir polemizando. Les
diría que hasta ahora vamos muy bien”.
A una reportera del Financial Times, que solicitaba una entrevista para su medio, el habitante de Palacio Nacional le contestó así:
tiene que ver con la falta de autocrítica de parte del periódico; porque se impulsó mucho el modelo económico neoliberal. Se hizo propaganda a favor de las llamadas reformas estructurales. Los resultados han sido desastrosos para México.
Y, en un diálogo directo con el reportero de Proceso, Arturo Rodríguez, a propósito del reportaje de portada de esa revista, titulado
El gran fraude de Salinas Pliego; Pemex-Fertinal, López Obrador hizo las dos observaciones más polémicas: “La revista Proceso, por ejemplo, no se portó bien con nosotros. No es ningún reproche”, a lo cual el periodista coahuilense Rodríguez le reviró:
No es papel de los medios portarse bien, Presidente, con alguien.
En esa parte final de la conferencia mañanera, López Obrador aseguró que
todos los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las transformacionesy que “los periodistas mejores que ha habido en la historia de México, los de la República restaurada, todos, tomaron partido. Y es que es muy cómodo decir: ‘Yo soy independiente o el periodismo no tiene por qué tomar partido, o apostar a la transformación’. Entonces, es nada más analizar la realidad, criticar la realidad, pero no transformarla” (versión estenográfica de la mañanera de ayer: https://bit.ly/2y4oY94).
Son erróneas y preocupantes las obsesiones correccionales de AMLO
hacia la prensa (muy distantes del ánimo complaciente o cuando menos
perdonador del mismo funcionario hacia una amplia franja de políticos y
empresarios saqueadores de riqueza y recursos públicos). La palabra del
Presidente de México sería muy bien aceptada en estos casos si más que
consideraciones personales y subjetivas hubiera precisiones, desmentidos
o aceptaciones de la materia de trabajo periodístico puesta a su
consideración pues, en estos casos, la polémica menor suplió al
esclarecimiento de hechos: sí vive la familia López Gutiérrez en un
palacio, sí está el hijo menor en un campamento de alta tarifa en San
Luis Potosí y sí es periodísticamente correcto preguntar si mantendrá
como asesor a Ricardo Salinas Pliego a pesar de lo publicado en el tema
Pemex-Fertinal. Y sí debería dar una entrevista (recurriendo a la figura
de la amnistía, de ser necesario) al Financial Times.
Haría bien AMLO si, respecto a críticas, manifestaciones y
periodistas, se aplicara uno de sus remedios favoritos: tomarse un té
(una infusión, dicho sea con propiedad) de flor de tila.
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
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