5 conclusiones de la Conferencia Mundial Científica
Entre
las estrategias para que las mujeres no contraigan VIH es necesario
invertir en la ampliación de las pruebas de detección del virus,
garantizar terapia antirretroviral (TAR), promover la profilaxis previa a
la exposición (PrEP) y difundir información sobre este tema, estas
fueron algunas de las conclusiones de la Conferencia Mundial Científica
sobre VIH, que se realizó en la Ciudad de México del 21 al 24 de julio
de 2019 y que detallamos a continuación.
1. El acceso a la PrEP, el TAR y las pruebas es crucial
La profilaxis prexposición (PrEP), es decir, la atención preventiva a
la exposición a contraer el virus, y el tratamiento antirretroviral o
tratamiento para suprimir el virus del VIH después de contraerlo, son
tratamientos cruciales a los que cualquier persona debería acceder.
La profilaxis prexposición se pueden ofrecer en régimen simple, por
ejemplo, tomando una pastilla al día y de bajo costo. Sin embargo, el
estigma, la falta de acceso servicios médicos y tratamientos, lo han
impedido.
Como consecuencia, la incidencia de casos nuevos de VIH sigue siendo
alta en las comunidades con acceso y educación limitados a la salud.
2. La salud reproductiva de las mujeres y la planificación familiar van de la mano con el tratamiento y la prevención del VIH
Las empresas proveedoras del medicamento deberían ser capaces de
informar a las mujeres sobre los métodos anticonceptivos y
proporcionarlos si es posible.
Si una mujer no desea embarazarse pero es portadora del virus, debe dar seguimiento al método de anticoncepción que utiliza.
En la actualización del estudio “Control de Anticoncepción y
Transmisión del VIH” (ECHO), presentado durante la conferencia, mostró
que los tres anticonceptivos más populares de control de la natalidad
(inyección anticonceptiva Depo-Provera, el DIU de cobre y el implante de
brazo), no reducen el riesgo de contraer VIH, la incidencia de casos de
VIH se observa en niveles similares de aquellas que no utilizan
anticonceptivos.
Proporcionar condones a parejas en riesgo de transmitir el VIH reduce
la tasa de incidencia del VIH, ya que es menos probable que el virus se
transmita a través del contacto sexual.
"Consideramos que cualquier mujer en edad fértil no es sólo un
recipiente para un embrión, sino que es una persona sujeta de derecho
propio", señaló Jacque Wambui, integrante de la Red Nacional de
Empoderamiento de las Personas que viven con VIH/Sida.
"Creemos que con la información correcta y el acceso a los
anticonceptivos, podemos tomar decisiones informadas", dijo Wambui.
"Esta es una oportunidad para integrar el tan necesario acceso a los
anticonceptivos con el tratamiento del VIH con el fin de lograr la
atención reproductiva universal para todos”.
3. Es necesario presentar diversas perspectivas en la toma de decisiones
"Las mujeres carecen de acceso a la información a los servicios para tomar decisiones informadas", dijo Jacque Wambui.
Las y los científicos reconocieron que el VIH está altamente
politizado, lo que dificulta muchos de los objetivos de tratamiento y
prevención que se fijaron.
Muchos organismos para la atención del VIH, son agencias
gubernamentales que trabajan mano a mano con las empresas, por lo que la
atención es de acuerdo a lo que esos proveedores desean. Como
resultado, no a todas las comunidades afectadas por el VIH se les presta
atención. Cuando se les deja fuera, pueden sentirse excluidos y el
estigma del VIH se perpetúa.
"La voz comunitaria debe elevarse en las decisiones de política nacional", dijo Wambui.
Estudios presentados durante la conferencia confirmaron que cuando
más mujeres inciden en la política pública sobre VIH se reflejan mejor
sus deseos y necesidades, e incorporan a otras comunidades.
4. El estigma entorno al VIH impide que las mujeres accedan a la atención
El estigma es definido por los proveedores de atención médica como
pensamientos y actitudes negativas sobre una persona o comunidad debido a
un rasgo o característica particular que poseen. Puede ser hiriente
para los individuos porque generalmente se basa en estereotipos y
suposiciones. Los niveles de estigma dependen de cómo la sociedad ve a
un grupo, o cómo un individuo se ve a sí mismo.
El estigma hacia los demás puede expresarse de diversas maneras, con
acciones como el racismo, la transfobia y el acoso escolar. También
puede ser encubierto, como se ve en las microagresiones.
Para la comunidad de la salud, el estigma puede impedir que las
personas que viven con VIH busquen tratamiento y apoyo y que se sientan
como si no pertenecieran a una comunidad. Las mujeres, las mujeres trans
y las afrodescendientes portadoras del virus, son particularmente
susceptibles a estos estigmas.
El estigma tiene un impacto muy negativo en la salud, dijo la
investigadora brasileña de VIH, Maria Amelia Veras. Algunas soluciones,
incluyen el acceso abierto a servicios de salud y fomentar
conversaciones y educación en torno a temas que pueden causar estigma,
como la identidad de género, dijo la investigadora.
5. El tratamiento y prevención del VIH debe ser más inclusivo con las mujeres para ser más eficaz
La comunidad científica y profesionales de la salud impulsaron una
narrativa que llaman “atención transformadora de género". Esto significa
que las personas con VIH deben ser tratadas de acuerdo con su identidad
de género personal, y no como la sociedad las define.
Para muchos países, ser transgénero es una identidad relativamente
nueva y progresista, que se complica por la política y los sistemas de
salud que no aceptan a las personas transgénero como miembros plenos de
su identidad elegida o de la comunidad en general.
Los servicios femeninos para aquellos que son cis-género o aceptados
en la sociedad pueden no proporcionar los niveles de apoyo necesarios
para aquellos que no son binarios o trans, sino que se identifican como
mujeres.
Es posible que se necesiten atención adicional, como la terapia
hormonal y el apoyo de salud mental, para mantener a las personas sanas y
reducir la incidencia del VIH dentro de estas comunidades, que se
entremezclan rutinariamente con las comunidades más ampliamente
aceptadas en la sociedad a través del contacto sexual.
"Encontramos que las personas que tienen acceso a hormonas y cirugías
tienden a tener menos angustia y menos abuso de sustancias, por lo que
queremos ver que la tendencia persiste", dijo Erin Wilson, proveedora de
atención transgénero con sede en Estados Unidos. "Creo que es un gran
argumento para demostrar que podemos potenciar la prevención del VIH
ofreciendo servicios que ayudan a aliviar parte de esa angustia".
Samantha Bushman
Por: Samantha Bushman
Cimacnoticias | Ciudad de México
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