Romero Deschamps, en la mira
¿Tendrá suite en Almoloya?
Todo indica que al
impresentable Carlos Romero Deschamps de nada le sirvió su graciosa
huida –algunos dicen que salió a gatas– del restaurante en que
aprehendieron al abogánster Juan Collado, cuando ambos
compartían el pan y la sal. Sin embargo, lo que sí le resultó útil, como
siempre, fue la enorme arca del sindicato petrolero –de la que dispone a
discreción desde hace años– y sus excelentes amigos del Poder Judicial
(con la mafia del poder de la cual forma parte), pues de inmediato lo
ampararon.
Ayer, a temprana hora, se conoció que la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda presentó
un par de querellaspor enriquecimiento ilícito contra el supuesto líder petrolero y su familia, pero en menos que canta un gallo fue protegido por un juez (el décimo cuarto de distrito en el estado de México), quien a Romero Deschamps
otorgó una suspensión definitiva contra cualquier orden de aprehensión y le impuso el pago de una garantía de 20 mil pesos( La Jornada, César Arellano y Eduardo Murillo).
Algunos pensarán que el gobierno de López Obrador y la Fiscalía
General de la República ya tienen muchos frentes abiertos contra puros
bandidos, pero lo cierto es que sale mugre a borbotones donde la nueva
autoridad aprieta (y no hay necesidad de oprimir mucho, porque está a la
vista de todos), y en estos menesteres el impresentable e indefendible
Carlos Romero Deschamps, junto con su familia y compadres, tiene la cola
más larga que una manada de canguros.
En enero de 1989, Carlos Salinas de Gortari, entonces inquilino de Los Pinos,encarceló a Joaquín Hernández Galicia, La Quina, y Romero Deschamps se prestó a todo tipo de cochinadas, con el fin de alcanzar el liderazgo del sindicato petrolero en un operativo
similar, por no decir idéntico, al utilizado por el propio CSG –en
abril del mismo año– para defenestrar a Carlos Jonguitud Barrios e
imponer a Elba Esther Gordillo al frente del magisterio.
Desde entonces nadie osó tocar a Romero Deschamps, quien se hizo
famoso y brilló, pero por su voracidad y corruptelas en las que su
familia –de tal palo tal astilla– aparece embarrada por todas partes,
incluidos cuantiosos inmuebles, yates y aviones, además de los Ferrari
de su hijo y los no pocos viajes –a todo lujo– de su hija, en los que
presume a sus perritos y la aeronave de papá, por cierto un trabajador petrolero con un salario –oficialmente– de 34 mil pesos mensuales.
Pero bueno, ahí está su pandilla y los jueces amigos para evitar cualquier posibilidad de que este hampón sea molestado
por la justicia mexicana. Sin embargo, la Unidad de Inteligencia
Financiera debe contar con elementos suficientes para presentar el
citado par de querellas ante la Fiscalía General de la República y
enchiquerar a Romero Deschamps.No se hubiera animado si careciera de
ellos, y el líder petrolero facilita la chamba, porque presume su corrupción por doquier.
Lo que resulta una verdadera desgracia es que existan representantes de la ley que se prestan –no gratuitamente, desde luego– a proteger a gentuza como el líder petrolero, un priísta que ha ocupado varias veces escaños y curules (léase fuero permanente).
Cierto es que Romero Deschamps le fue muy útil a Enrique Peña Nieto (nada es gratuito), especialmente en el proceso de la reforma
energética, pues no sólo le garantizó su voto como senador de la
República, sino, más importante, el control de los petroleros opuestos a
los cambios constitucionales en la materia.
Eso sí, Romero Deschamps deberá recurrir a otro abogánster
de la pandilla, porque el que tenía, Juan Collado, ya no puede cenar con
él por estar enchiquerado, y ocupado y preocupado por su propia
circunstancia.
Las rebanadas del pastel
Para que no queden dudas, ahora que se revisa el contrato colectivo de los petroleros, el presidente López Obrador dijo:
Ningún privilegio para dirigentes; no habrá acuerdos por debajo de la mesa; no se entregará dinero a líderes sindicales.
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