Pedro Echeverría V.
1. Toda la vida obrera en México ha sido con salarios de hambre. Hace varias décadas fue creada por el Estado una comisión tripartita con representantes de gobierno, empresariales y obreros con el objetivo de fijar salarios mínimos anuales. Los del gobierno y los empresarios votaron siempre juntos contra los obreros para fijar siempre un salario de hambre; años después los representantes obreros sólo se reunían para aprobar lo acordado. Resultados desde hace más de cien años: reafirmación de la explotación y ganancias millonarias capitalistas para los empresarios y hambre para las familias obreras; luego protestas mínimas fracasadas.
2. La noticia increíble de hoy: “representantes de la iniciativa privada, convocados por la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (ACFP), empresarios de Jalisco, Guanajuato y Chihuahua, pidieron “un ingreso digno de 10 u 11 mil pesos mensuales que fuera suficiente para que un trabajador pueda comprar dos canastas básicas, superar el umbral de pobreza y recuperar su poder adquisitivo, pues según datos del INEGI, siete de cada 10 personas carecen de un ingreso suficiente para superar la condición de pobreza”. ¿Será que unos empresarios se han transformado en luchadores marxistas y el gobierno de los pobres y los pobres en cobardes?
3. Por lo menos en 20 de mis artículos anteriores he exigido que el salario mínimo del país sea de 500 pesos diarios o de 15 mil pesos al mes. ¿Si el salario mensual de López Obrador es de 130 mil al mes y el de los jueces y el INE son de arriba de 350 mil, qué porcentaje es el de un obrero que hoy gana 173 pesos diario?. Para mí siempre ha sido una mentada de madre para los obreros que nunca han logrado superar. Antes le echábamos la culpa al líder charro de la CTM Fidel Velázquez que murió en 1997, sin darnos cuenta que los gobiernos capitalistas de México eran los principales enemigos de los obreros. Pero lo increíble: ¿Son los patrones la vanguardia hoy?
4. Obvio que los empresarios, históricamente explotadores y enemigos de los obreros, además anticomunistas de nacimiento, no pueden ser marxistas. Lo digo de puro cotorreo para joder al gobierno y a los trabajadores que ahora parecen montados por los empresarios. En los años sesenta, setenta, parte de los ochenta –aunque nunca triunfamos- salíamos con nuestros carteles y mantas, a gritar y mentarles la madre a patrones y gobiernos. Hoy sólo pequeños grupos de valientes, con un poco de conciencia, lo hacen sin la fuerza para mantener bloqueos en los puntos clave de la ciudad. Pero la esperanza es lo último que muere.
5. Obvio, los empresarios no pueden colocar en sus consignas o demandas, como los marxistas lo hacíamos, la muerte del capitalismo, de la explotación y de la acumulación de riquezas en pocas manos. Lo empresarios cuando más –como los religiosos- demandan la bondad, la caridad, el pequeño aumento de salarios para garantizar la paz social y aumentar las ventas comerciales. Los empresarios –seguramente religiosos- buscan la consolidación de la explotación capitalista en paz sin arriesgar la seguridad. Los más jodidos somos los viejos luchadores sociales que sólo tenemos fuerza para leer y escribir a pesar de que los pinches periódicos impresos burgueses se niegan a publicarnos. (20/X/22)
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