La desigualdad de género en el ámbito laboral se agudiza en periodos de crisis: Martha Heredia.
A pesar de la conciencia de género que se ha logrado, se agrava la discriminación de las mujeres en el trabajo: Carolina Ledesma.
Dado que las mujeres son las más afectadas por los efectos de la crisis económica y financiera que se vive en el mundo, y particularmente en México, es urgente que se establezcan estrategias de lucha y mecanismos de unidad que permitan revertir el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores en su conjunto pero, especialmente de las trabajadoras.
Al inaugurar el Foro Internacional Mujeres Trabajadoras frente a la Crisis, la vicepresidenta de Equidad y Género de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Martha Heredia, resaltó que la desigualdad histórica que viven las mujeres se agudiza dramáticamente durante periodos de crisis puesto que son ellas las primeras en ser despedidas o a quienes se les rebaja el salario.
“Llegamos tarde al mercado laboral y por ello hemos sido sometidas a condiciones de trabajo menores a las de los varones. Es a nosotras a quienes nos imponen en mayor medida la precarización laboral, la informalidad y la falta de oportunidades laborales”, agregó.
En el foro, realizado en el contexto del Día Internacional de la Mujer, participaron más de 250 mujeres de 18 estados de la República, entre sindicalistas, representantes y trabajadoras de diversos movimientos, y fue organizado por la Vicepresidencia de Genero de la UNT, el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical y la Red Género y Economía.
Resaltó que a la violencia y discriminación social que enfrentan las mujeres en sociedades patriarcales, como la mexicana, hay que sumar las necesidades económicas que las ponen en condiciones de vulnerabilidad en el mundo laboral.
“No encuentran trabajo, se les paga menos que a los varones, se les acosa; sus derechos laborales son avasallados tanto por los patrones como por las autoridades laborales”. Una muestra de ese difícil panorama es que 40 por ciento de las mujeres que trabajan lo hacen en la informalidad.
Por ello es indispensable que las trabajadoras y sus organizaciones elaboren estrategias de participación y lucha unitaria para modificar la situación de las mujeres en el mundo laboral, que si tradicionalmente es grave, en épocas de zozobra económica empeoran todavía más.
Por su parte, la representante del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), Carolina Ledesma, explicó que aunque se han llevado a cabo diversas conferencias mundiales para revertir la discriminación hacia la mujer no ha sido posible, todavía, avanzar mucho en ese camino.
Como ejemplo señaló que según daos del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y Equidad de Género de la Cámara de Diputados, el gasto por programas para dicho adelanto, 2009, se dedicó apenas 40.9 por ciento para asistencia y programas sociales (por las estancas infantiles de Sedesol); a apoyo productivo se dedico 20.8 por ciento; para salud el presupuesto se redujo y quedo en 20.6; institucionalización de perspectiva de género, 12.5 por ciento; prevención de la violencia 3.6 por ciento educación 1.7 por ciento. “No es posible que con tan bajos presupuestos se pretenda atender las acciones necesarias para promover la igualdad social de las mujeres”, afirmó.
Señaló Ledesma que según cifras de la Conferencia Sindical Internacional (CSI), en Argentina, México y Sudáfrica la brecha salarial de género es más alta que en resto del mundo. Lo anterior, precisó, de acuerdo con un estudio de WageIndicator, realizado en 20 países.
“Hoy las mujeres representamos en México 41.1 por ciento de la Población Económicamente Activa, pero las condiciones laborales siguen evidenciando segregación ocupacional y discriminación salarial. En este panorama de crisis somos las mujeres las más afectadas al tener los empleos y salarios más preciarios.
Durante su intevención Liz O´Connor, representante del Sindicato de Trabajadores de Servicios de Estados Unidos (SEIU, por su sigla en inglés), resaltó que la crisis afecta en primer lugar a los trabajadores, quienes se encuentran indefensos laboral y económicamente.
Indicó que esos efectos de la crisis se notan especialmente en lo que corresponde a la salud, dado que muchos trabajadores mujeres, han perdido todo su patrimonio cuando han enfrentado alguna enfermedad, puesto la mitad de la población no tiene seguro médico, o las aseguradoras no cubren sus obligaciones. En este contexto son las mujeres las más afectadas puesto que son las que atienden con mayor frecuencia la saluda familiar.
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