8/26/2009

La columna de Aguayo: "Las tres pistas ".


Tenemos transparencia pero sin rendición de cuentas y, en este otoño podrían multiplicarse los nubarrones de la opacidad. Por ello, el retroceso es una posibilidad real.
La alternancia ha sido tacaña con la ciudadanía. Es evidente que en la redistribución del poder económico, político y coercitivo, el logro más tangible ha sido la ley del 2002, que posibilitó un nivel razonable de transparencia. Es cierto que la manifestación de los abusos rara vez acarrea consecuencias; pero al menos vamos construyendo una cartografía de México más apegada a la realidad. Eso puede cambiar, por lo que está sucediendo en tres organismos autónomos.

Auditoría Superior de la Federación (ASF). Arturo González de Aragón, el auditor de la Federación, terminará su encargo el último día de este año. Los diputados pueden reelegirlo o darle las gracias en una sentida ceremonia. El PAN ya se adelantó y lo dio por despedido. Hace unos días, el presidente panista, César Nava, y la coordinadora de la fracción panista en la Cámara de Diputados, Josefina Vázquez Mota, unieron sus voces para cuestionar la honorabilidad, profesionalismo e imparcialidad del auditor.

La descalificación va en contra de los resultados de una encuesta que la UNAM realizara en el 2007: el 75 por ciento de quienes están familiarizados con el trabajo de la ASF expresa satisfacción con su trabajo. Coincido con la encuesta y pienso que la tirria panista viene de la aversión que los partidos manifiestan por los funcionarios independientes; los quieren mansitos. El PAN, al descalificar a González de Aragón, al menos debería presentar las evidencias.

Instituto Federal de Acceso a la Información. Algo similar está pasando en el IFAI, en donde está rompiéndose el equilibrio virtuoso que ha convertido a esta institución en paradigma de compromiso con la transparencia.

Hace unos meses quien era presidente del IFAI, Alonso Lujambio, aceptó la invitación de Felipe Calderón para irse a la Secretaría de Educación Pública, en donde está dilapidando su prestigio, con tal de sumarse a las legiones de paleros de Elba Esther Gordillo. Su salida fue un golpe a la imagen de autonomía del IFAI que puede complicarse porque el próximo mes terminarán su mandato Juan Pablo Guerrero y Alonso Gómez Robledo, los consejeros más combativos y audaces a la hora de defender la apertura de la información.

Felipe Calderón propondrá a los dos nuevos comisionados (al Senado toca ratificarlos o vetarlos) y, habida cuenta del gusto presidencial por la opacidad, es posible que sus candidatos tengan esa mansedumbre que tanto agrada a los poderosos.

Lo preocupante del caso es el desmembramiento del Grupo Oaxaca, que en el 2001 unificó a universidades, especialistas, organismos de la sociedad civil y a 73 diarios en un frente formidable que logró, en abril del 2002, la aprobación de la ley de acceso a la información. Si quienes formaron parte de ese colectivo, o una parte de él, no reaccionan y levantan el tema, la renovación en el IFAI puede convertirse en un retroceso monumental.

Las boletas electorales del 2006. Si en líneas anteriores aseguré que Calderón desdeña la transparencia es porque he constatado el vigor con el que su gobierno ha combatido la posibilidad de que se abran los paquetes con las boletas del polémico 2006.

El pasado 21 de agosto y después de varios años de litigio jurídico, el Poder Judicial Federal desechó el amparo que presenté, en representación de Fundar, para tener acceso a las boletas. Durante ese proceso, el juez le prohibió al IFE destruir los documentos. Eso terminó. Se acabaron las instancias internas.

Ahora, todo depende de que el Instituto Federal Electoral (IFE) mantenga su disposición a respetar las medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a raíz de un caso similar presentado por Rafael Rodríguez Castañeda de la revista Proceso. La esperanza puede romperse en mil pedazos, porque según me dicen, ya deliberan sobre las modalidades que podría tener la hoguera, en donde se convertirá en cenizas la posibilidad de confrontar, con hechos, los traumas de la última elección presidencial.

En este circo de tres pistas, el gobierno de Felipe Calderón y su partido han dado suficientes evidencias de la determinación con la cual quieren dar marcha atrás en la transparencia alcanzada. Su negociación con la alianza PRI-PVEM no augura nada bueno. La única esperanza está en que la sociedad demuestre, con hechos, su disposición a dejar de ser observadora pasiva y se ponga a defender el derecho por la transparencia, la rendición de cuentas y el respeto a sus derechos.

La Miscelánea

En México es peligroso ser independiente. El Siglo de Torreón fue ametrallado por desconocidos que buscan intimidarlo. Ante la ineptitud del Estado, uno de los pocos recursos dejados a la sociedad es el de cobijarse tras blindajes de solidaridad que, por este medio, envío a los colegas y amigos de ese diario.

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