Utopía
Impuestos por votos
Eduardo Ibarra Aguirre
Mientras Felipe de Jesús Calderón Hinojosa mueve cuantiosos recursos materiales y humanos, incluidos los intelectuales orgánicos del poder, para apuntalar su decálogo sobre la reforma política y la respectiva iniciativa de ley que, de acuerdo a la propaganda gubernamental, busca dar más espacios a los ciudadanos, resultó todo lo contrario con el reiteradamente negado pacto para no postular candidatos de coalición entre el Partido Acción Nacional y buena parte de las izquierdas parlamentarias, suscrito por personeros del primero y del Revolucionario Institucional.
Pinchados con los dedos en la puerta, uno a uno los representantes del Ejecutivo federal y de Enrique Peña Nieto, los presidentes de los comités ejecutivos nacionales del tricolor y del blanquiazul no tuvieron de otra más que reconocer que negociaron y firmaron el 30 de octubre de 2009, a espaldas no sólo de las dirigencias y de los grupos parlamentarios en el Senado y la Cámara de Diputados, sino incluso de los militantes y lo que es más grave aún, de los electores, las modalidades de la contienda por la gubernatura mexiquense en 2011. De la misma manera que lo hicieron para Oaxaca.
Incremento de impuestos a cambio de votos, tal es la fórmula suscrita por los que apenas en el sexenio de Vicente Fox Quesada y Martha María Sahagún Jiménez se presentaron con insistencia como “verdaderos demócratas”, justo para desaforar a Andrés Manuel López Obrador.
El incremento de tasas impositivas para cubrir “un boquete de 300 mil millones de pesos”, mismo que recientemente la Secretaría de Hacienda reconoció con inaudito cinismo que se equivocó, que sólo era de 200 mil, lo que no impedirá que hoy reciba un nuevo golpe el bolsillo de los automovilistas, constituyó la moneda de cambio entre los idólatras del mercado desde la política. No es de omitirse que las cúpulas de ambos partidos también convergen en la reproducción del modelo macro, aunque ya no es políticamente correcto defenderlo desde la oposición, desde el Anpri, y menos cuando quedó desacreditado por toda la aldea tras el tsunami financiero y económico que devastó economías como la estadunidense y la mexicana.
La operación de “tragar sapos” que tan ejemplarmente realizaron primero Fernando Francisco Gómez-Mont Urueta y apenas el jueves 4 César Nava Vázquez, tras negarlo de manera obcecada, muestra una lealtad a toda prueba con el jefe institucional, el amigo y el cómplice en negocios energéticos, sobre todo de parte del segundo.
Al secretario de Gobernación lo exhibe como leal, ignorante de las funciones que legalmente puede cumplir y ajeno a la militancia de un partido al que no podía renunciar porque no estaba inscrito, como documentó Álvaro Delgado en Proceso (7-III-10), salvo por las maniobras de Germán Martínez Cázares, el presidente del PAN que el 10 de diciembre de 2008 aseguró: "Todavía no tenemos una educación de calidad como en los países suecos como Finlandia", y exasesor del oscuro gobernador de Morelos.
La creciente bola de nieve que está provocando el desmedido afán de ocultar la responsabilidad de Calderón Hinojosa en los pactos con los que se nulificaba la voluntad ciudadana, la soberanía popular, acarreará costos políticos mayores para todos los actores de este involuntario sainete del gobierno que se publicita como defensor del estado de derecho.
No olvidemos que la campaña presidencial de Diego Fernández de Cevallos tuvo como lema central en 1994: “¡Por un México sin mentiras!”. Y él me contó mucho después que realmente lo creía, tanto que disminuyó el ritmo e intensidad de su participación en la contienda porque en un abrazo le rompieron unas costillas. ¡Mitómanos!
Acuse de recibo
Publico tres comentarios sobre Cómplices de Marcial Maciel (5-III-10). Del enciclopedista Humberto Musacchio: “Es inadmisible eso de que Marcial Maciel padecía ‘mitomanía clínica’, como dices tú, o que fuera persona ‘no sana de sus facultades mentales’, como afirma la Conferencia Episcopal Mexicana, que durante mucho tiempo guardó un silencio cómplice y ahora quiere hacer pasar al bribón como enfermito. Marcial Maciel fue un sinvergüenza, un delincuente protegido por un sector de la burguesía local y por la cúpula eclesiástica, del papa para abajo. La jerarquía católica debe responder por su complicidad con ese miserable. La iglesia de Roma está en entredicho”... Del senador José Luis Máximo García Zalvidea: “Gracias señor Ibarra por enviarme siempre sus interesantes artículos, pero me queda un interrogante. Explíqueme por qué el celibato causa la pederastia porque hay muchos hombres casados que son pedófilos y, si quiere, comentamos de algunos de ellos. Gracias por su atención”... Del solidario Fernando Carmona Bolaños: “Y además se debe tener en cuenta que uno de los sueños (¿o pesadillas?) de tan funambulesco personaje, fue el de que a su muerte lo santificaran, cuestión que fue muy seriamente considerada por el protector de pederastas, desviados sexuales, adictos a las drogas y un largo etc., Karol Wojtyla”.
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