Impulsar presencia femenina en Congresos; avance a igualdad
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México, DF, 8 mar 10 (CIMAC).- En México y América Latina, la presencia mayoritaria de mujeres en trabajos informales y no remunerados, disminuye su capacidad de recuperación durante y después de las crisis económicas, y las suscitadas por desastres naturales, señalaron representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU), con motivo del Día Internacional de la Mujer.
En conferencia de prensa en el contexto del Día Internacional de la Mujer, Magdy Martínez Solimán, coordinador residente del sistema de Naciones Unidas en México, refirió que este día es una fecha oportuna para identificar los obstáculos y asumir compromisos en materia de desarrollo y de los derechos de las mujeres, los cuales se relacionan con “el estrechamiento de sus posibilidades de empoderamiento económico y participación política”.
Indicó que además de conmemorar el 8 de marzo, en este 2010 se cumplen 15 años de la conferencia de Beijing y una década de la adopción de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, con un trasfondo de crisis financiera y económica mundial que ha lacerado a la población en general, pero “significativamente más a las mujeres”.
Señaló que los índices más altos de pobreza se centran en la población femenina a pesar de su incursión masiva al mercado de trabajo formal e informal, debido al deterioro de la calidad de sus empleos.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), más de la mitad de las 100 millones de mujeres que hay en el mercado laboral, se ocupan en la economía informal.
A decir de Magdy Martínez, un factor crucial que incide en la feminización de la pobreza tiene que ver con la vulnerabilidad, con la forma diferenciada en que mujeres y hombres pueden sobreponerse a “sacudidas traumáticas” del ciclo económico o de su entorno climático.
Cabe recordar que según Cepal, en la región por cada 115 mujeres pobres, existen 100 hombres en esta situación.
Su situación se agudiza porque las latinoamericanas, a diferencia de los hombres, tienen menor acceso a crédito, recursos financieros, y protección social, debido a que se ocupan más en trabajos no remunerados, informales y de tiempo parcial.
En consecuencia, ellas tienen “menos defensas cuando la crisis económica o climática golpea y menos capacidad de recuperación a estos ‘shocks’”, aseveró.
La falta de igualdad entre mujeres y hombres en el mercado latinoamericano tiene un costo que equivale al 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina, alrededor de 100 mil dólares por año. En México la desigualdad de género también tiene un costo del 4 por ciento del PIB nacional, cada año.
Además, los usos “ineficientes” del conocimiento y de la fuerza del trabajo de las mujeres generan un “estancamiento”. Según la Cepal 57.6 por ciento de las mujeres calificadas de México no ingresan al mercado laboral, es decir, que a la inversión en educación no se seguía una inversión en desarrollo humano y económico en igualdad de acceso al mercado laboral.
“Ellas pasan a un área gris, mezcla de trabajo no remunerado, informalidad activa e inactividad formal”, refirió Martínez Solimán.
De acuerdo con el representante de la ONU, las políticas que los gobiernos de la región deben impulsar a fin de procurar el desarrollo y la equidad de género en el ámbito económico son: el fomento a la contratación, las transferencias monetarias condicionadas, y los servicios públicos de cuidado para la infancia y personas de la tercera edad.
Para avanzar en el empoderamiento económico de las mujeres es necesario que ellas participen en la toma de decisiones en los distintos niveles de gobierno, pues, su baja representación hace que el tema de género en México sea visto como “elementos adicionales, políticamente correctos y no como una necesidad de justicia y de derecho”, aseguró Magdy Martínez.
Incluir más mujeres en los Congresos representa mayores avances en la igualdad de mujeres y hombres en el ámbito laboral, educativo, la no discriminación y la disminución de la mortalidad materna, por lo que este tema debe incluirse en la reforma política, que impulsa Felipe Calderón Hinojosa, titular del Ejecutivo mexicano.
En la conferencia de prensa también estuvieron presentes Jadranka Mihalic, Directora del Centro de Información de las Naciones Unidas para México, Cuba y República Dominicana, Ana Güezmes, Directora Regional de Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, Anna Lindstedt, embajadora de Suecia y Mónica Orozco, del Instituto Nacional de las Mujeres.
Demandan guatemaltecas atención a demandas y justicia
Prevalece cultura machista y patriarcal en Guatemala
Por la redacción
Guatemala, 8 mar 10 (Cerigua/CIMAC).- Las mujeres guatemaltecas, mayas y campesinas exigieron aquí que sus demandas y reivindicaciones sean tomadas en cuenta todos los días y no ser recordadas únicamente en el Día Internacional de la Mujer, dio a conocer hoy la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (CONIC).
De acuerdo con un comunicado de prensa, destacaron la necesidad de promover en el país el pleno respeto a los derechos de quienes conforman más del 50 por ciento de la población, además de ser escuchadas.
Las mujeres poseen los mismos derechos que los hombres, pese a ello su situación es más precaria y sus demandas no son tomadas en cuenta, situación que demuestra que en Guatemala aún se encuentra arraigada una cultura machista y patriarcal, abundan.
Subrayaron que actualmente las indígenas y campesinas se enfrentan a diversos flagelos, entre ellos la pérdida de los recursos naturales, la hambruna, la explotación minera en sus comunidades y la construcción de megaproyectos, la inseguridad alimentaria y el desempleo.
El documento de la CONIC enfatiza que continúa la exclusión de las mujeres en las políticas de Estado, las cuales son catalogadas como clasistas y racistas, además denunciaron que diariamente cientos de mujeres indígenas son desalojadas de sus tierras ancestrales.
Indicaron que la justicia guatemalteca ha demostrado estar al servicio de los grandes empresarios, pues no toma en cuenta los debidos procesos de defensa de los pueblos indígenas.
Finalmente, exigieron la erradicación de la pobreza, la migración y la violencia, además de demandar un mundo más equitativo.
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