10/04/2011

Huyen inmigrantes de Alabama por temor a ser detenidos


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El miedo se extendió más rápido que una tormenta por los campos de hortalizas, las granjas y las industrias frigoríficas de Alabama y provocó que en menos de una semana, cientos de inmigrantes indocumentados huyeran de la entidad


El miedo se extendió más rápido que una tormenta por los campos de hortalizas, las granjas y las industrias frigoríficas de Alabama y provocó que en menos de una semana, cientos de inmigrantes indocumentados huyeran de la entidad.

El éxodo, de trabajadores migrantes y sus familias ha generado un súbito vacío que comienza a repercutir de manera negativa en las actividades económicas y sociales del estado.

La situación de pánico entre los indocumentados fue generada por la entrada en vigor el pasado jueves de la ley antiinmigrante HB 56, que autoriza a los policías de Alabama investigar el estatus migratorio de las personas sospechosas de encontrarse de manera ilegal en este país.

Los inmigrantes temen ser detenidos y separados bruscamente de sus familias para ser deportados a México y demás países de origen en un proceso que los llevaría a la cárcel días, semanas e incluso meses.

"A eso es a lo que se le tiene miedo, por eso es que se van o se esconden", explicó a Notimex, Celia Solano, administradora de la tienda y Restaurante "El Taco Loco" en la pequeña comunidad de Slocomb, ubicada entre campos de hortalizas en el sureste de Alabama.

"El Taco Loco" lucía vacío la tarde de este lunes, sin ningún cliente en sus mesas, ni en su tienda, donde se vende tortillas, salsas y otros alimentos mexicanos, y se presta el servicio de envío de dinero.

Los paquetes de tortillas acumulados en un rincón de la tienda, ejemplifican la ausencia de inmigrantes en el establecimiento. "Se me están quedando todos, no hemos vendido nada", dijo Solano.

Su hijo José, de 18 años, supo que algo estaba pasando entre los indocumentados cuando comenzaron a ir a la tienda la semana pasada para hacer remesas de dinero a México y Guatemala, por cantidades inusuales.

"Desfilaron por aquí, para hacer sus envíos con mucho dinero, cuatro o cinco veces más de lo que enviaban normalmente cada semana. Luego todos se fueron y los que no se han ido están escondidos", dijo Manzano.

El joven trabaja también como programador musical en el salón de baile "Escape" de Slocomb, donde el pasado sábado, "prácticamente no hubo fiesta" ante la escasez de asistentes.

"Es increíble el efecto que está teniendo esta ley, en toda mi vida no había visto nada semejante", dijo Gerald Alvin, productor de tomate y hortalizas propietario de "Alvin Farms" ubicada también en Slocomb.

La ley dejó Alvin sin sus apreciados trabajadores, los hermanos Rodríguez, que este fin de semana empacaron sus pertenencias y se fueron a Florida, después de 23 años de trabajar para él.

"Ninguna cosa los había espantado tanto antes. Habían aguantado aquí muchas amenazas, pero esta ley si hizo que se fueran", señaló Alvin, al hablar de sus ex empleados Jaime, Antonio, José, Roberto y Alfonso.

"Jaime fue el primero que comenzó a trabajar conmigo, tenía como 18 años cuando llegó, y ahora anda en sus cuarenta; el comenzó luego a traerse a sus hermanos y estos a sus esposas e hijos y en total eran ya más de 30 personas las que estaban aquí", relató Alvin.

El productor habló con Notimex, debajo de un tejaban, donde junto con su esposa y sus tres hijos mayores, analizaba la forma de continuar la cosecha de unas 60 hectáreas de calabaza y tomate luego de tres días de inactividad por falta de trabajadores.

"Estoy preocupado, pero no tanto por mi cosecha, sino por la suerte de los Rodríguez. Ellos son mis amigos y ahora están sin trabajo y viviendo quien sabe dónde junto con sus hijos y sus esposas", afirmó.

"Esta ley no solo va en contra de los inmigrantes, también va en contra mía, me perjudica a mí que soy ciudadano estadunidense y perjudica a los hijos de los Rodríguez que también lo son", dijo el agricultor.

En "La Jarocha" una tienda de Enterprice, una comunidad cercana a Slocomb, los bultos de ropa y demás pertenencias bloquean la entrada y el paso al interior del lugar. "Son los que nos han traído para que se los envíemos, sus dueños ya se fueron", explicó Margarita Delgado, la empleada de origen hondureño.

Las decenas de cajas y bultos pertenecen a familias, la mayoría de inmigrantes guatemaltecos, que antes de regresar empacaron sus pertenencias y las dejaron en la tienda para ser enviadas por servicio de paquetería. "Una empresa de Miami, dedicada a los envíos, pasara a recogeros", precisó la joven.

Delgado atestiguo el éxodo de inmigrantes de esta forma y también en la caída de sus ventas. La venta de tarjetas para llamadas telefónicas de larga distancia, el producto que más comercializa "La jarocha" cayeron más de la mitad, aseguró.

En el interior de la tienda, Notimex localizó al único indocumentado con el que se tuvo contacto a lo largo del lunes, luego de recorrer tres comunidades del sureste de Alabama.

Antonio Hol, guatemalteco de 39 años, dijo que está contemplando que hacer. "Estoy midiendo, no me he ido, porque creo que puede que se arregle antes", afirmó.

"No estoy nervioso, no tengo miedo", aseguró, al confesar que es soltero y que por ello no le preocupa mucho que lo pudieran detener, como a otros que trabajan con él en "la pollera", como denomina a la planta frigorífica de la compañía Wayne Farms en Enterprice.

Hol informo que los mayordomos de la planta, salieron este lunes a visitar los domicilios de algunos de los trabajadores que no se han reportado a trabajar desde el jueves.

"Tienen paradas varias líneas, y el pollo se está acumulando y no saben que hacer por falta de trabajadores; a mí me han ofrecido que trabaje todas las horas extras que quiera", indicó.

En Dothan, la mayor población de esta región de Alabama, la ausencia de inmigrantes en sus calles es palpable. "No salen", explicó José Martínez, un mexicano con residencia legal.

"Ya no van ni a la iglesia, que podría ser el sitio más seguro", dijo Martínez, quien asiste a la Iglesia católica de Santa Columba, en Dothan, donde la misa dominical en español solía a atraer decenas de familias de migrantes.

"Este domingo fuimos unos cuantos y el sacerdote aprovechó para hablar sobre lo inhumano de la ley", antiinmigrante, recordó el feligrés.

Revista EMET - NTM

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