Ha sido la propia administración de Barack Obama la que entregó esta información a investigadores del Congreso y funcionarios del Departamento de Justicia. Puede observarse claramente que es a partir de esas operaciones gestadas en los EU
El fuerte silencio que guarda el gobierno federal, los partidos políticos, el Poder Legislativo y hasta los que aspiran a ser candidatos pero también a llegar a la Presidencia del país con relación al pronunciamiento del precandidato republicano Rick Perry es la más clara muestra de la sumisión de unos y la espera de la bendición que todo lo puede de otros, aunque también nos advierte que la posibilidad de ser intervenidos incluso militarmente por el vecino del Norte es una realidad latente y que puede ser puesta en marcha en cualquier momento y bajo un pretexto construido: la inseguridad producto de las actividades de la delincuencia organizada y el narcotráfico.
En la información del día nos encontramos con el hecho de que operaciones del tipo de la denominada “Rápido y Furioso” no son novedosas en ninguno de los lados de la frontera ya que desde el 2006 los Estados Unidos, la misma oficina de la Administración contra el Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), puso en operación otro operativo denominado “Receptor Abierto”, cuyo objetivo fue permitir la entrada ilegal de armas a México. La historia es igual, idéntica: se compraron armas por parte de intermediarios ilegales y simplemente “se perdieron en México”.
Ha sido la propia administración de Barack Obama la que entregó esta información a investigadores del Congreso y funcionarios del Departamento de Justicia. Puede observarse claramente que es a partir de esas operaciones gestadas en los EU que se recrudecieron los crímenes en México. En el 2006 con ese operativo denominado “Receptor Abierto” se inició la administración de Felipe Calderón y es en su quinto año cuando se descubre la de “Rápido y Furioso”, ambas con los mismos objetivos que no son otros que saturar de armas a los integrantes de la delincuencia para generar el clima de desestabilización que tenemos en el presente producto de una inseguridad prefabricada que dio origen a la absurda “guerra contra el narcotráfico”.
Para darnos cuenta de la magnitud de la intervención que ya existe basta con releer lo dicho por Perry: “podría requerirse de nuestras fuerzas militares en México, para trabajar con ellos a fin de eliminar estos cárteles narcotraficantes y mantenerlos alejados de nuestras fronteras”; habrá que tener presente que el precandidato republicano ha expresado en más de una ocasión la necesidad de enviar a la guardia nacional a proteger la frontera con México, pero al parecer ya no tienen freno en el lenguaje y pueden ir más allá en sus expresiones, intenciones y acciones sabedores de que no van a encontrar ningún impedimento, ya que no están pidiendo permiso están exponiendo una necesidad que es, por si fuera poco, su necesidad.
La dizque respuesta de Arturo Sarukhán fue en extremo débil ante una posición como la manifestada por el gobernador texano ya que solo atinó a mencionar que esa injerencia de tropas “no está sobre la mesa, no es un componente que forme parte de estos esquemas enormemente innovadores que México y Estados Unidos hemos estado usando para confrontar al crimen organizado transnacional”. Esos esquemas innovadores “son las operaciones “Rápido y Furioso” y “Receptor Abierto”? Esa palabrería fue y ha sido todo. Nada más frente a las temibles declaraciones lanzadas por quien está en la pelea por conducir a un país que de una y mil formas le demuestra al Mundo que sigue mandando.
Sobre este tema, como sucedió con la venta ilegal y clandestina de armas a la delincuencia, no se escuchan voces que nos hablen no sólo de la existencia de un gobierno sino del respeto a la Nación en su conjunto, con todo y sus ciudadanos. No se exigen explicaciones, no se demanda que se retracten de este tipo de expresiones que nos hacen aparecer atados de pies y manos frente a cualquier intento de intervención. No se escucha ni se ha escuchado nada proveniente de Los Pinos, ninguna petición para que se disculpen. Tampoco los del gabinete. Es vergonzoso que igual callen los diputados y los senadores. Menos aún los partidos políticos o sus “concursantes” lanzan una protesta ya que “necesitan”, requieren de la bendición del vecino del Norte.
Así, lo mismo puede hablar el gobernador de Texas y moverse de un extremo a otro al referirse a los hijos de los indocumentados en forma favorable, que un subsecretario da clases de cómo debe profesionalizarse a la policía en México para que combata a los cárteles de los productos que ellos consumen y de los que controlan los precios. En este vaivén de declaraciones en las que EU pretende formar cortinas de humo y que deja para que el gobierno mexicano difunda en nuestro territorio sólo las que le convienen para no entorpecer los planes, aparece la de William Brownfield en la que señala que la Iniciativa Mérida no buscó ser ni representa una operación contra los cárteles mexicanos de las drogas o actores criminales, o sea ¿qué es?
Por su parte, el demócrata de más alto nivel en el subcomité del Hemisferio Occidental, Elliot Engel, sostiene su rechazo de que los cárteles mexicanos sean terroristas o insurgentes, aunque agrega que eso no los hace menos malos. El republicano McCaul, en esa misma reunión, puso énfasis en que Texas se ha convertido en un “narcorefugio” para traficantes de drogas, con lo cual respalda abiertamente las expresiones del aspirante a candidato presidencial Rick Perry.
Así las cosas y también dentro de la administración de Felipe Calderón, en EU el precio de la cocaína subió en tan sólo 4 años en un 87.2 por ciento, pasando de 101.10 dólares por gramo a 189.24 dólares. Siguiendo las normas establecidas por este mandato, la calidad y la pureza bajaron. Dicen allende la frontera que todo se debe a que hubo un mas restringido flujo de drogas por lo que la disponibilidad en el mercado también disminuyó. Una explicación sabia, como las que acostumbra el michoacano y que nos recuerda la de los paisanos que intentan o intentaban cruzar la frontera: el de Los Pinos dice que porque ya hay empleo, lo cierto es que pusieron la barda, la gente sabe que no hay empleo, se recrudecieron las medidas de seguridad en la frontera, etcétera. Nada de empleos. Y si les siguen haciendo el trabajo con las armas y la droga, además del petróleo y la electricidad, todo apunta a que, por otro lado, puede haber panistas para un buen rato.
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