Pedro Echeverría V.
1. Una verdadera romería, un enorme dispendio de dinero público, vivió ayer Mérida en medio de 20 mil campesinos y ciudadanos que llegaron hasta el parque de béisbol transportados por varios cientos de autobuses y taxis gratuitos. El PRI “mostró su músculo” repitiendo exactamente lo que sucedió en viejos tiempos: enviar a cada pueblo, ciudad, barrios y colonias, autobuses ofreciendo dinero, tortas y jugos a cambio de ir a aplaudir al candidato presidencial Enrique Peña Nieto y al candidato a la gubernatura del estado Rolando Zapata. ¿Qué indígena, campesino, trabajador, ama de casa, dejará de aprovechar la oportunidad para conocer la ciudad, pasearse, comprar algunas cosas con el dinero que les dan a cambio de aplaudir? Los políticos que no tienen dinero para repartir le dicen a los humildes: “tomen lo que les den pero luego voten por nosotros”. No se dan cuenta que con esos “regalos” se hace una verdadera compra de voluntades.
2. En tanto Andrés Manuel López Obrador ha visitado 15 veces Yucatán, ha recorrido 100 municipios de los 106 del estado, ha realizado más de 100 mítines y reuniones con asistencia de 200 y 2000 personas y ha organizado cientos de comités, Peña Nieto con sólo haber visitado a la gobernadora en palacio, ahora le llenan hasta el tope un campo de béisbol y –con sólo bajar corriendo del avión y subir a la tribuna instalada en el estadio- se convierte en el candidato presidencial “más fuerte” en esta entidad. Así como en Yucatán en todo la República: López Obrador ha realizado miles de actos políticos en los estados en cada día de seis años y Peña Nieto o cualquier precandidato del PAN ninguno; sin embargo, desde que Televisa y los empresarios escogieron a Peña Nieto como su candidato y ello se propagó por todos los medios, las empresas encuestadoras comenzaron a situarlo en primer lugar con un inmenso margen sobre sus adversarios.
3. Esto demuestra que las encuestadoras, en los primeros meses, sirven al gobierno y a los empresarios para hacer propaganda porque son financiadas por ellos; lo grave es que los electores creen en los resultados que propagan por los medios y así se hace la candidatura. Más adelante las encuestadoras se van adaptando hasta que en las semanas cercanas a los comicios se acercan a la realidad. ¿Quién dijo desde hace dos años que Peña Nieto iba a la cabeza de las encuestas si ni siquiera era conocido más allá del Estado de México? Hasta el que fuera el precandidato competidor en el PRI, el tal Manlio Fabio Beltrones, es con mucho más conocido que él. ¿De dónde se saca entonces que en la democracia mexicana el voto es libre cuando de manera descarada es un voto manipulado de mil maneras: con dinero del gobierno y particulares, propaganda en los medios, compra de votos y mediante arreglos con muchas organizaciones sociales y políticas?
4. Ni Peña, ni Zapata, ni la gobernadora, ni el presidente nacional del PRI, dijeron una palabra acerca de la situación de miseria, desempleo, abandono, en que vive el país y el estado de Yucatán. Todos los discursos fueron totalmente vacíos: “Convoco a cerrar filas en torno a la elección porque cambiará la incertidumbre por certeza”. “Es la oportunidad para un nuevo rumbo del país”. “Recuperemos México con la evaluación y el escrutinio”. “Tendremos un futuro promisorios para 7 millones de “ninis”. Les deseo un gran año de salud, alegría y dicha”. Y concluyó Peña: “Quiero decirle a este joven que amo a Yucatán, quiero pedirle a Yucatán me haga uno de los suyos y me reciba como hijo de Yucatán”. Estos son los funestos políticos huecos de la cabeza, temerosos a decir las cosas o simplemente hábiles para hablar y hablar sin decir nada. ¿En dónde quedó aquel Yucatán que en los últimos años del siglo XIX era uno de los estados más ricos de la República?
5. Yucatán fue entonces el único productor de henequén en el mundo, fue en México el primer lugar en valor de las exportaciones, lo mismo el que tenía las redes ferroviarias más extensas de la República y quizá el estado del país mejor comunicado. Eran entonces los años de apogeo de la dictadura porfiriana (1876-1911) que hizo a los dueños del henequén y los terratenientes de las haciendas a hombres inmensamente ricos y poderosos; aunque cientos de miles de trabajadores vivieran en la miseria. Era, como todo precapitalismo y capitalismo un sistema económico y político totalmente injusto, pero hace 120 años –aunque fuera a nivel “macro”- Yucatán sobresalió en lo económico en medio del “trabajo esclavista” que predominaba en el país. Pero Yucatán se desplomó y con él la producción henequenera, el trabajo de los ejidatarios y todas aquellas haciendas, pueblos y costumbres. Hoy es uno de los cuatro estados más miserables del país.
6. ¿Por qué no habla ningún político del PRI y del PAN sobre el desplome absoluto del henequén que durante 100 años fue la base de la economía yucateca? ¿Por qué los del PRI (aliados de los ricos y encargados de la política durante 70 años) y los del PAN (hijos y nietos de los hacendados, del clero y los poderosos terratenientes de entonces) no explican acerca de las causas por las que Yucatán es uno de los estados más miserables de la República? Pero lo más grave: ¿Por qué los indígenas, los campesinos, los ejidatarios –que por lo menos vivían en familia en sus pueblos de origen y hoy viven como trabajadores domésticos, jardineros, albañiles, limosneros en la ciudad de Mérida, Cancún y se ven obligados a migrar a la EEUU- tampoco reclaman a los políticos? Mientras tanto los políticos y los empresarios yucatecos se hacen inmensamente ricos aprovechando el pacifismo histórico de los yucatecos que prefieren permaneces en silencio.
7. Para los políticos y millonarios, Yucatán es Mérida o, más bien, el norte de Mérida. Todo es turismo, arreglo de calles, avenidas, parques; creación de plazas comerciales, hoteles de gran lujo y casas veraniegas en las playas. En la última década de la producción henequera y cordelera estaban registrados 70 mil ejidatarios y 7 mil obreros cordeleros que junto a sus familias eran unos 400 mil que vivían en la pobreza, pero permanecían en sus comunidades junto a otros trabajos artesanales, diversiones y fiestas. Hoy muchos de aquellos pueblos sólo son habitados por niños y viejos porque los padres están trabajando en la ciudad, han migrado a otros estados o están sufriendo el racismo y la persecución yanqui buscando lograr un ingreso. Espero que algún día los yucatecos actuales se rebelen como lo hicieron los indígenas mayas a mediados del siglo XIX como respuesta al despojo de sus tierras.
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