Pedro Echeverría V.
1. Pienso que gobernar bien la ciudad de México y su zona metropolitana que con 23 millones de habitantes es la quinta parte de la población del país -pero primera en todo lo demás- es más difícil que gobernar la República, con 113 millones de mexicanos. En México están reconcentrados todas las bondades y todos los malestares. Desde 1970, cuando se alcanzó el mayor porcentaje de crecimiento poblacional del país, se pensaba también en políticas que hicieran que parte de la población del Distrito Federal (DF) se fuera a trabajar y vivir en provincia, es decir, a los otros estados de la República como Quintana Roo, California Sur y otras entidades de baja población. Los inversionistas y los negocios siguieron en esa gran urbe y la reconcentración continuó. Quizá tuvo que esperarse una gran tragedia, como los sismos de septiembre de 1985, para que muchos dejemos la ciudad de México o regresáramos a nuestros estados de origen. Pero el DF sigue siendo el DF.
2. La ciudad de México, junto a las zonas conurbadas, parte del Estado de México (Ecatepec, Netza, Tlalnepantla, Naucalpan, Atizapan), representan más de 23 millones de habitantes, la quinta parte del país. Es sin duda una de las tres ciudades más grandes del mundo. Se han construido –particularmente a partir de los años setenta- largas y anchas avenidas, periféricos, ejes viales, viaductos, primeros y segundos pisos, 10 líneas de Metro, cinco líneas de metrobuses, trenes ligeros y urbano, y los problemas de tránsito de la ciudad están muy lejos de resolverse. ¿Qué decir de la contaminación atmosférica, los problemas de seguridad, de falta de agua, de depósitos de basura, de vivienda y muchos problemas más. Pero lo más importante es el gigantesco desempleo que daña a todo el país, los salarios de hambre, los trabajos informales, la venta de droga, los problemas de salud y educación. Los problemas son 20, 100, 1000 veces más complicados que los de la mayoría de las ciudades.
3. Como en toda la República, en la ciudad de México el 75 por ciento de la población es pobre y miserable a pesar de que allí la producción de riquezas y el consumo de ellas sea también muy alto. En esa ciudad y sus conurbados están concentrados los más grandes centros comerciales, los gigantescos bancos y centros de negocios; las residencias más lujosas de millonarios, pero también las colonias proletarias y las casuchas más miserables de las barrancas. Allí viven los nacidos en el DF, junto quizá a la mitad de nacidos en los otros 31 estados de la República. En esa ciudad están los más grandes y numerosos centros educativos, de investigación, bibliotecas, librerías, editoriales, museos, cines, teatros; así como también es la zona donde están los poderes económicos y políticos, las grandes reuniones nacionales y concentraciones de protesta. Gobernar esa ciudad es muy difícil, pero se necesitan personajes identificados y probados en las luchas de los pobres.
4. ¿Quién debe gobernar en el DF? Pues nadie más que un gobierno de izquierda que se dedique a resolver los problemas más graves de la ciudad, pero en particular del 80 por ciento de la población más pobre y miserable de esa enorme urbe. Los primeros dos gobiernos electos del DF (Cárdenas y López Obrador) no estuvieron mal como los anteriores designados del PRI, pero pudieron estar muy bien si hubiesen dedicado más tiempo “primero a los pobres”. Los gobiernos de izquierda deben ser claramente superiores y muy diferentes a los del PAN y del PRI por lo menos en la ciudad de México, porque en Zacatecas, Guerrero, Chiapas, Michoacán, han sido igual de funestos y corruptos que PRI y PAN. ¿O, por qué no demuestran que fueron distintos? Si la izquierda no es izquierda real bajándose el salario, extirpando los privilegios, sirviendo a los pobres, combatiendo el nepotismo, entonces es pura basura.
5. A mi me encantan las ideas anarquizantes e izquierdistas del escritor Paco Taibo 2, así como las del papá de los polemistas legisladores mexicanos Gerardo Fernández Noroña y me gustaría que las pusieran en práctica en el DF; pero ellos no podrían ser candidatos porque políticos, empresarios y curas, lo impedirían aunque tuvieran que pedir la intervención del ejército yanqui. Pienso que Martí Batres –por la historia política que le conozco- es el único indicado para que las administraciones socialdemócratas continúen evitando que fascistas del PAN como Luege Camargo o las parientes de Calderón, así como la dirigente burócrata del PRI: Paredes, recuperen esa gigantesca urbe fundamental en la República, para devolverla a los más grandes empresarios y el clero. El actual gobierno centrista de Ebrard busca dejar a su sucesor en las personas de Delgado, Mancera o Navarrete identificados con los Chuchos y Calderón.
6. La ciudad de México es importantísima, sobre todo a partir de 1997 cuando sus gobernantes dejaron de ser designados por el presidente de la República. Es el centro cultural, económico, político, turístico; es la identidad del país, sin olvidar otras grandes ciudades como las de Guadalajara, Monterrey, Puebla u Oaxaca. No concibo que en pleno siglo XXI, cuando el mundo ha logrado muchísimos avances científicos, culturales, literarios, artísticos y en todos los campos de la libertad, sigamos teniendo gobernantes que implantan estados militares, represivos y autoritarios con el fin de seguir beneficiando a minorías explotadoras. Tokio, Japón; Mumbai, India; Sao Paolo, Brasil; Nueva York, USA y Shanghai, China, son otras tantas populosas ciudades del mundo que cuentan con los 20 millones de habitantes. Y no para vanagloriarse estas megaurbes, pero sí para que sean gobernadas en beneficio de las mayorías.
7. En las izquierdas no pueden aceptarse más gobiernos que apoyen privilegio alguno ni mucho menos el centralismo. Nuestra constante lucha debe ser por gobiernos plurales y horizontales que impulsen o que no impidan que se desarrollen colectivos, cooperativas y las variadas formas de autogobierno. Pienso que Martí Batres, acompañado de otros jóvenes identificados con las luchas de los trabajadores -que ya estaba enfilado para gobernar el DF desde 2006- puede ser el que establezca un gobierno definido de izquierda –no simple socialdemócrata- en la ciudad de México. Un gobierno que apoye las luchas de los trabajadores electricistas, de los profesores, de empleados de la salud y de todos aquellos que han tenido que acudir a las calles en busca de justicia. Pero puedo equivocarme. Alejandra Barrales también se ha identificado con las izquierdas, pero aún le faltan muchas batallas que definan más su identidad.
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