2/28/2012

Casi la mitad de trabajadoras rurales carece de tierras


Su labor, ignorada, ayudaría a combatir el hambre mundial


Por la Redacción

México, DF, 27 feb 12 (CIMAC).- Si las mujeres rurales tuvieran acceso equitativo a los recursos productivos, los rendimientos agrícolas podrían reducir entre 100 y 150 millones el número de personas con hambre crónica en el mundo, sin embargo la mayoría de ellas sigue sin tener acceso a la tierra.

Esta realidad será analizada a partir de hoy en la 56 sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en la sede de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, en la que especialistas acordarán “medidas urgentes” para impactar la vida de millones de mujeres rurales, informó el organismo en un comunicado.

En las próximas dos semanas, representantes de la ONU, gubernamentales, sociedad civil, sector privado y medios de comunicación, abordarán el empoderamiento de las mujeres rurales y su papel en la erradicación de la pobreza y el hambre, así como su participación en políticas de desarrollo sustentable.

De acuerdo con Naciones Unidas, la contribución de las habitantes del campo, quienes constituyen una cuarta parte de la población mundial, es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), ya que su labor abona al bienestar de sus familias, comunidades y economías.

Las mujeres representan una “gran proporción” de la mano de obra agrícola, se ocupan sobre todo en la cosecha de productos para el autoconsumo, tarea a la que suman el trabajo no remunerado de cuidado infantil y de personas dependientes.

En el mundo, 86 por ciento de las mujeres y hombres rurales se dedican a la agricultura, sector donde se ocupan cerca de 1.3 millones de pequeños agricultores y trabajadores que no poseen tierras, de los cuales 43 por ciento son mujeres. A pesar de la contribución femenina, sus derechos son ignorados.

Aunque en las leyes de 115 países las mujeres tienen derecho a la propiedad y en 93 poseen derecho a la herencia en igualdad de condiciones que los hombres, persisten disparidades de género en la tenencia de la tierra en todas las regiones.

INEQUIDAD

A nivel internacional sólo 5 por ciento de los servicios de extensión agrícola son ofrecidos a mujeres; en África subsahariana las campesinas son titulares de menos de 10 por ciento de créditos disponibles para pequeños agricultores.

El acceso desigual a la tierra significa una oportunidad perdida para abatir la pobreza, ya que si las mujeres rurales tuviesen un acceso equitativo a los recursos productivos, los rendimientos agrícolas podrían reducir entre 100 y 150 millones la cantidad de personas con hambre crónica, advirtió la ONU.

Además, las mujeres rurales afrontan mayores obstáculos para tener protección social y empleos que cumplan con derechos laborales establecidos en la ley, debido a “las normas culturales, problemas de seguridad y la falta de documentos de identidad”.

Muestra de ello es que la proporción de mujeres sin documentos de identidad en algunas aldeas de Egipto alcanza hasta 80 por ciento; esta circunstancia “entorpece su acceso a la salud, la educación, las pensiones, el trámite de títulos o escrituras de propiedad y otros servicios sociales”, además de negarles su derecho a votar y ser electas, según un estudio de ONU Mujeres.

En este sentido, una investigación reciente en 17 países de Asia y el Pacífico reveló que la proporción de campesinas entre las y los representantes de los consejos rurales apenas va de 0.6 a 37 por ciento.

Para revertir esta situación, la sesión 56 de la Comisión abordará el financiamiento para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, ya que de 2008 a 2009 la comunidad internacional aportó 7 mil 500 millones de dólares en asistencia oficial al desarrollo para el adelanto rural y el sector agrícola, pero de esa cantidad sólo 3 por ciento se destinó a programas para la igualdad de género.

También se discutirá como tema emergente la participación de jóvenes, niñas y niños en los esfuerzos para avanzar hacia la igualdad de género, y el tema del siguiente año: la eliminación y prevención de todas las formas de violencia contra mujeres y niñas.

Las recomendaciones que surjan de esta sesión “servirán de base” para otros foros de políticas públicas, como la Cumbre de Desarrollo Sostenible Río+20, que se celebrará en junio próximo, en Río de Janeiro, Brasil.


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