Foto: Hugo Cruz
MÉXICO, D.F. (apro).- El 115 aniversario del natalicio de Manuel Gómez Morín, que se cumplió este lunes 27, pasó inadvertido para el Partido Acción Nacional (PAN), que él fundó. Es lógico: La “escuela de ciudadanía” degradó a corporación de bandidos.
La imputación no es gratuita: Las elecciones internas más recientes del PAN, la presidencial y de senadores, exhiben un nivel de prácticas de fraude no vistas, no porque el clientelismo y la compra y coacción de votos sean novedad en este partido, sino por su carácter casi generalizado.
Sacude la abundancia de indicios y de pruebas robustas del uso de recursos públicos para ganar candidaturas del PAN, conductas que no sólo son claramente delictivas, sino que tienen el agravante de ser programas de combate a la miseria, un tráfico para fines partidistas que sólo puede definirse como criminal.
Y si los miembros del PAN usan Oportunidades, leche Liconsa, despensas, cemento, láminas y fogones para adulterar el voto libre de correligionarios en las contiendas internas, como las mencionadas, es lógico pensar cuál será el siguiente paso del PAN: Aplicarlas también –como ya ha ocurrido– en las elecciones constitucionales.
No se aprecia que el PAN proceda contra los “mapaches” que se han multiplicado en sus filas, tampoco que los partidos políticos antagónicos impugnen estas prácticas antidemocráticas y delincuenciales –porque también las ejercen–, ni aun que los medios y periodistas las informen, pero los ciudadanos no debemos ser cómplices de tanta desvergüenza.
La semana pasada se examinó aquí la elección de Chihuahua y el ciclo perverso de impunidad-reincidencia: Los autores del fraude de 2009, en el que votaron hasta muertos –como en Batopilas, justo donde nació Gómez Morín–, no fueron castigados y ahora hicieron lo mismo, pero a mayor escala.
Está en curso la solicitud de nulidad de la elección de Chihuahua –que hace tres años Javier Corral la definió como un “escupitajo en la cara de Gómez Morín”–, pero también en varios estados del país como Veracruz, Michoacán, Coahuila, Tamaulipas, Colima, Jalisco, Sinaloa, Yucatán, Sonora, donde se presume que la compra y coacción de votos, acarreos, uso de recursos públicos y condicionamiento de programas gubernamentales definieron el resultado de la elección.
Cada uno de los numerosos recursos que los panistas han presentado ante los órganos del PAN, en especial la Comisión Nacional de Elecciones (CNE), está acompañado de anexos con pruebas sobre la acción de “mapaches”, que han perfeccionado las trampas o que de plano las ejercen con todo cinismo.
En este contexto se inscribe la decisión de José Ángel Córdova Villalobos, exsecretario de Salud del gobierno de Felipe Calderón, de aceptar la candidatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a gobernador de Guanajuato, luego de que fue aplastado por la estructura clientelar del PAN y del gobierno de Juan Manuel Oliva.
Córdova agotó un último recurso, el sábado, pero recibió otra bofetada: Pretendió ser senador plurinominal, pero el Consejo Nacional del PAN lo envió a la posición número 20, con nula posibilidad de éxito. Anoche decidió romper con el partido que, ante él, sin duda multiplicará los mecanismos de fraude para evitar el fin de dos décadas de hegemonía desde que Carlos Salinas le regaló al PAN el gobierno, en 1991.
Si ya lo hicieron en la elección interna, lo harán en la constitucional, como lo advierte, para el caso de Veracruz, Alejandro Vázquez Cuevas, otro panista que fue aplastado con base en los programas gubernamentales de combate a la pobreza. “Es evidente que si lo hacen adentro lo van a hacer afuera. Sería estúpido no hacer esa consideración”, afirma.
En efecto, Veracruz es también emblemático de la corrupción en los procesos electorales que organiza el PAN, cuyo ejemplo nítido fue el centro de votación instalado en el municipio indígena de Tantoyuca, cuya elección para senador la ganó Fernando Yunes Márquez, hijo del expriista Miguel Ángel Yunes Linares.
En un video que cualquiera puede consultar en Youtube se ve claramente cómo una funcionaria de casilla desprende las boletas del talonario y antes de dárselas a los electores, junto con un crayón, les indica dónde deben tacharla –en la efigie de Yunes–, todo a la vista de todos. Otras integrantes de la mesa directiva imparten la misma instrucción.
Esta operación se repite en cuatro ocasiones en sólo el minuto 13 segundos que dura el video, pero que fue generalizado a lo largo de la elección del domingo 19 y dos semanas antes, ahí mismo, cuando Ernesto Cordero, apoyado por los Yunes, fue el único lugar de Veracruz donde ganó.
La inducción del voto tiene, además, otra explicación: El hermano del candidato a senador que ganó se llama Miguel Ángel, como su padre, y es el coordinador estatal del programa Oportunidades y el delegado de la Secretaría de Desarrollo Social, Abel Cuevas Melo, coordinó el uso faccioso de los recursos públicos.
Vázquez Cuevas, uno de los principales operadores nacionales que hizo ganar la candidatura presidencial a Josefina Vázquez Mota, ha presentado pruebas de ese fraude con programas sociales, a costa inclusive del fin de su carrera.
“No es posible que usemos el recurso de los que más lo necesitan para un propósito electorero”, puntualiza. “El PAN no puede seguir caminando hacia el abismo”.
Pero así es: En Coahuila fue aplastado otro prominente personaje del PAN, Jorge Zermeño, hasta hace poco embajador en España, quien pide anular la elección de senador por irregularidades como compra de votos, rasurado del padrón y la utilización de programas públicos.
La misma queja se repite a lo largo del país…
Apuntes
Pero si Calderón reparte dinero en efectivo a los más pobres, en un insolente populismo que ni siquiera Andrés Manuel López Obrador hizo como jefe de Gobierno, es natural que sus compañeros de partido imiten esa y otras prácticas de fraude electoral sobre las que hay, en general, un silencio cómplice…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
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