12/14/2013

Cuba: Las jóvenes abogan por un feminismo más comprometido


IX Taller Internacional Mujeres del Siglo XXI

 Redacción SEMlac

La Habana, 11 dic. 13. AmecoPress/SEMlac.- El uso oportunista de la perspectiva de género como tema de moda, "políticamente correcto" o para obtener financiamiento internacional es uno de los desafíos del feminismo cubano actual, expuesto a prejuicios por desconocimiento, según activistas de esta ideología en la isla caribeña.

"El feminismo se vuelve incómodo y se mira con recelo cuando toma partido y asume el ejercicio de una ética y postura política que, desde el diálogo pero sin concesiones, apuesta por un cambio estructural y de sentidos", expuso la periodista Lirians Gordillo Piña en uno de los paneles del 9no Taller Internacional Mujeres del Siglo XXI, promovido por la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana del 25 al 28 de noviembre.

La comunicadora reconoció que "los temas de género" se incorporan paulatinamente en las agendas mediáticas, ocupan investigaciones, forman parte de las estrategias institucionales y estimulan la creación de proyectos y grupos de trabajo.

"Sin embargo, las puertas que se abren a la perspectiva de género se entrecierran al feminismo", refirió.

Para su colega Helen Hernández Hormilla, declararse feminista en Cuba supone muchas veces un acto transgresor, pues redunda en sospecha, ironía, burla o marginación.

"Se fue perdiendo la herencia feminista al negar su aporte a la emancipación real de las cubanas y creció el estereotipo que la hace corresponder solo con sus vertientes más radicales", explicó la comunicadora en su ponencia "Arte de mujer o feminista, los desafíos del término".

Al revisar entrevistas a creadoras cubanas de las artes plásticas, la literatura, el cine y la música, la periodista encontró un énfasis recurrente en negar el feminismo, aun si las obras revelan acuerdo con las demandas que este movimiento propone.

Hernández Hormilla calificó la defensa de esta causa como una elección personal y consciente. No obstante, difundir mejor sus propuestas "es una necesidad y un derecho, para que todos y todas podamos decidir en libertad los beneficios que reportaría la asunción de estas luchas o, al menos, respetar a quienes las elevan", opinó.

Como comienzo, abogó por dejar de camuflar tras la categoría género un pensamiento feminista y defenderlo con coherencia ante cualquier auditorio.

Sin negar "el desarrollo de redes cooperativas, el diálogo franco y la negociación inteligente", Gordillo Piña también advirtió ciertos peligros cuando se habla de género opacando su esencia transformadora y política.

Uno de ellos radica en utilizar la lucha por la igualdad de oportunidades y relaciones entre mujeres y hombres sin verdadero convencimiento, sobre todo cuando se suman a campañas antimachistas líderes de opinión que, antes o después de participar en dichas iniciativas, reproducen comportamientos y estereotipos discriminatorios.

Rescatar la memoria histórica; reconocer, apoyar y asumir a quienes integran la causa por la igualdad entre los géneros; mantener la fe y participar más fueron algunas de las propuestas "a sí misma" que lanzó la joven investigadora.
Además, apostó por "formar un movimiento que hoy no existe", pese a la aspiración de crear una red de feministas cubanas reiterada en encuentros recientes.

Entre las debilidades para acrecentar el impacto del feminismo cubano, Gordillo advirtió la desmovilización de las mujeres en la lucha por lograr reivindicaciones propias, la insuficiente participación e involucramiento en acciones de otros ámbitos y la profesionalización del activismo.

"La ética marcaría la diferencia entre la profesión que se asume, también, como una expresión más del activismo y el activismo que se convierte en espacio de realización profesional", defendió.

No obstante, refirió fortalezas como el protagonismo de las cubanas y su presencia en todos los espacios de la vida pública; la existencia de cierta conciencia de género en ellas, pese a que no se asuman feministas y la existencia de una organización de alcance nacional como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), entre otras.

Desde el público, la socióloga Magela Romero pidió crear una agenda común entre todas las organizaciones, personas y proyectos que trabajan en Cuba para revertir la desigualdad entre mujeres y hombres.

Pese a la diversidad de acciones realizadas con este propósito, existe poca cohesión entre ellas, apuntó la especialista en temas como la violencia machista.

La investigadora Yohanka Valdés añadió la urgencia de trascender los marcos del activismo académico e intelectual para llegar a las comunidades, en tanto la crítica literaria Zaida Capote Cruz pidió cuidar el uso del lenguaje sexista y la excesiva retórica cuando se tratan temas de género.

A reescribir la historia para reivindicar la lucha de las mujeres invitó la escritora Daisy Rubiera, quien además acentuó los aportes del feminismo afrodescendiente, opacado por la mirada elitista de ciertas investigaciones sobre el tema.

Para Gordillo Piña, la articulación de un movimiento feminista en Cuba significaría también la concreción de demandas para resolver los principales problemas sociales que aquejan a la población del país.
Foto: Archivo AmecoPress

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