Porque, ciertamente, el PRI de Peña Nieto, el que anoche festejó ocho décadas y media de vida en el Auditorio Plutarco Elías Calles, se ha sacudido viejos dogmas ideológicos como el nacionalismo revolucionario para volverse ahora partidario de la apertura extranjera de los recursos nacionales o abandonó el principio histórico de la No Reelección para dar paso a reformas constitucionales a favor de reelegirse; pero lo que no se sabe aún a ciencia cierta es cuál es la “nueva ideología” de este “PRI renacido” del que habló ayer su dirigente César Camacho Quiroz.
¿Es este nuevo PRI un partido de derecha que está a favor de aumentar impuestos como el IVA si así lo decide el gobierno, que promueve la inversión extranjera en áreas estratégicas y que se declara promotor de la libre empresa y la libre competencia en la economía como la mejor forma de distribuir la riqueza entre los mexicanos? Porque eso es lo que aprobaron los priistas en su última Asamblea Nacional, la número 21, donde más que un cambio ideológico o de principios, lo único que hicieron fue adecuar sus documentos básicos al nuevo programa reformista de Peña Nieto.
Engolosinados con su regreso al poder, fascinados con volver a sentir el ejercicio de gobierno y conformes con presentar algunas caras nuevas como fachada, los priistas han eludido las definiciones de fondo como partido político. Es cierto que hay una “nueva generación” de políticos que, con el presidente Peña Nieto a la cabeza, ha emergido en el viejo partido y ha propiciado reformas políticas y económicas que en los 70 años del antiguo régimen fueron impensables, pero eso no ha significado en los hechos un replanteamiento ideológico o de principios del priismo y mucho menos una renovación completa de sus viejos usos y costumbres.
No hay en el PRI de Peña ni de César Camacho una nueva ideología o una nueva estructura partidista.
Tampoco hay un nuevo discurso político. Cuando mucho hay definiciones vagas, lugares comunes, como “estar cerca de la sociedad”, “defender libertades”, y aunque ya no se habla del viejo corporativismo, y se dice que ahora se promueve la afiliación “ciudadana” e “individual”, lo que se busca es resucitar proyectos como la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, el Movimiento Territorial o el añejo Frente Juvenil Revolucionario. Tampoco en este renacimiento se termina de enterrar a esos viejos cascarones que son los sectores obrero y campesino que sigue arrastrado el priismo que defiende a líderes sindicales tan cuestionados como Carlos Romero Deschamps o a los despojos que quedan de la CTM y su dirigente Joaquín Gamboa Pascoe.
Casi podría decirse que el PRI que anoche festejaba es el mismo viejo cascarón, con nuevos y retoques y ánimos renovados por su regreso al poder, pero sin un cambio real que le muestre claramente a la sociedad mexicana qué fue lo eligió cuando, decepcionada de la alternancia, los trajo de vuelta a la Presidencia. Porque este PRI que se muestra como nuevo, huele a viejo, actúa como viejo y no dice claramente cuál es su nueva ideología.
NOTAS INDISCRETAS…El planteamiento que hizo ayer el ombudsman Raúl Plascencia para que el Congreso de Michoacán considere la “desaparición de poderes” en algunos municipios de Michoacán, es apenas un adelanto de lo que la CNDH expondrá en su informe sobre el problema de las autodefensas en ese estado. Plascencia considera que hay “ausencia de administración pública municipal” y que funciones tan básicas como la seguridad de la población están siendo ocupadas por poderes de facto que violentan la Constitución y las leyes. “Observamos que había y hay incapacidad en materia de seguridad pública por parte de gobiernos municipales, incapacidad en materia de administración del propio ayuntamiento y ahora observamos, con esta toma del ayuntamiento de Apatzingán el día de ayer, una ausencia de gobierno”, dijo el presidente de la CNDH en una entrevista. Y lo que viene en el informe que prepara sobre Michoacán y las autodefensas será aún más fuerte… El gobernador Rafael Moreno Valle, designó ayer al comunicador Héctor Alcudia Goya, como vocero del Gobierno del estado y director general de Puebla Comunicaciones. El nuevo vocero poblano fue Oficial Mayor de la Secretaría del Trabajo y tiene una larga trayectoria en áreas de comunicación en dependencias federales… Los dados mandan otra Escalera. Buena racha.
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