Noé Zavaleta
XALAPA,
Ver. (apro).- El Fideicomiso Público de Administración del Impuesto
sobre Erogaciones por Remuneraciones al Trabajo Personal dejó de
percibir 3 mil millones de pesos en el periodo 2010-2014, porque la
Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) nunca ingresó los
recursos, pese a que sí los cobró.
Así lo denunció Julen Rementería, integrante de la Comisión de
Hacienda del Congreso local, quien aseguró que el dinero “esfumado”
corresponde a los ejercicios de recaudación de la clase empresarial.
El periodo señalado coincide con el de Duarte como titular de
Sefiplan (2010), se extiende a 2011, cuando fue electo gobernador, y
abarca hasta la mitad de su sexenio, según los estados contables de la
propia Tesorería.
“Los estados de cuenta del Fideicomiso, conocido popularmente como
‘del 2% a la nómina’, dan cuenta de que el dinero que han aportado los
empresarios vía impuestos no está en la cuenta bancaria del
fideicomiso. Esos dineros nunca llegaron”, subrayó Rementería.
El legislador panista hizo la denuncia en la tribuna del Congreso
local, durante la décimo segunda sesión ordinaria, pero las bancadas
priista y de Nueva Alianza, e incluso algunos panistas, boicotearon la
sesión.
A media exposición sobre las irregularidades en la Tesorería, el
presidente de la Junta de Coordinación Política, el priista Juan
Nicolás Callejas, hizo señas a sus correligionarios para que
abandonaran la sesión, que finalmente fue levantada por la presidenta
de la Mesa Directiva, Octavia Ortega.
Antes de que apagaran las luces y cerraran el audio local,
Rementería gritó a los priistas: “Cuando realmente hay cosas
importantes que tratar para Veracruz, ustedes salen huyendo, es su
costumbre, por eso estamos así (sic). Ni modo, no les importa… Que viva
Veracruz”.
En entrevista, el legislador precisó que ni siquiera a través de la
plataforma de transparencia Infomex-Veracruz, la Sefiplan fue capaz de
responder dónde están los 3 mil millones de pesos que recaudó la
Tesorería y que no ingresaron al Fideicomiso. En el oficio
VE-FPAISERTP-172/2015, apuntó, “todos los estados de cuenta vienen en
importe cero”.
Asimismo, mostró un legajo de 240 hojas correspondiente a los
estados de cuenta de los últimos 60 meses, sin contar 2015, donde el
grupo financiero Banorte –que administraba el fideicomiso– muestra
divisiones fiduciarias con importes en blanco.
En la edición del semanario Proceso que circula
esta semana se publicó un reportaje con el título: “Duarte malbarata y
hunde a su estado”, donde se señala que pese a que los presupuestos
están subejercidos, en Veracruz no hay liquidez para pagarle a los
proveedores y contratistas del gobierno –quienes ahora se niegan a
seguir trabajando para la administración veracruzana– y ni siquiera
para cubrir las pensiones de los jubilados o los salarios de algunos
empleados del sector público.
Ante tal catástrofe, la única solución que se la ha ocurrido al
gobernador priista Javier Duarte es privatizar el servicio del agua
potable y el gran túnel sumergido, inconcluso, de Coatzacoalcos.
Además, el Partido del Trabajo y su diputado Fidel Robles iniciaron
una procedencia de “juicio político” en contra de Duarte por “ataque a
los entes públicos” y a los “recursos presupuestales”.
En entrevista, Robles expone que en las Cuentas Públicas
Consolidadas de 2011, 2012 y 2013, el subejercicio para las unidades
presupuestales especificadas sumó 13 mil 460 millones 900 mil pesos,
pues de los 28 mil 446 millones 500 mil autorizados sólo se ejercieron
14 mil 985 millones 600 mil. “El subejercicio acumulado estos tres años
representó 47% del presupuesto autorizado. ¿Dónde se fue ese dinero?”,
pregunta el legislador.
Para Robles, los recursos desviados en la primera mitad del sexenio
y los diversos contratiempos que ha padecido la entidad sólo pueden
revelar “incapacidad extrema” para la planeación o “saqueo y
corrupción”.
“Alguien experto en finanzas públicas, como el doctor Javier Duarte,
no puede aducir ignorancia o incapacidad, pues cuenta con los planes
financieros. Las consecuencias sociales del subejercicio en Veracruz
han sido evidenciadas por un incremento en la pobreza, por falta de
medicamentos en el Sistema Estatal de Salud, por disminución de los
empleos, quiebra de empresas y demandas de cuentas por pagar a
proveedores”, apunta.
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