Alwaght
Joaquín
Guzmán Loera, alias El Chapo, se fugó la noche del sábado de la cárcel
federal de alta seguridad El Altiplano, en el estado de México,
burlando así el sistema de seguridad del país latinoamericano.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que está en visita en Francia, dijo que la fuga es una afrenta al Estado mexicano.
Peña Nieto se declaró "consternado" por esa fuga, "un hecho muy
lamentable que indigna a la sociedad mexicana" y pidió una
investigación sobre la posible complicidad de autoridades en la misma.
¿Pero cómo pudo fugarse El Chapo de la cárcel más segura de México?
Para saber la labor extraordinaria que fue realizada por el equipo de
El Chapo les mencionamos algunas informaciones sobre la seguridad de la
cárcel de Altiplano.
El centro tiene una superficie de 260.000
metros cuadrados: de esa extensión, unos 28 mil metros cuadrados
corresponden a instalaciones de la prisión, mientras que el resto se
utiliza como área de seguridad, sala de espera y estacionamientos.
Sus paredes han sido reforzadas hasta tener un metro de grosor. Las
celdas son individuales y cientos de guardias fuertemente armados
controlan el penal constantemente. Completaban las medidas de seguridad
de la cárcel torres de vigilancia, alambre de púa y la restricción de
la transmisión celular 10 kilómetros a la redonda para impedir las
comunicaciones entre los internos y el exterior.
Con estas
medidas policiales y de seguridad en la cárcel, el presidente Peña
Nieto declaró el febrero de 2014, tras la captura del narco más buscado
y más rico del mundo, que sería "imperdonable" que volviera a escapar,
pero se escapó, pero cómo lo hizo?
Su fuga parece mucho a las
películas de ciencia ficción. El secretario ejecutivo del Sistema
Nacional de Seguridad Pública de México, Monte Alejandro Rubido García,
declaró en una rueda de prensa tras la fuga que al revisar su celda, en
el área de la ducha se encontró una boca de túnel de unos 50 por 50
centímetros y 1,5 metros de profundidad.
Este primer túnel
comunicaba con un conducto vertical de aproximadamente 10 metros de
profundidad habilitado con una escalera. A su vez, este conducto
llevaba a un túnel de 1,7 metros de altura y de 70 a 80 centímetros de
ancho y de más de 1,5 kilómetros de largo.
El túnel fue muy
bien equipado, contaba con tuberías de ventilación y alumbrado. Dentro
se encontraron instrumentos de construcción, tanques de oxígeno,
recipientes con combustible y madera de cimbra. Entre otros objetos se
encontró, además, una motocicleta adaptada sobre rieles que servía para
extraer la tierra resultante de la excavación y transportar las
herramientas y la maquinaria utilizadas para perforar. El pasaje
desembocaba en unas obras de construcción situadas al suroeste del
centro federal, desde donde el “rey de los narcos” salió y otra vez
burló al gobierno.
Según los datos del ingeniero civil Alfredo
Turrent, la excavación de pasadizo podría haberle tomado 352 días a un
equipo de 4 personas.
La fuga de El Chapo revela dos realidades
amargas en México: una es la corrupción en los agentes y oficiales del
sistema penitenciario y del sistema de seguridad nacional. Sin duda,
sin tener contactos en la misma cárcel donde fue recluido y desembolsar
una cantidad significativa del dinero, El Chapo no podía escaparse. En
este sentido cerca de veinte policías y agentes de la cárcel han sido
detenidos para ser supuestos vínculos del “rey de los narcos” en el
complejo penitenciario. Además el Senado mexicano ha demandado la
renuncia del secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong por ser
responsable de la seguridad nacional.
En la primera fuga de El
Chapo, según las investigaciones posteriores, participaron más de 60
funcionarios de la prisión. El narcotraficante desactivó el sistema de
vigilancia, se metió en un carrito de ropa sucia y se cubrió con una
sábana, mientras que los trabajadores lo empujaron hasta lograr pasar
por tres niveles de seguridad, seis puntos de control y llegar al
aparcamiento donde lo esperaba el automóvil.
Otra realidad es
que la sociedad mexicana es la víctima del mercado de droga de su
vecino, EEUU. Hay una regla en el mundo económico, y esta es, la
demanda es la madre de la producción. La demanda insaturada del mercado
de drogas estadounidense, considerado el mayor del mundo, da a nacer y
después crecer a narcotraficantes como El Chapo. Para secar el cauce de
este río malvado, hay que arruinar la fuente.
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