Pedro Echeverría V.
1. El capitalismo lleva más de 500 años de dominación; somete con la
fuerza de las armas del ejército y sus policías, con la fuerza de los
hábitos y sus disciplinas, así como con las leyes fabricadas por ella y
sus jueces. Pero la peor dominación la ejerce con su ideología: los
días de campo, las vacaciones en la playa, las festividades religiosas,
los partidos de futbol, los tragos de cumpleaños, los vestidos de moda
y los paseos por EEUU y Europa. Si las clases medias y burguesas no se
inscriben a estas “sanas diversiones o descansos” son vistos como
“raros” o “amargados”. Les diré: mis vacaciones burocráticas siempre
fueron para trabajar en serio.
2. En la ciudad de Mérida el sábado cuatro de julio se manifestaron
combativamente 1,200 maestros –desde el parque de San Juan hasta la
plaza principal- en defensa de sus derechos y contra la reforma
educativa privatizadora que está imponiendo el gobierno de Peña Nieto;
el siguiente sábado 11 se duplicó la asistencia de maestros en la
manifestación y la combatividad fue mucho mayor, marchando por la misma
ruta, pero alargándola. Al siguiente sábado 18 creímos llegar a cinco
mil profesores los asistentes y sólo alcanzamos el bajo número de 500.
¿Por qué fue ridícula la presencia? Todos al unísono: “fue primer día
de vacaciones en la playa”.
3. La clase dominante: gobierno del estado, funcionarios de
educación y dirigentes espurios o charros, se morían de risa al saber
de nuestro minoritario contingente que llegaba combativamente a la
plaza principal. “Saben los maestros que pueden perder el trabajo –me
decían los compañeros- pero nunca las vacaciones, sobre todo si han
rentado una casa cerca del mar”. Todo esto lo conoce a fondo la
burguesía y sabe cómo entretener y desviar la mente de los maestros,
del pueblo, con cualquier invento para que abandone sus luchas, sus
manifestaciones y compromisos. Y no solamente son los maestros, son la
población en general la controlada.
4. Entiendo que en Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas, la lucha
social en defensa de los derechos de los maestros no entra de
vacaciones; muy al contrario: las “vacaciones” se aprovechan para
agrandar las manifestaciones, los plantones, los bloqueos. Porque si
también hicieran lo que en Yucatán -cuyo nivel de conciencia (está más
que probado) desde el siglo XIX está por los suelos- pues habría que
decir que el capitalismo todavía vivirá 100 años más. Yo entendí que
eso de vacacionar, alquilar o comprar casa en el puerto sólo era
costumbre de burgueses, pero desde los ochenta me entero que cualquiera
vacaciona por imitación al capitalismo.
5. Con razón la burguesía nos tiene en el suelo y pisado por el
cogote haciéndonos repetir que “la diversión es primero porque “es
grave” morir mañana sin haber gozado”. Por ello no olvido a Hebert
Marcuse cuando escribe: “Si el trabajador y su jefe se divierten con el
mismo programa de TV y visitan los mis hoteles de veraneo; si la
taquígrafa se viste tan elegantemente como la hija de su jefe, si el
negro tiene un Cadillac, si todos leen el mismo periódico, entonces
esta asimilación indica no la desaparición de las clases, sino la
medida en que las necesidades que sirven para la preservación del
“establecimiento” son compartidas por la población subyacente”.
6. Así como se ofrece mucho futbol; variedad de misas, novenarios y
fiestas religiosas; espectaculares programas de estrellas y atractivas
fiestas con tragos; se programan ilustrativos viajes y vacaciones
turísticas porque también son grandes ingresos económicos para el
Estado. Con razón se ha dicho que el desplome de la economía
henequenera en los años setenta fue sustituido por el comercio y el
turismo. Pero muy por encima de todo son diversión y entretenimientos
que impide el desarrollo de la conciencia crítica social y aleja a la
gente “de los malos pensamientos” de protesta e impugnación al sistema
capitalista.
7. La clase dominante jamás dejará de alabar a los maestros que
vacacionan y gastan su dinero en viajes de diversión, pero nunca dejará
de combatir contra los maestros que se organizan y luchan por sus
derechos. Espero que los maestros yucatecos regresen a la batalla por
defender sus derechos antes que sea tarde, antes que el gobierno y los
empresarios se impongan, porque llorar después de vacacionar no es muy
coherente. Los maestros son trabajadores de conciencia social entre sus
alumnos y el pueblo. ¿Hasta cuándo se liberarán como maestros
haciéndose conscientes de la pesada carga enajenante que llevan
impuesta por la clase dominante? (18/VII/15)
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