El control de la publicidad oficial lo ha hecho el PRI desde su
régimen autoritario. Lo hizo el PAN en sus dos gobiernos de la
alternancia y lo hacen el PRD en los gobiernos locales y todos los
partidos que se hacen con parcelas del poder.
Es un mecanismo eficaz de control y censura. El dinero va para los
medios que tienen una cobertura favorable al gobierno en turno y se
limita o de plano se cancela para los críticos. En esa ecuación, quien
sale perdiendo es la sociedad y su derecho a saber, pues lo que
prevalece en la prensa mexicana es la información oficial y oficiosa.
Para los partidos políticos y los medios que se benefician del uso
patrimonialista de los recursos públicos no hay ningún incentivo para
regular esa materia, tal y como se lo ordenó la Suprema Corte de
Justicia de la Nación al Congreso, al resolver en noviembre pasado un
amparo a favor de Artículo 19, una organización internacional dedicada a
la promoción de la libertad de la prensa en el mundo y que tiene un
capítulo en México.
El proceso electoral en curso desincentiva todavía más a los partidos
para esa regulación, pues ninguno quiere que se transparente el dinero
que se gasta en la promoción de sus gobiernos disfrazado de publicidad
oficial.
La Corte le puso al Congreso como plazo fatal el 30 de abril próximo, cuando termina el periodo ordinario de sesiones.
Si los legisladores incumplen, la Corte estará a prueba. Tendrá que
proceder por desacato de una orden judicial, tal y como lo ha hecho en
semanas recientes con delegados, presidentes municipales y cabildos, a
los que ha destituido y a algunos de ellos sometido a procesos penales
por desobediencia de fallos judiciales.
La Corte tendría que proceder contra los órganos de gobierno del
Congreso y las comisiones encargadas de procesar las iniciativas que
desde hace años se han presentado para regular la publicidad oficial.
Lo que se gastan los gobiernos en la promoción de sí mismos con el
pretexto de sus necesidades de comunicación es dinero de los ciudadanos
que acaba en los negocios de los grandes medios y sus dueños, y no es en
beneficio de los periodistas ni el resto de los trabajadores, a los que
pagan salarios precarios.
El colectivo #MediosLibres, encabezado por Artículo 19 y Fundar,
Centro de análisis e investigación, busca que por fin el Congreso cumpla
con lo que él mismo se impuso desde 2007: la regulación de la
publicidad para eliminar la discrecionalidad y arbitrariedad en el uso
de esos recursos públicos.
En la discusión que el colectivo tiene en el Congreso, no es casual
que los grandes ausentes sean los propios medios de información. Sus
dueños son los más interesados en mantener el actual estado de cosas,
simulando que informan a la sociedad a cambio de un ingreso constante
por sus servicios al poder.
El riesgo es que, para cumplir con el fallo de la Corte, los
legisladores terminen por legalizar el uso arbitrario de la publicidad.
Tal y como lo hicieron con la Ley
de Seguridad Interior, que legalizó la presencia de los militares en las
calles. Los legisladores son capaces de eso con tal de seguir
obstruyendo la democratización que en nada les acomoda.
Comentarios: @jorgecarrascoa
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