Ante el Instituto Nacional Electoral (INE) el PRI tiene registrados
6.6 millones de militantes, pero hace poco se detectaron miles de
inconsistencias que ponen en entredicho su probidad respecto a la
transparencia y legitimidad del listado que entregó para la elección del
año pasado.
Sobre todo, que podría descubrirse que el padrón de militancia
priista pudiese haber sido hecho con base en la lista de beneficiados de
los programas sociales del gobierno de Enrique Peña Nieto para dar la
idea de que el PRI tenía una fuerza política en la ciudadanía capaz de
lograr un nuevo triunfo en la elección presidencial.
Esto representaría no solo una falsedad en el número de militantes
priistas sino un fraude ante el INE y la posibilidad de que en los
hechos el PRI no tenga los suficientes militantes para mantener su
registro.
En un estudio realizado a principios del año el INE descubrió que el
PRI tenía 51 mil 338 adeptos duplicados y nueve mil 585 inconsistencias
en su listado reportado. Asimismo, se registraron 10 mil 134 denuncias
de personas que acusaron haber sido afiliadas de manera indebida.
En víspera de la elección para elegir a la nueva presidencia nacional
a partir de una votación directa a la base militante, la cual estaría
organizada por el INE, en un reporte interno del PRI con fecha del 29 de
marzo, se observa un incremento inusitado de 76 mil 649 nuevos
militantes, principalmente en Coahuila con más de 52 mil, Yucatán 11 mil
641 y Campeche con siete mil 95.
La sospecha de que se está inflando el padrón de afiliados en los
estados donde tiene más simpatía Alejandro Moreno, preocupa a algunos
candidatos a la presidencia nacional del PRI como Ulises Ruiz quien ya
denunció este hecho ante el Comité Ejecutivo Nacional encabezado por
Claudia Ruiz Massieu.
De ser cierto, estaríamos ante la posibilidad de que dentro del PRI
se esté orquestando un fraude para favorecer a uno de los aspirantes a
la dirigencia nacional lo cual generaría un descrédito mayor a este
partido al que se le ha acusado de realizar grandes fraudes electorales.
Es evidente que un fraude interno sólo llevaría al PRI a una crisis
mayor que la ocurrida en la elección de julio del año pasado. La
renovación del priismo no tendría credibilidad ni legitimidad. Sería el
principio del fin de un partido que hizo del fraude un privilegio y que
al final lo usó en contra de sí mismo.
Por cierto… Las multas impuestas al PRI por faltas e
inconsistencias en su padrón de militantes ya le causaron un desembolso
de 6.4 millones de pesos. Quedan pendientes otras denuncias que, se
calcula, implicarían otros 422 millones de pesos. Hasta ahora no se
tiene seguro el préstamo por dos mil 500 millones que anunció hace poco
el Consejo Político Nacional y si no se consiguen los recursos
necesarios, la organización del proceso de elección interna de la
dirigencia del partido estaría en serios aprietos.
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