A 30 años del inicio de la llamada Primavera Magisterial, los maestros siguen demandando democracia en la educación, en el sindicato y en el país.
Las exigencias que hicieron que miles de docentes saliéramos a las calles de la Ciudad de México el 17 de abril de 1989 pueden volver a convocar al magisterio, advirtieron ex dirigentes de base, quienes destacaron que si esta administración federal incumple su promesa de abrogación total de la reforma educativa aprobada el sexenio pasado, se gestará una nueva primavera magisterial en las calles.
En entrevista con La Jornada, José González Figueroa y José Manuel Cisneros González, profesores con más de 50 años de servicio y pioneros del subsistema de telesecundarias, destacaron que si en 1989 logramos sacar a Carlos Jongitud Barrios del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y acabar con su grupo de choque, Vanguardia Revolucionaria, además de conquistar un incremento salarial de 25 por ciento, en 2019 se busca, además de la democracia, la reconstrucción del magisterio que quedó acabado y muy lastimado por la reforma peñista.
Recordaron que fue también en 1989 cuando el ex presidente Carlos Salinas de Gortari impuso a Elba Esther Gordillo en la cúpula del gremio magisterial, iniciando así una nueva etapa de represión y coerción contra el magisterio disidente. Consolidó la política de la venta de plazas como un mecanismo de control de los docentes. Fue símbolo de la corrupción y el enriquecimiento ilícito sin límites, por lo que su anunciado interés de regresar a la dirigencia del SNTE, más que apoyo, genera repudio en la mayoría de las fuerzas magisteriales.
Los desafíos para los maestros, afirmaron, se multiplican. A tres décadas del movimiento magisterial más importante de finales del siglo XX, reconocieron que hubo avances. Se logró el reconocimiento del magisterio disidente en diversas secciones del país, entre ellas en la Ciudad de México, Chiapas y Oaxaca; se recuperó la bilateralidad en la relación laboral con los docentes, pero no logramos conquistar una verdadera democracia sindical ni una escuela más libre y emancipadora.
La disputa en el siglo XXI en materia educativa “pasa no sólo por los derechos y conquistas laborales de los maestros, sino por el proyecto educativo que queremos construir como nación. Hoy nos jugamos el futuro de las próximas generaciones, y por ello resulta tan importante que el presidente Andrés Manuel López Obrador escuche todas la voces del magisterio.
Queremos y exigimos democracia como hace 30 años, tanto en el aula como en nuestro sindicato, pero también para nuestro país. Soslayar la lucha que ha dado el magisterio sería un grave error, afirmó González Figueroa, integrante del Comité Ejecutivo Democrático del SNTE.
Ambos dirigentes coincidieron en que no hay más camino que reconstruir al magisterio y a la escuela pública que hoy se nos cae a pedazos. En diferentes momentos históricos, afirmaron, los docentes han cumplido su papel al lado del pueblo, creemos que éste no será la excepción, pero como maestros debemos reconocer que la lucha será ardua y prolongada, y que la unidad de todo el magisterio será vital, como en aquel abril de 1989, para conquistar un futuro distinto para nuestros millones de alumnos y para los propios educadores.
Periódico La Jornada
Viernes 19 de abril de 2019, p. 7
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