Pedro Echeverría V.
1. Los políticos y empresarios mexicanos e internacionales, son tan poderosos por posesión de miles de millones de dólares depositados en paraísos fiscales, custodiados por ejércitos del mundo, que les basta con ponerse de acuerdo y mover un dedo, para derrocar cualquier gobierno. No han derrocado a Nicolás Maduro de Venezuela, les encantaría derribar también al mexicano López Obrador o al boliviano Evo Morales –muy calificados los tres de gobernantes de centro-izquierda- pero no lo hacen porque parte del mundo está atento y no saben hasta dónde pueden llegar las revueltas de protesta que se armarían. Venezuela y Bolivia desde hace décadas se han declarado antiyanquis y buscado la construcción del socialismo del siglo XXI, López Obrador no se define aún por ese camino.
2.AMLO nunca se ha declarado antiyanqui ni tampoco se ha autocalificado simpatizante del socialismo, pero si López Obrador y la Coordinadora (CNTE) llegaran a un acuerdo para luchar juntos en las calles y centros de trabajo, por un programa de centroizquierda -el de AMLO, la CNTE, los trabajadores de la salud- aplicado en la economía, la sociedad, los servicios de salud y educación, estoy seguro que los grandes empresarios, los expresidentes, los huachicoleros, los lavadólares, los expresidentes, los del poder judicial, estarían muriendo de miedo y –antes de acudir formalmente a pedir auxilio al gobierno de Trump- se esconderían porque todos de una u otra manera están implicados en los desfalcos que ha sufrido México.
3. Espero que muy pronto a AMLO, a la CNTE, a los trabajadores del IMSS, ISSSTE, se les prenda el foco de la inteligencia para la búsqueda de la unidad tan necesaria para confrontar a eso que AMLO ha llamado los conservadores, la derecha, los FIFÍ, los neoliberales, el poder judicial –con el 98 por ciento de los medios de información a su servicio- que buscan someter al gobierno de López Obrador. Durante décadas he apoyado las luchas y huelgas sindicales, pero siempre me han parecido muy limitadas, muy economicistas, comparadas con las batallas nacionales políticas y económicas. Pienso que la CNTE debe seguir su lucha tradeunionista, pero es pequeña comparada con la batalla nacional, incluso con posibilidad internacional, del lópezobradorismo.
4. El PRI, el PAN, el PRD, por ningún motivo deben resucitar y levantarse porque ya los conocemos como corrompidos, defraudadores y asesinos; si acaso lo hicieran estaríamos condenados a otros 50 años de acelerada corrupción. Con López Obrador, aunque no sea un gobierno de izquierda radical, puede asegurarse una transición hacia un capitalismo menos brutal, menos salvaje, que cambie mucho la conciencia del pueblo. Si logramos unir los programas de centroizquierda sin sectarismos, domesticaremos a los neoliberales después que ellos reconozcan que nosotros sí servimos al pueblo. Pero sería una idiotez pensar que los grandes capitalistas van a entregar pacíficamente su poder; antes estarán dispuestos a masacrar al pueblo.
5. La derecha aplaude la confrontación de la CNTE con López Obrador; busca que el enfrentamiento lleve a la caída del presidente o por lo menos que lo debilite. Julio Astillero ha escrito que “el político tabasqueño (López Obrador) ha escogido un camino, el de un memorando pretendidamente habilidoso, que le ha generado la inmediata réplica adversa de sus (enemigos): el ministro en retiro, José Ramón Cossío, el constitucionalista Diego Valadez y el también docto Miguel Carbonell; de sus opositores políticos (con el desesperado cazador de oportunidades, Vicente Fox Quesada, en destacado lugar) y del segmento social “predispuesto a encontrar indicios de autoritarismo creciente en el comportamiento del poderoso Presidente de la República”.
6. Yo la política sólo la veo a través de la lucha de clases. Respetar legalidades que antes nos fueron impuestas por el sistema neoliberal y capitalista me parece una tontería o ñoñería. Si la izquierda o centro izquierda fuera minoría todo lo arreglaríamos con el movimiento de masas en las calles; pero si al contrario, es mayoría en el país, entre los diputados y senadores, no debería tener prejuicios de manejar su mayoría. Lloran como tontos los de Morena diciendo que en el 100 por ciento del territorio mexicano hay corrupción, que tienen lista precisa de los corruptos, pero mueren de miedo enfrentarlos. Si la clase capitalista y el imperio los derroca por cobardes y tontos me voy a morir de risa; si se acomodan a gobernar como los anteriores los combatiré con todas mis fuerzas. (17/IV/19)
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