Pandilla financiera insatisfecha
¡Lástima! A la pandilla financiera
no le gustael Plan de Negocios de Petróleos Mexicanos 2019-2023. Y tiene razón, porque, entre otras cosas, la ex paraestatal no contratará más deuda (se le cierra un jugoso filón a la banca privada que opera en el país y a sus matrices), excluye las asociaciones con capital privado (un negocio menos a costillas del petróleo nacional) e involucra mayor inversión del Estado (la particular brilla por su ausencia), y entonces así, pues qué chiste.
Lo llamativo de esto es que la banca privada, las
calificadoras, los
analistasy
expertosen la materia subrayan que dicho plan
pone en riesgo la recuperación de la producción petrolera y compromete las finanzas públicas, olvidando –por llamarle así– que los gobiernos neoliberales desplomaron la producción y comprometieron las finanzas públicas, al saquear fiscalmente a la ahora empresa productiva del Estado y endeudarla a más no poder.
¿Dónde estaban los
expertos,
analistas, calificadoras y banca privada cuando todo ello sucedió, especialmente cuando tales prácticas hicieron de Pemex la petrolera más endeudada del mundo?, pues alabando la insistencia privatizadora de seis gobiernos neoliberales y celebrando la cereza: la
reformaenergética con la que coronaron el proyecto desnacionalizador iniciado con Miguel de la Madrid.
Ahora califican al mencionado Plan de Negocios como
mucho ruido y pocas nueces, sin considerar la titánica tarea que implica sacar a Pemex del hoyo financiero y productivo en el que lo hundieron seis gobiernos neoliberales.
Por ejemplo, los ahora inconformes no se quejaron del despilfarro que
de los voluminosos excedentes petroleros hicieron los dos gobiernos
panistas (Fox y Calderón), quienes, a pesar de contar con
multimillonarios ingresos adicionales por exportación de crudo,
endeudaron vertiginosamente a la ex paraestatal y, con ello,
comprometieron las finanzas públicas a grado sumo, algo de lo que
analistas,
expertos, calificadoras y banca privada sólo hasta ahora se quejan y no precisamente por aumentar el débito, sino porque el gobierno del presidente López Obrador planea abatirlo.
Con Fox y Calderón en Los Pinos el saldo de la deuda de Pemex se
incrementó la friolera de 227 por ciento, al pasar de 315 mil millones
de pesos en 2001 (primer año de gobierno del mariguanero) a un billón 30
mil millones en 2012 (cierre del sexenio del esposo de Margarita), con
todo y que los excedentes petroleros en ambas administraciones rozaron
el billón de pesos. ¿Alguno de los
expertosse quejó? Ninguno.
Ya con Peña Nieto y Videgaray en la residencia oficial, el saldo de
la deuda de Pemex se duplicó, al pasar de un billón 30 mil millones de
pesos al inicio de la administración a 2 billones 123 mil millones.
Ello, aderezado con múltiples recortes al presupuesto de la empresa
productiva del Estado, saqueo de sus finanzas, corrupción a galope y
desplome de la producción. ¿Alguno de los
analistasse pronunció en contra de esta práctica? Ninguno.
Con Fox, Calderón y Peña Nieto la deuda de Pemex aumentó 574 por
ciento (a razón promedio anual de 32 por ciento, un ritmo 16 veces
superior al
crecimientode la economía en el periodo), mientras caía la producción petrolera y se fortalecía el saqueo fiscal.
Cifras de Pemex revelan que, con esa tercia en Los Pinos, de las
arcas nacionales salió un billón 20 mil millones de pesos para cubrir el
costo financiero (prácticamente todo a intereses) de la deuda de la
ahora empresa productiva del Estado. De ese total, 520 mil 400 millones
correspondieron al sexenio peñanietista, es decir, el que prometió un
Pemex más fuerte, moderno y competitivo, gracias a la reforma energética.
Las rebanadas del pastel
¿Qué pasó entonces?,
analistas,
expertos, calificadoras y banca privada aplaudieron a rabiar, pero hoy dicen que el Plan de Negocios de Pemex
pone en riesgo la recuperación de la producción petrolera y compromete las finanzas públicas. ¡Olé!
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