Diálogos de verano
▲ El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, y la jefa de
Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, conversan durante el
foro organizado por la Secretaría de Cultura.
El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera,
manifestó que los gobiernos progresistas no pueden dedicarse a
administrar la pobreza, sino que deben generar un modelo económico que
produzca una mejora social,
lenta pero sistemática, pues de lo contrario se corre el riesgo de generar procesos de regresión ultraconservadora.
A su vez, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia
Sheinbaum Pardo, enfatizó que tras 30 años de un modelo neoliberal en el
país, que se caracterizó por generar mayor desigualdad, la Cuarta
Transformación tiene como principal objetivo garantizar el acceso a
derechos humanos como educación, salud, vivienda, agua y cultura, así
como una redistribución más justa de la riqueza.
Ambos gobernantes sostuvieron un diálogo abierto en el Teatro de la
Ciudad, donde el visitante del país sudamericano destacó que si hay algo
que no pueden perder los gobiernos progresistas es la ética.
Podemos perder elecciones, revoluciones, pero nos podemos rehacer... y si pierdes la moral no tienes con qué levantarte nunca más y la gente te habrá de sancionar hasta la siguiente generación, expresó García Linera.
Sheinbaum resaltó que la ética es fundamental al señalar que muchos proyectos de gobierno en América Latina
han fracasado por la corrupción, porque en el proceso convirtieron el servicio público en un negocio privado, y eso es inaceptable.
El encuentro, moderado por la secretaria de Gobierno local, Rosa
Icela Rodríguez Velázquez, fue parte del foro Diálogos de Verano
organizado por la Secretaría de Cultura. Sirvió también para el
rencuentro del vicepresidente boliviano y la jefa de Gobierno local,
quienes se conocieron hace 35 años en la Facultad de Ciencias de la
Universidad Nacional Autónoma de México, ella como estudiante de física y
él de matemáticas.
En su oportunidad, Sheinbaum señaló que con el modelo neoliberal
“durante años se quiso hacer un Estado pequeñito, y sin plantear qué es
la solución –‘porque sí creo que la iniciativa privada y la competencia
son indispensables en el desarrollo económico’– no se puede renunciar al
papel del Estado como proveedor de los grandes derechos; tampoco se
puede renunciar a la orientación del Estado en términos del desarrollo
económico”.
Por ello, dijo, recuperar esa obligación del Estado es fundamental, así como procurar una sociedad menos desigual.
Todos queremos vivir mejor, no en términos económicos necesariamente, sino que queremos vivir felices en una ciudad que tenga acceso al espacio público, que sea una ciudad segura. A eso nos referimos cuando hablamos de una ciudad de derechos, expresó.
Foto Luis Castillo
Alejandro Cruz Flores
Periódico La Jornada
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