Un grito por la igualdad
Democracy Now!
El miércoles, las
calles del Bajo Manhattan retumbaron con el sonido del descorche de
champán, no solo por los festejos en honor a la victoriosa selección
nacional de fútbol femenino de Estados Unidos, que fue homenajeada con
un desfile por el “Cañón de los Héroes” de la ciudad de Nueva York en
Broadway, sino también porque el grito de victoria no pasó desapercibido
en Wall Street, donde el índice bursátil Standard & Poor’s 500
superó los 3000 puntos por primera vez en la historia. Las 23 mujeres de
la selección de fútbol acababan de volver de Francia, donde ganaron el
Mundial de Fútbol femenino. Ya de regreso en Estados Unidos siguen con
otra batalla, más difícil, por salarios y condiciones de trabajo iguales
a las de sus homólogos masculinos de la Federación de Fútbol de Estados
Unidos. Una pancarta que llevó al desfile Crystal Dunn, jugadora de la
selección, de origen afroestadounidense y criada en el barrio Rockville
Centre de Long Island, decía: “Los desfiles son geniales, pero la
igualdad salarial es mejor”. La multitud acompañó ese sentimiento.
Cuando Carlos Cordeiro, el presidente de la Federación de Fútbol de
Estados Unidos, habló en el escenario después del desfile, la multitud
coreó: “¡Igualdad salarial! “¡Igualdad salarial!”. Ese mismo coro resonó
en todo el estadio de Lyon cuando las mujeres se convirtieron en
campeonas mundiales el domingo pasado.
El éxito del Mercado de
Valores de Wall Street, yuxtapuesto a la desigualdad salarial impuesta a
estas notables mujeres, remite a la declaración hecha por uno de los
alcaldes más famosos de la ciudad de Nueva York, Fiorello La Guardia, en
1946: “La cinta de teletipo no es espagueti”. La Guardia acababa de
asumir la dirección general de la Administración de Socorro y
Rehabilitación de la ONU , que inmediatamente después de la Segunda
Guerra Mundial brindó ayuda a refugiados y otras personas que luchaban
por sobrevivir. El uso de la cinta de teletipo estaba bastante extendido
en aquellos días previos a la era digital, siendo el medio por el cual
se distribuían los precios de las acciones en tiempo real. De ahí que
grandes cantidades de esta cinta de papel usada en el distrito
financiero de Nueva York se utilizaran como confeti para arrojar a
soldados, astronautas y equipos atléticos que regresaban victoriosos,
desde el primer desfile en honor a la nueva Estatua de la Libertad, en
1886. El punto de La Guardia era simple: si bien la economía de
posguerra estaba aparentemente experimentando un boom y las inversiones
en la bolsa de valores tenían un gran desempeño, esto no implicaba
seguridad alimentaria para los refugiados de guerra. Del mismo modo, hoy
un desfile que celebra a las mujeres atletas es un honor, pero no
compensa una vida de salario desigual.
La selección femenina
presentó una demanda en marzo de este año en la que acusa a la
Federación de Fútbol de Estados Unidos de “pagarles menos que a los
miembros del equipo nacional masculino por un trabajo sustancialmente
igual, y de negarles, como mínimo, iguales condiciones de juego,
entrenamiento y viajes; igual promoción de sus partidos; el mismo apoyo y
desarrollo para sus partidos”. La selección nacional femenina de
Estados Unidos ha obtenido cuatro campeonatos mundiales, cuatro medallas
de oro olímpicas, ha ganado muchos otros torneos y ocupa el puesto
número uno en la Clasificación Mundial de Fútbol Femenino de la FIFA .
Comparemos todo esto con el lamentable récord de la selección nacional
masculina estadounidense que ni siquiera logró clasificar para la última
Copa del Mundo. A pesar de su desempeño mediocre, los hombres, en
promedio, ganan mucho más que las mujeres.
Esta disparidad es
común en toda la economía de Estados Unidos. En su testimonio ante el
Congreso en febrero de este año, en apoyo a la Ley de equidad salarial:
igualdad de salario por igualdad de trabajo, Fatima Goss Graves,
presidenta y directora ejecutiva del Centro Nacional de Derecho de la
Mujer, expuso estos perturbadores detalles: “Las mujeres que trabajan a
tiempo completo, todo el año, normalmente ganan solo 80 centavos por
cada dólar que se les paga a los hombres que trabajan a tiempo completo
durante todo el año. La brecha salarial es aún peor cuando se observa
específicamente a las mujeres de color: por cada dólar pagado a hombres
blancos que no son hispanos, a las mujeres negras solo se les paga 61
centavos, a las indígenas 58 centavos y a las latinas 53 centavos. Las
mujeres, especialmente las mujeres de color, enfrentan discriminación
manifiesta y discriminación inconsciente en el lugar de trabajo; esto
tiene un impacto en su salario”.
Las jugadoras de fútbol femenino
de Estados Unidos ahora tienen una plataforma global para darle voz a la
lucha por la igualdad salarial y la justicia hacia las mujeres. Como
declaró la cocapitana Megan Rapinoe el miércoles: “Sí, hacemos deporte.
Sí, jugamos al fútbol. Sí, somos mujeres atletas, pero somos mucho más
que eso”. Rapinoe, la máxima anotadora y mejor jugadora del Mundial de
Francia 2019, es una abierta defensora de los derechos LGTBQ , y en 2016
se convirtió en una de las primeras atletas blancas importantes en
arrodillarse en señal de protesta durante el himno nacional. A lo largo
del Mundial, además, se negó a ponerse la mano en el corazón y a cantar
el himno estadounidense.
Megan Rapinoe aprovechó su discurso en el
acto del miércoles, donde el alcalde le entregó al equipo las llaves de
la ciudad, para hacer un llamado a la acción: “Tenemos pelo rosa y pelo
violeta; tenemos tatuajes y rastas. Tenemos mujeres blancas, negras y
todo lo que está entre medio. Mujeres heterosexuales y lesbianas.
Tenemos que ser mejores. Tenemos que amar más, odiar menos. Tenemos que
escuchar más y hablar menos. Tenemos que saber que esto es
responsabilidad de todos, de cada persona que está aquí, de cada persona
que no se encuentra aquí, de cada persona que no quiere estar aquí, de
cada persona que está de acuerdo y [de cada persona] que no está de
acuerdo. Es nuestra responsabilidad hacer de este mundo un lugar mejor”.
© 2019 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy
Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional
que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en
inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que
luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios
en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/2019/7/12/un_grito_por_la_igualdad_salarial
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