Necesario, contar con norma oficial: especialista; no está estipulado qué hacer con el problema, destaca
▲ En imagen aérea se observa una mancha de sargazo a la orilla de la arena en Playa del Carmen.
A través de redes sociales, habitantes y turistas se
mantienen al tanto de la evolución del problema ambiental que ocasiona
el sargazo en Quintana Roo. En mapas que se actualizan diariamente se
presenta la ubicación de las playas que tienen desde baja hasta excesiva
cantidad de la macroalga; ciudadanos reportan en fotografías el estado
de los sitios. De esta forma, miles de personas toman decisiones
cotidianas para sus actividades recreativas y laborales.
Por ejemplo, el mapa del sábado divulgado en la página de Facebook de
la Red de Monitoreo de Sargazo Cancún indicaba que desde Tulum hasta
Puerto Aventuras las playas contenían excesivo sargazo. En Playa del
Carmen y Playacar la presencia del alga era moderada y en la zona de los
hoteles Moon Palace y Riviera Cancún era abundante. En tanto, Isla
Mujeres y Puerto Morelos se reportaron libres de sargazo.
Por esta vía se cuenta con elementos para definir a qué playa
acudirán y los prestadores de servicios ofrecen opciones a los turistas,
quienes así saben si el hotel al que prevén llegar se ubica en un lugar
con abundancia de la macroalga. No a todas las playas lleguen
cantidades masivas de esta alga; en Cancún hay muchas que están limpias,
destaca un mensaje de aliento de los usuarios.
Ante la situación en la región por la llegada del sargazo, Rosa
Rodríguez, especialista en ecología de arrecifes coralinos del Instituto
de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM en Puerto Morelos, refiere
que este problema no es exclusivo de Quintana Roo, pues este año comenzó
presentarse en 19 países, entre ellos, Costa Rica, Belice, Honduras,
Puerto Rico, Bahamas, Barbados y República Dominicana.
No se vislumbra una solución a corto plazo para evitar la proliferación de la macroalga, señala Rodríguez.
Se hacen esfuerzos para la contención con barreras, subir el sargazo a barcos, la limpieza con maquinaria en las playas. Lo ideal es que ya no llegara.
Destaca que aunque es un problema que requiere acciones internacionales, a escala local hace falta una norma oficial, porque
hasta ahora lo que hay son lineamientos y oficios para el manejo de la alga, pero en la ley no está estipulado qué hacer con ella. Si se encuentra en el mar es recurso pesquero, pero en la playa es problema de zona federal, luego es basura, y si produce gases puede ser un residuo peligroso.
A escala municipal debe haber planes de manejo del sargazo que
incluyan el transporte, que en los sitios de confinamiento se deben
colocar geomembranas para evitar que contamine el suelo y a futuro
promover su uso en la industria. Una norma oficial daría certeza
jurídica y favorecería la inversión. Sería lo más útil para compensar el
costo de limpiar las playas y sacar el sargazo, considera.
Detalla que antes de 2014 la macroalga llegaba ocasionalmente, pero
desde fines de ese año y en 2015 comenzó a presentarse en forma masiva.
Los efectos que se observaron desde en el último año fueron la muerte de
los pastos marinos, ya que la alga reduce el paso de la luz.
Explica que en Galveston, Estados Unidos, que está cerca de un mar de
sargazos, el problema se presentó hace tiempo. A partir de 2011 empezó a
haber reportes de su presencia para la parte oeste de África y este del
Caribe.
Aún no se tiene certeza de cómo se desarrolla, hay varias hipótesis:
viene desde Africa, del mar de los sargazos, lo provoca el calentamiento
global y el exceso de nutrientes que llegan al mar. Pueden ser varias
las causas que lo producen, apunta.
Foto Cuartoscuro
Angélica Enciso L.
Periódico La Jornada
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