En sólo 20 días inversionistas extranjeros retiraron 321 mil 388
millones de pesos que tenían en bonos gubernamentales que se negocian en
el mercado financiero nacional, muestran datos oficiales. El primer
caso detectado del nuevo coronavirus en México, el 27 de febrero, fue el
punto de inflexión para un éxodo de recursos que mantenía una tendencia
al alza hasta el pasado día 18, de acuerdo con los datos más
actualizados del Banco de México (BdeM).
El saldo de deuda en manos de inversionistas foráneos es de 2
billones 84 mil 928 millones de pesos, equivalentes a 8.5 por ciento del
producto interno bruto (PIB). Esta suma no sólo representa la cifra más
baja de inversión de extranjeros en valores gubernamentales en lo que
va de 2020, sino casi seis años (desde el 28 de mayo de 2014), según
registros históricos del banco central.
La salida de recursos de economías emergentes durante marzo ha
superado los niveles de la crisis financiera de 2008-2009, reportó el
Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés).
En una consulta previa y con datos sólo hasta el 6 de marzo, el
economista Jonathan Fortun Vargas, del IIF, explicó que México habría
recibido los capitales que salieron de Asia cuando ésta era epicentro de
la pandemia.
Los registros del BdeM reflejan que hasta el 26 de febrero anterior
la inversión de extranjeros en deuda del gobierno mexicano alcanzó su
nivel más alto desde el 30 de enero de 2015. Sumó en ese mes 2 billones
406 mil 317 millones de pesos, equivalentes a 9.8 por ciento del PIB,
pero un día después comenzó a caer y así se mantuvo hasta el 18 de
marzo.
La salida de capitales sumada a la incertidumbre generada por la
pandemia han resultado en que del primero de enero al pasado día 23 el
peso mexicano haya perdido 25 por ciento de su valor y se ubique como la
moneda de mercados emergentes más afectada por la situación, expuso la
calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P).
La velocidad de salida de economías emergentes no tiene precedente, aseguró. Según la firma de riesgo, la incertidumbre sobre qué tan profundo y amplio será el impacto de la pandemia en la economía global y en las cadenas de suministro motivaron la salida de estos activos.
Por debajo de México están Rusia, Brasil , Sudáfrica, Colombia, Indonesia y Chile.
El virus ya no es sólo un impacto indirecto. El fuerte aumento de casos confirmados en toda la región está provocando prohibiciones de viaje, medidas de distanciamiento social y cierres de fábricas, indicó S&P.
En México, la calificadora consignó el decrecimiento de 0.1 por
ciento en 2019, prevé una contracción de 2.5 para el año en curso y
expansiones de 2.2 y 1.8 por ciento para 2021 y 2022, respectivamente.
Esperamos que la actividad económica comience a recuperarse hacia finales de 2020 y hasta 2021. Sin embargo, los errores de política y el fracaso para mitigar la propagación del virus podrían retrasar la recuperación esperada, enfatizó en un comentario para todas las economías emergentes.
Periódico La Jornada
Martes 31 de marzo de 2020, p. 19
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