3/20/2009

Diversos feminismos se dan cita en México


XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe

Sara Lovera y Lidia Vilalta

México, marzo (SEMLAC).- En el XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que terminará el próximo viernes en la ciudad de México, capital del país, se han expresado las diversas corrientes feministas que han surgido en los últimos 20 años. No sin contradicciones, las organizadoras han propiciado un espacio de pluralidad.

Es así que las autónomas latinoamericanas, que tuvieron un espacio estelar en la ceremonia inaugural -al irrumpir con el torso desnudo y pintado y leer una declaración cuestionando el apoyo económico de las agencias nacionales e internacionales-, ya se habían reunido la semana precedente para reivindicar la necesidad de cuestionar las lógicas institucionales, las de los partidos, o las “de género”, por ser todas acríticas y negadoras del feminismo, desde su punto de vista.

Colgaron sus discusiones y posicionamiento político ante el encuentro en su blog (
http://www.feministasautonomasenlucha.blogspot.com/). Pero sus reivindicaciones fueron rescatadas por Victoria Aldunate, de Mujeres Autónomas de Chile, en una especie de manifiesto, expresado en la apertura de la cita con mujeres que llevaban pintadas las letras Autonomía en su cuerpo.

“Reconocemos a los encuentros feministas como ejercicios de radicalidad, desde la complicidad entre mujeres”, señaló Aldunate, pero “muchas veces se refuerza el discurso opresor” porque “el feminismo anda escondido bajo la terminología del género”.

Aldunate criticó la falta de transparencia en el uso de los recursos económicos, en explícita referencia en la falta de alcance o donación de algunas becas para las compañeras “afrodescencendientes, indígenas, lesbianas o pobladoras, que no tienen acceso a Internet o que no pertenecen a redes”.

Se recordó que, en la historia de los 30 años de feminismo, el pensamiento ético ha sido el motor de todos los encuentros, que se han celebrado como una oportunidad para reflexionar, precisamente, sobre el quehacer político y la construcción ética de la sociedad.

Las autónomas reivindican, “un feminismo horizontal, que ejercite espacios mínimos comunes, alejados de las lógicas clasistas, racistas, heterocentristas e institucionales”, porque ellas entienden que “ahora el patriarcado se viste de mujer, hambrienta de poder”.

Para ellas, estos encuentros deben seguir siendo “espacios construidos y defendidos por y para las mujeres, para debatir, intercambiar, convocar, denunciar, edificar alianzas, defender derechos, alimentar utopías y expresar la multiplicidad de nuestras visiones”.

Por ello, alentaron a ser “parte de un feminismo crítico y contra-hegemónico”, porque para ellas, desde la radicalidad y la autonomía, otro feminismo es posible.

Más discretas en el accionar, pero no en su trabajo político previo, las feministas socialistas dejaron, el día de la inauguración, su manifiesto titulado “Apuntes para un balance de la expresión del feminismo en la región y México”, y convocaron, para el miércoles 18 de marzo, a una discusión abierta entre radicales, marxistas y anticapitalistas sobre cómo aproximarse a los problemas actuales del movimiento feminista y a las necesidades que enfrenta la sociedad.

Para estas socialistas, la propuesta feminista de izquierda todavía es necesaria para transformar el sistema capitalista, que garantiza la pervivencia del modelo patriarcal. El diagnóstico de la discusión que plantean pasa por diversos puntos, como exigir profundas reformas para que el Estado asuma la responsabilidad de los múltiples problemas que enfrenta la mujer, pues son las ONGs las que realizan ahora esas tareas institucionales necesarias.

En su opinión, la cooptación de feministas por las instituciones o por las organizaciones está consolidando una clara estrategia reformista, pero no transformadora, que sólo atiende algunos cambios legales en las políticas públicas, que la sociedad aún no asimila.

Reconocen disparidad de orígenes y referencias político ideológicas, como también desniveles de participación en el movimiento feminista, lo que genera, en muchas ocasiones, malestar, confusión y hasta rupturas, sostienen en su manifiesto.

Consideran, además, que la “atomización y particularización de la agenda” ha fragmentado las demandas de las mujeres; que la aparición de espacios temáticos ha abandonado la perspectiva de sus derechos, como referencia. Y también reconocen vacíos políticos y de dirección.

Otra crisis, aseguran, es la fragmentación y aislamiento de los procesos sociales emergentes; y sostienen que el enfoque de género ha provocado una pérdida de radicalidad, de referencias y una falta de alternativas.

Desde su punto de vista, las autónomas critican las reformas estatales, pero desestiman lo que ello puede significar para la vida cotidiana de una gran mayoría de las mujeres. “Debemos construir un perfil propio de lo que somos ante la polarización entre las ‘institucionales’ y las ‘autónomas’ para poder construir alianzas”, concluyen.

Un tercer grupo, autodenominado feminista proletario (socialista), se reunirá el último día del encuentro para debatir sobre el “colapso del neopatriarcado capitalista” y los “dos pilares fundamentales de la opresión social: la propiedad privada y la división del trabajo”.

Pero también reflexionarán sobre “los cinco eslabones del patriarcado: el imperialismo, el capitalismo, el racismo, el sexismo y el ecocidio”.

Este movimiento de mujeres considera que el feminismo histórico, aquel que luchaba por una profunda transformación social, se ha integrado totalmente al sistema de opresión y ahora es “un feminismo burgués, derechista o izquierdista, que se ha fusionado con el modelo neopatriarcal-capitalista
”.

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